Vista de la cabina de mando de un B-737-800MAX, similar a las cabinas de los dos aviones del mismo tipo que se accidentaron recientemente, ocasionando 346 victimas mortales en un corto periodo de tiempo, cuyo proceso de investigación se dirige el Congreso de Estados Unidos de Norteamérica.
A pocos días de haberse
registrado el segundo accidente de su aeronave estrella, la situación de Boeing Comercial
Airplanes luce complicada, cuando algunas ordenes del avión están siendo retiradas por alguna lineas áreas. Ahora la investigación se dirige al Congreso de Estados Unidos por convocatoria del Senador Ted Cruz, Republicano por Texas, quien encabezará
una audiencia del subcomité de Aviación y Espacio, en la que deberán exponer
miembros del Departamento de Transporte, DOT, además del jefe de la Administración Federal de Aviación
(FAA), por sus siglas en ingles.
Sin embargo, el senador Ted Cruz
no quiere limitar sus indagatorias a FAA y el DOT por lo que busca profundizar aún más en el caso de
Boeing. En ese sentido planea otra audiencia para interrogar a los ejecutivos de Boeing
Comercial Airplanes, así como a
pilotos activos y otros actores directos e indirectos del sector aeronáutico y
del transporte aéreo de los Estados Unidos de Norteamérica.
Uno de los temas más importantes de la indagatoria
senatorial que encabezará Ted Cruz, es la relacionado con el proceso de
certificación del avión, lo que tendrán
que aclarar, tanto la FAA como
fabricante Boeing. Como recordamos, se ha identificado a un componente computarizado introducido en el diseño de los controles de
vuelo del avión, específicamente el Maneuvering
Characteristics Augmentation Sistem (MCAS), por sus siglas en inglés, como el posible causante de los eventos que han costado 346 víctimas fatales en el corto
período.
Estos accidentes han desatado una de las mayores crisis ocurridas a Boeing
en toda su historia, con pérdidas que
sobrepasan la suma de US$ 26,000,000.00 millones, hasta el momento y una significativa caída en la cotización de
bolsa de la empresa, en momentos en
que algunas de las 59 líneas aéreas interesadas en el avión comienzan a reconsiderar sus pedidos del
B-737-800 MAX , lo que parece ser un caída en la confianza
del público.
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