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10 de junio de 2019

Vil atentado a tiros contra David Ortiz hiere la conciencia de los dominicanos.


David Ortiz, El Big Papi, herido de bala esta noche en Santo Domingo Este

Después de lo ocurrido a nuestro  David Ortiz  esta noche en Santo Domingo Este,  poco es  lo que nos queda por ver en este país inverosímil, en una nación arropada por la corrupción, por la impunidad y el desenfreno,  en el ambiente de una  autoridad no protege a nadie y una delincuencia que se pasea por doquier, sin ningún espaviento, llagando hasta dónde le sea y haciendo lo que le  viene en ganas.  

Llegar el domingo a prima noche, a un concurrido sitio de diversión y sin ningún rubor,  caerle a tiro a David Ortiz, asestándole una herida de bala, que casi le cuesta la vida, a la vez de herir a su compañero  Joel López, es un mensaje elocuente de hasta donde ha llegado República  Dominicana en término de la osadía de una delincuencia que no se amilana ante nadie ni nada.

¿Qué hará República  Dominicana ante esta afrenta delincuencial,  que empeora un clima ya de por si  perturbado, por las informaciones relacionadas con el fallecimiento de turistas, en un centro hostelero de la  zona Este del país?, mientras la opinión pública es encausada atender problemas políticos,  de partidos y candidatos.  Posiblemente, los investigadores y la policía resten importancia a la situación, aduciendo que ha sido "un hecho aislado" o lo que sea, a pesar de que se trata un evento que ha afectado a una figura que trasciende fronteras y que en este momentos el evento  se encuentra en los titulares de medios globales de Estados Unidos y de todo el  mundo. 

Este vil y cobarde atentado  sicarial contra David Ortiz, ha impactado en la conciencia  del  pueblo dominicanos que demanda de acciones inmediata dirigida a  resolver el caso. Pero sobre todo, demanda prevenir que estas afrentas sigan dañando el deteriorado clima de seguridad ciudadana que afecta el país,  cuyos efectos negativos  pueden  transformarse en  una amenaza definitiva para la estabilidad social y económica del República Dominicana, con una  policía convertida en nini,  porque  ni vigila, ni  funciona, sino todo lo contrario. Pero  que se especule y llegue a comprobar que entre los atacantes existen miembros de una institución gubernamental llamada Policía Nacional,es simplemente impensable.  

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