CTA y Capitán Alfredo Lethson, tal como luces hoy día
El día transcurría tranquilamente aquel domingo
15 de febrero del 1970, hace 49 años. Durante las últimas horas de esa tarde, en la terminal del Aeropuerto Internacional de Las Américas, todo iba bien. En la plataforma principal de estacionamiento, que es lo que es hoy la terminal de carga, quedaban solo dos aeronaves con vuelos pendientes. Uno era un pesado
DC-8-63 de la línea aéreas IBERIA de España, cuyo destino era Madrid y el otro el
McDonald Douglas, un
DC-9-32 de la Compañía Dominicana de Aviación, cuyo destino era San Juan Puerto Rico. En el caso de
DC-9-32, el avion era un aparato relativamente nuevo, había salida de la fábrica hacia solo unos meses antes. Ese tarde había llegado procedente del Aeropuerto Internacional de Miami, Florida como el
DOA-301, habiendo aterrizado alrededor de
las 5:10 p.m.. De inmediato, el personal de tierra de CDA inició los preparativos para que el avión iniciara el último vuelo del programa del ese día. El vuelo era el vuelo DOA-603-04 de ida y vuelta al Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín o de Isla Verde de San Juan, P.R.
Un DC-9-32, semejante al al de CDA accidentado, aeronave que fue adquirida del fabricante Douglas Macdonald a través de de IBERIA
Minutos antes de la 6:00 p.m., Felipe, un experimentado operador de la Texaco Caribbean, acercó y conectó el camión cisterna de la Texaco al ala izquierda del avión para bombear el combustible JA-1, Avtur, requerido para el vuelo de ida y vuelta a San Juan Puerto Rico, un vuelo de aproximadamente, una hora y media de duración, cuarenta y cinco minutos por "pata¨. Mientras tanto, en el mostrador de la empresa el edificio terminal ya se había terminado la labor de "chequeo del vuelo", cerrando con un total de 97 pasajeros, adultos y niños, incluyendo la selección de volibol femenino de Puerto Rico que se marchaba del país luego de completar un programa de intercambio en República Dominicana con mira a los Juegos Centroamericanos del 1970 que se celebrarían en Ciudad Panamá, que iniciarían el día 28 de ese mismo mes de febrero. A las 6:05 p.m., la supervisora de la estación escuchaba los acalorados reclamos de un pasajero que se presentó tarde al mostrador, por lo que no pudo abordar el vuelo, lo que se convirtió en un inconveniente que a la corta le salvaría la vida.
A las
6:15 p. m. ya Julio (Julin) Mención, quien años después fue mi instructor de operaciones de vuelo y compañero de trabajo en CDA, completaba la hoja o formulario de peso y balance del vuelo, para luego ir a la cabina del avión para llevársela al capitán, junto a otros documentos como son los partes meteorológicos en ruta y destinos y alternos, información Notam, Declaración General del vuelo o G.D., así como otros documentos requeridos por la operación. En esos momentos los pasajeros abordaban el avión ordenadamente, caminando por la rampa, desde la puerta de embarque de la terminal hasta la escalerilla de acceso de la puerta principal del avión. Poco después el sobrecargo Carlos Pepén cerraba la puerta principal, el avión estaba listo para arrancar motores y rodar.
Capitan Eduardo Tomeu y el Copiloto Jose, Pepe, Nuñez
El tiempo avanzaba, ya eran las 6:24 p.m. aproximadamente, cuando el Capitán solicitaba al controlador a Alfredo Lethson controlador de torre, las condiciones del aeropuerto, esto es velocidad o intensidad del viento, datos de altimetría para, con el peso total de avión, completar los valores de performance de despegue del DC-9. Después de todo, en un vuelo corto, con 97 pasajeros y equipaje normal el DC-9-32 estaba "sobrado" como decimos en el argot de los despachadores de vuelo. Todo continuaba normal, y el avión solicitaba y se le brindaba autorización para arrancar motores cuando el reloj de la torre de control marcaba exactamente, las 6:28 minutos. Con dos motores en marcha, Pepe Núñez solicitaba autorización para iniciar rodaje y el oficial de control Lethson, autorizaba el vuelo DOA-603 a iniciar su rodaje a la pista 16. De inmediato, el l avión inició su lento movimiento por la izquierda para iniciar un vuelo que lo llevaría a un encuentro con el destino.
El viento seguía invariable del Sur y su velocidad era misma, esa tarde la visibilidad era inmejorable. Durante el recorrido hacia la cabecera de la pista de despegue o rodaje, el Copiloto del vuelo José "Pepe" Núñez, recibió y colacionó correctamente, la autorización o permiso de control que lo llevaría hasta el Aeropuerto Internacional de Isla Verde, precisamente, por la aerovía Green 3, a la posición
DA en el límite entre los espacios aéreos de San Juan y Santo Domingo, luego volaría al NDB de Borinquén, Aguadilla y luego al NDB de Dorado y entonces hasta el Aeropuerto Internacional de Isla Verde, San Juan Puerto Rico.
Ruta planeada del vuelo DOA-603, Santo Domingo San Juan, P. Rico, el 15 de febrero del 1970. La ruta era Bravo 20, hasta la posición en el limite, en medio del Canal de La Mona que se denominaba DA, Delta Alfa, luego, DCT Aguadilla, DCT NDB Dorado, DCT Isla Verde, San Juan.
Con poco tránsito en el aeropuerto a esa hora, el recorrido se hizo en poco tiempo y pocos minutos después, el DC-9-32 estaba en la cabecera de la pista 16, listo para entrar a la pista y despegar. Aproximadamente, a las 6: 32 p.m. y algunos segundos, el avión alcazaba en el umbral de la pista 16, después que José "Pepe" Núñez solicitó y se le concedió la autorización para el despegue. De inmediato el avión se alineó correctamente sobre el eje de pista y poco después, el Capitán del vuelo Eduardo Tomeu empujaba los dos aceleradores de las turbinas Pratt & wittney, JT8D-7 que rugieron con el ruido característico de máxima potencia. De este modo el DC-9 de Dominicana iniciaba así su última carrera de despegue, eran exactamente las 6:32 p.m. y unos segundos en el reloj de la torre.
Habían transcurrido ocurrido pocos segundos después aceleración e inicio de la carrera, cuando el DC-9-32 cruzaba justo frente la vieja terminal, sobre la cual se erigía la vieja torre de control. Fue justo cuando el controlador, con la calmada que caracterizaba este profesional del control de tránsito aéreo, comunicaba a tripulación la primera advertencia sobre la presencia de una estela de humo gris, con algunos destellos de fuego intermitentes. Lo hizo con la siguiente fraseología "Dominicana 603, estela de humo gris y destellos de fuego saliendo el motor no.1, además emite ruidos anormales", eran exactamente las 6:33 p.m. A la comunicación de Alfredo, Lethson el copiloto Pepe Núñez respondió con voz tensa lo siguiente: “Lo…estamos…notando". Parece que existía alguna indicación de alta temperatura en la cabina.
Sin embargo, pese a la información del controlador, la tripulación, continuó la carrera de despegue, mientras la pista remanente se acortaba, por lo que había que decidir rápido. Segundos después, cuando el avión estaba cruzando justo frente al área de los hangares de CDA, la situación empeoraba. Eran las, las 6: 33 p.m. y segundos todavía y el controlador seguía notando que el motor seguía emitiendo el humo gris y fuego intermitente ya reportado. Sin embargo el avión continuaba acelerado y ya iniciaba el proceso de rotación. En ese momento aun el reloj no había marcado las 6:34 p.m., cuando el avión cruzaba el justo frente a donde existieron los hangares de CDA y el DC-9-32 ya estaba en el aire. Nueva vez el controlador, repitió la fraseología "Dominicana 603, estela de humo gris y destellos de fuego saliendo el motor no.1, y ruidos anormales". A la segunda llamada advertencia, el copiloto Pepe Núñez respondió al preocupado controlador; "Estamos perdiendo potencia, regresamos". Era la última vez que Alfredo Lethson escucharía la voz quebrada del copiloto, José "Pepe" Núñez, voz que jamás se ha borrado de su memoria.
De acuerdo a lo observado por Lethson, la rotación del avión fue muy pronunciada, con un ángulo, nariz arriba aparente de 45 grados, según pudo apreciar. Ya en el aire, el avión casi no ascendía, cruzando la línea de costa a muy baja altura, con humo gris saliendo del mismo motor y manteniendo un ángulo "nariz arriba", inclinación que en apariencia, afectó aún más la ganancia de velocidad del aparato, llevando el avión de manera rápida, a la velocidad desplome. Finalmente, Lethson observó claramente, desde su posición en la torre de control como el avión se inclinaba y caía prácticamente en picada, impactando el Mar Caribe, desapareciendo en sus aguas, justo al sur del islote La Matica.
Ante el inesperado evento, Lethson, manteniendo siempre la calma, lo primero que hizo el controlador fue activar la alarma del departamento de bomberos del aeropuerto, quienes tenían muy poca posibilidad de llegar al sitio del accidente por sus propios medios. Minutos después el Supervisor de esa tarde CTA Luis Flores Mota, subía a la torre, mientras el militar de servicio llamaba a Torre San Isidro, para activar a Búsqueda y Rescate. A partir de ese momento, aproximadamente a las 6:34 p.m., vino a la mente de Alfredo, Lethson la pregunta que todo profesional de esta especialidad se hace para sí mismo; ¿habré yo omitido algún procedimiento u olvidado alguna instrucción que evitara esto?. Sin embargo, el aeropuerto no se detenía. A las 6:42 p.m. el IBERIA-972 solicitaba y se le concedía permiso para dirigirse a la pista 16, la misma pista por la que había despegado el fatídico vuelo que acababa de estrellarse en el mar. Durante el rodaje, el Capitán de IBERIA se ofreció para sobrevolar el área del accidente y brindar informaciones de lo que avistara.
A las 6:55 p.m., después de haber despegado, el Capitán de IBERIA reportó que no había avistado nada en el área del accidente, ofreció sus condolencias al país vía Lethson. De inmediato, trazó viro izquierda hacia rumbo de su plan de vuelo hacia su destino, Madrid. Mientras eso ocurría, el pasajero aquel que era de la Vega, y que había armado un verdadero lío en el counter de CDA porque no fue chequeado y abordado, al oir la noticia se devolvió de La Caleta, presentándose al counter a agradecer la decisión de la supervisora.
A partir de ese momento
Alfredo Lethson se convertía en la pieza clave para la investigación del peor accidente ocurrido a la Compañía Dominicana de Aviación en sus 55 años de existencia. Esa misma noche, la autoridad puso a buen reguardo al controlador, que tuvo que permanecer en el Aeropuerto hasta la tres de la mañana, a pesar de que su turno finalizaba a las
8:00 p.m. Lethson salió a las
3:00 a.m. de la mañana, con escolta militar y con todos los periodistas de la fuente del aeropuerto buscándolo tratando de recabar informaciones de la fuente primaria. Sin embargo, la propia autoridad tenía que evitar, por todos los medios, cualquier contacto o encuentro entre Lethson y cualquier periodista en el AILA, la situación no era para menos. Debido a ello los periodistas de la fuente del AILA colocaron a Lethson el apodo de "
El hermético".
Equipo de voleibol femenino de Puerto Rico que pereció en el accidente del vuelo DOA-603
Después de haber terminado las coordinaciones iniciales, el controlador estuvo recopilando todo el material relacionado con vuelo y anotando las primeras informaciones provenientes de fuentes primarias como son los registros grabados en la torre con las comunicaciones entre, Lethson y el Copiloto del vuelo, José "Pepe" Núñez, así como las fajas de progreso de vuelo de vuelo, había que confirmarlo todo. Desde su posición, en un punto más privilegiado para dar seguimiento visual a las aeronaves, Lethson pudo observar el avión desde que estuvo parqueado en la rampa, frente a la torre de control, después, mientras abordaba, cuando cerraba puerta e iniciaba su rodaje hacia la pista, para intentar iniciar un vuelo que, desafortunadamente, lo llevó hasta el fondo del mar.
Durante las primeras horas del día 16 de febrero, una aeronave tipo B-727 del National Transportation Safety Board, NTSB por sus siglas en inglés, aterrizaba en el Aeropuerto Internacional Las Américas, trayendo un equipo de investigadores desde Estados Unidos, así como técnicos de Douglas McDonald. La delegación de la NTSB estuvo encabezada por un experto de la agencia de apellido Husky, quien tendría a su cargo la primera etapa del proceso de investigación del accidente, la que era la de recopilar información y evidencias, así como evaluar la posibilidad de recuperar los registradores de vuelo del avión para determinar las verdaderas causas del accidente. Sin embargo, las cajas negras jamás fueron recuperadas. El lunes 16 temprano en la mañana, una aeronave Aero-comander despegaba de la pista 16 con el Supervisor del turno del domingo en la tarde, CTA Luis Flores Mota, Rafael Campos Pina y otros técnicos, para sobrevolar el área en la misma ruta que el fatídico vuelo. Poco después, despegaba el vuelo DOA-601 comandado por el Capitán Eddy Francisco Tineo, rumbo a San Juan Puerto Rico, continuando con las operaciones de Dominicana de Aviación.
Los días que sucedieron la fecha del accidente fueron días que se cubrieron de luto todo el ámbito territorial de República Dominicana y Puerto Rico. La labor de rescate fue ardua. Sin embargo, pocos fueron los cuerpos recuperados. Los restos del aparato permanecen en el fondo del mar con exención de los que fueron arrastrados por la corriente marina que cruza dirección Este Oeste, paralelo a la costa Sur el de la Isla. Pocos días después parte del avión fueron arrastrados, encontrándose sillones y otros elementos que flotaron, lejos al Oeste de la isla. El lunes en la tarde, Alfredo Lethson debió presentarse a uno de los hoteles más famosos de la ciudad donde los investigadores de la NTSB de USA y representantes de McDonald Douglas intercambiarían información en relación al accidente. Sin embargo, en medio del proceso al hotel de apareció un militar muy mencionado en aquellos tiempos, y aunque de aviación no era tanto lo que sabía, si tenía la suficiente influencia como para preocupar a cualquier persona. Ese militar era el General Neit Rafael Nivar Seijas.

CTA y Capitán Alfredo Lethson verificando las cartas aeronautica para iniciar un vuelo en la Civil Air Patrol de la USAF de EE. UU.
¿Quién es Alfredo Lethson?, Alfredo Lethson fue un fino e inteligente controlador de tránsito aéreo dominicano y muy inteligente en sus cálculos y desiciones. Lethson Ingresó a la entonces Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) en año 1966, comenzando su entrenamiento como auxiliar de Tránsito Aéreo, junto otros 12 compañeros. En el mes de febrero del 1969 Lethson fue enviado al Centro de Adiestramiento Internacional de Aviación Civil, CIAAC, donde se formó y graduó como Controlador de Tránsito Aéreo Aproximación y Área, junto a estudiantes cubanos y mexicanos. En el grupo de R. Dominicana que le acompañó estuvieron; José F. Pimental, Arturo López de Lancey, Arturo Freites, Diógenes Valdez, junto a cubanos y mexicanos. Pero Lethson no permaneció por mucho tiempo en el país.

En el mes de abril del 1974, se marchó a Estados Unidos, donde prosiguió con su carrera en aviación, logrando graduarse como piloto privado en la escuela Columbia Fly School y luego logró la licencia de piloto comercial, operando vuelos desde el Aeropuerto Regional de Teterboro, Nueva Jersey. Entre las aeronaves voladas por Lethson está el Piper Seneca. Pero también perteneció a la Auxiliar Civil Air Patrol de la United State Air Force USAF, donde voló aeronaves como el T-34 Mentol. Además, voló helicóptero. Sin embargo, además de haber experimentado la experiencia de manejar un accidente mayor, a él también le tocó experimentar un accidente de aviación cuando el Piper 34 que volaba fue afectado por una cortante de viendo que lo llevó experimentar un hard langing en el que resultó ileso.
Tipo de aeronave que volaba habitualmente Alfredo Lethson desde Teterboro N.J.
Esta es la historia de quien debió enfrentar la realidad de la secuencia de hechos del peor accidente ocurrido a Dominicana de Aviación en toda su historia, pero quien brindó información oportuna, para que la tripulación salvara el vuelo. Sin embargo, parece que la tripulación no tomo la desición de mantener el DC-9 en tierra ( abortar el despegue), a pesar de se le había informado, oportunamente, que echaba humo, que emitía copos de fuego y que producía explosiones. Finalmente, en el accidente de 15 de febrero hubieron algunas circunstancias políticas fuera de la operación que, sin ninguna duda, se pueden calificar como factores que contribuyeron con el desenlace. Sin embargo este será parte de un próximo trabajo que éste su servidor, el que publicaré para todos ustedes en los próximos días. Ya tengo datos importante de las circunstancias políticas envueltas en el accidente de CDA del 15 de febrero del 1970, hace hoy 49 años.