Adán Bodden Fernández, comprometido socialmente y un amante de la naturaleza
Siempre resultará fácil y a la vez
gratificante, escribir sobre la vida de aquellas personas dignas de serlo. Ello,
debido principalmente, a su personalidad, su forma espontánea de abordar a sus semejantes, trato cortez, actitud positiva, comprometido socialmente, así como una
digna trayectoria, a través de su paso por la vida, vida que Dios nos regala, para que la vivamos a plenitud, pero en paz y armonía con las gentes, buscando siempre
estar del lado de las causas justas y de interés social; esa fue la trayectoria de vida de Adán Emilio Bodden F.
Conocí a Adán Emilio Bodden Fernández,
cuando se nos convocó para completar las entrevistas iniciales requeridas, así como
las pruebas de conocimientos básicos necesarios y actitud, para
la realización de un curso programados por la
entonces Dirección de Aeronáutica Civil,
DGAC, cuyo objetivo era la
selección de un grupo idóneos de aspirantes, con la finalidad de escoger a los postulantes más calificados, para ser incluido en un curso básico de control de tránsito aéreo, curso que era parte de un plan concebido por el Estado Dominicano, cuyo objetivo era modernizar el sistema de control de tránsito aéreo de República
Dominicana, con la asesoría de la
Organización de Aviación Civil Internacional, OACI, para lo que se requerían
personas con las condiciones estándares demandadas por ese oficio y las
calificaciones requeridas por la referida organización de aviación civil internacional.
Para entonces, el Presidente
Joaquín Balaguer gobernaba el país con manos duras, mientras que en esos
momentos, yo era un estudiante más de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD, donde, para entonces, se
manifestaba un ambiente político muy activo, con la participación de activistas
políticos que hicieron del campus universitario un espacio donde se
manifestaban toda una variedad de corrientes políticas en contra de aquellos que para entonces, ocupaban el Palacio Nacional.
Después de un riguroso proceso de
evaluación, con la participación de una cantidad considerable de aspirantes, se
seleccionó el grupo de aspirantes que luego inició
el
curso básico teórico práctico de control de aeródromos, integrado por una treintena
de seleccionados, incluido Adán Emilio Bodden Fernández, quien desde el principio,
mostró cualidades excepcionales de
estudiante, siendo señalado por los profesores e instructores como uno de las
mejores escogidos, aseveración que
demostró con crece, durante el
desarrollo del curso que fue impartido
por un equipo de profesores meritorios
como Don Roberto Acebedo Burgos, Haroldo Sención, Carlos Batista, Santiago
Alonso, el meteorólogo R. Rodríguez, Julin Mención entre otros expertos instructores en los temas de interés en las materias impartidas en el curso.
Sin embargo, el curso incluía una
segunda fase que se impartiría en el extranjero, específicamente, en el Centro
de Adiestramiento de Aviación Civil, CIAAC de Ciudad México, donde irían los
mejores calificados. Esa fase se realizaría, específicamente, en un curso con
la denominación *Curso Grupo II-1-26, del CIAAC*, en el que participarían
aquellos que lograran las mejores calificaciones, oferta que desató un nivel de
competencia tal, que sacar un 80% en una prueba cualquiera, adquiría la condición
de tragedia personal, debido a que creaba la posibilidad de perder la
participación en el curso a impartirse en el extranjero. En Ciudad México, nos alojamos en la Colonia
Roma, cerca de Plaza Insurgente, pasando en esa gran ciudad un tiempo de calidad,
así como de afianzamiento en conocimientos aeronáuticos.
Vale
puntualizar que antes de la llegada de este grupo de controladores a las facilidades
de la entonces Dirección General de Aeronáutica Civil, DGAC, en el ámbito del
espacio aéreo jurisdiccional del país, solo se brindaban servicios de control de
tránsito aéreos en las torres de control, mientras que en ruta solo se ofrecía servicios
de "información de vuelo"
a los vuelos habituales que evolucionaban en la entonces Región de
Información de Vuelo, FIR Santo Domingo, tráfico aéreo que, por lo general,
evolucionaba en el eje Sur Norte y
viceversa, Este Oeste y viceversa, desde naciones como Venezuela con Viasa y su
vuelo VA-800, Brasil, con su vuelo Varig
807 y el Pam American 444 que le acababan la madrugada a cualquiera.
Para
entonces, el control positivo solo se brindaba en las torres de control activas
en los aeropuertos controlados en el ámbito del territorio nacional. La Región
de Información de Vuelo, FIR de Santo Domingo tenía como como límite, cuasi los
de ahora. Al Norte, la Latitud 20:25 Norte, bajando a los 19:00 N, en su
convergencia con el límite Este, con San Juan P.R. En el Sur, el limite era la
latitud 16:00 Norte. Al Este llagábamos a la Longitud 68W, igual que hoy,
teniendo las antiguas posiciones Duarte, Sánchez y Mella, puntos donde
transferíamos o aceptábamos los vuelos desde y hacia la FIR de San Juan, bajo
la jurisdicción de Centro de San Juan.
Después de la finalización de ese
curso y luego de la llegada del exterior
del primer grupo formado en México, con la participación activa de expertos
internacionales en sistemas de control de tránsito aéreo, se inició la
materialización del plan del Estado Dominicano, para la implementación y
suministro de los servicios de control de tránsito aéreo positivo en el espacio
aéreo jurisdiccional, FIR de Santo Domingo. La operación de implementación del
servicio se realizó en coordinación con la Organización de Aviación Civil
Internacional, OACI, que envió al país expertos internacionales a tales fines,
personal que encabezó el Señor Benedetti, Githera un argentino y otro apellido
Sapiola , todos especialistas en los diferentes sistemas de respaldo al
servicio.
Eran los meses de mediado de la
década de los años setenta, el presidente Balaguer gobernaba con su estilo
característico, muchas veces represivos, estilo que los controladores aéreos conoceríamos
y aprendimos bastante bien, sobre todo gente como Adan Bodden Fernández. En ese periodo el país estaba siento afectado
por convulsiones políticas, con la ocurrencia de eventos sociopolíticos que
buscaban el restablecimiento de un clima democrático en la República Dominicana,
clima que había sido afectado por procedimientos y circunstancias que poco
tenían que ver con un clima democrático de gobernanza.
Bajo un clima poco democrático
que imperaba en el país, Adán Bodden, junto a un grupo de controladores
comprometidos con la mejoría del sistema, de hizo el primer intento para la
formación de la Asociación Dominicana de Controladores aéreos, inc., ADCA. Para
entonces celebrábamos reuniones clandestinas, con la participación de controladores
comprometidos con ese objetivo y técnicos de otras dependencias técnicas que
nos acompañaron.
Habiendo llegado a conocimiento
de la autoridad de los aprestos para la formación de la asociación de
controladores, se desató un proceso de persecución contra el grupo de
controladores señalado como precursores del movimiento, lo que llevó a prisión
a varios controladores, incluyendo a Adán Bodden Fernández y otros valiosos
técnicos comprometidos con la causa. Además de Bodden sufrieron prisión los
CTA, Augusto Pérez Cuevas, CTA, Pascasio Toribio Peralta, CTA G. Meran Zabala,
entre otros perseguidos.
Sin embargo, tiempo después, con
una iniciativa más ponderada e inteligente, se constituyó la Asociación Dominicana
de Controladores Aéreos Inc. ADCA, entidad
que ha venido cumpliendo su rol, en lo que tiene que ver con el desarrollo
técnico del sistema de control de tránsito aéreo en el ámbito de Republica
Dominicana, así como lo que tiene que
ver con la condiciones socioeconómica del personal de control que hoy por hoy
disfrutan de mejores condiciones laborales y sociales que aquellas que
encontramos a nuestra llegada a las facilidades del sistema de aviación civil
de República Dominicana, siendo, la ADCA además, propulsora de la instalación del
sistema radar para la prestación de los servicios de control de tránsito aéreo,
condición de catapultó las condiciones laborales de los controladores en el ámbito
de República Dominicana.
Tuve la oportunidad de reencontrarme
con Adán Bodden y trabajar junto a él,
hace tanto, cuando fui “premiado" con un traslado al Aeropuerto
Internacional, Casa de Campo de La Romana, debido a mí reiterada posición de no
estar de acuerdo con los procedimientos y las actitudes de aquellos quienes, a
mi entender, no se ajustaban, necesariamente, a las buenas prácticas.
Allí en, el Aeropuerto Internacional Casa de Campo
de la Romana, estuve compartiendo con A. Bodden, quien era, a la sazón el
Encargado de la Estación. Durante ese periodo pasamos un tiempo de calidad,
aprovechando los periplos diarios, hacia y desde La Romana, para compartir punto
de vista sobre los temas de actualidad para entonces, tanto en el ámbito de la
aviación como de los temas del orden social del ámbito social de República
Dominicana.
Definí a Adán Bodden Fernández,
en vida, como un profesional inteligente, repleto de conocimientos y siempre
dispuesto a compartirlo con demás lo que sabía hacer con una facilidad
asombrosa. Además, este hombre tenía vastos conocimientos en el ámbito de la
biología y la acuacultura, siendo un cultivador incansable de una gran variedad
de plantas exóticas, siendo su morada receptáculo de raras y delicadas plantas
y de coloridas especies de peces que exhibía en los estanques, siempre
omnipresentes en su hogar.
Con la partida, Adán Bodden
Fernández, el sistema de aviación civil de República Dominicana pierde un
excelente técnico en el área operacional del sistema de la aviación civil del
país, así como una persona cuyas inquietudes sociales, incluso, lo llevaron a
padecer prisión, cuando, junto a otros compañeros de labores, reclamaban
derechos fundamentales consagrados en la constitución de República Dominicana, lo
solía interpretarse, de manera interesada, como actos reñidos con la ley.
En la mañana del pasado lunes, 01
de septiembre, acudí a sitio donde estaban siendo expuestos los restos mortales
de Adán Bodden Fernández, donde le expresamos nuestras sentida condolencia y solidaridad, a su esposa Doña Carmen de Bodden y a su familia cercana. Lo hice en
compañía del profesor y maestro, Don Roberto Acevedo Burgo, forjador de toda
una generación de buenos profesionales de la aviación civil de República
Dominicana, tanto en el ámbito del sistema de control de tránsito aéreo, así como
en otras especialidades de soporte a la navegación aéreas en el espacio aéreo
jurisdiccional de R. Dominicana.
Allí le expresamos nuestras solidaridad y
cercanía a su distinguida esposa, Doña Carmen, hijos y familiares, en momentos en lo que la
presencia y solidaria de las gentes, resulta ser un aliciente que hace más
llevaderos esos momentos aciagos los que siempre se presentarán en el
transcurrir en la vida terrenal de todos los seres humanos.
"Paz
a los restos mortales de Adán Bodden Fernández, gloria eterna a su alma,
solidaridad para con su familia y reconocimiento a su inmensa y
destacada labor, de toda una vida, tanto en el ámbito familiar y en su productiva
vida laboral"