No existe frustración más
grande para pasajero alguno, que después de esperar por  horas que sus equipajes se deslicen por la "correa"
de aduanas del aeropuerto de llegada, que estas no aparezcan porque la aerolínea
simplemente la  dejó  en el aeropuerto de salida, donde el pasajero  pagó generosamente, para que estas fueran transportadas  en su vuelo como es normal. Para el dominicano  el equipaje forma parte esencial de sus viajes,
viajes  que se planean por meses y a veces
hasta por años. En estos equipajes  vienen los regalos y los "encargos"  que esperan  sus familiares y relacionados, por lo que estos
bultos completan la emoción de los encuentros  que se producen, sobre todo, en las temporadas
navideñas.  
Esta es la frustración que
se está  presentando de manera especial  en la actual
temporada navideña. De acuerdo a las informaciones que aparecen en la media, un
número importante de pasajeros están sufriendo la frustración de confirmar que sus
maletas,  simplemente no aparecen en las
correas de aduanas de su vuelo de llegada. Estas piezas  simplemente fueron dejadas en el aeropuerto de
origen por falta de espacio en las bodegas del avión, aeropuertos donde el pasajero pagó por sus maletas  y 
abordó el vuelo con la promesa de que su equipaje también vendría
 en la "barriga" el avión. 
El problema es que el
transporte de maletas  se ha convertido
en una fuente importante de ingreso para las aerolíneas, por lo que en la
actualidad, los transportista no se niegan a aceptarlas, debido a que cobran
importantes  cargos económicos,
incluyendo muchas veces,  hasta la
primera maleta, cargo que aumenta paulatinamente,  en la segunda y tercera maleta.   De esta
forma, una aeronave que aborde, 150 pasajeros 
en el JFK de Nueva York,  y cada
uno de ellos chequea tres maletas, a los precios actuales por unidad,  produciría ingresos adicionales de US$ 15,750 dólares,
lo que cubre el  costo combustible total del
vuelo ida y vuelta, y aun sobra dinero para cubrir  otros costos del vuelo.   
Lo lamentable es que
los pasajeros cargan su ira contra los empleados que manejan un problema que se
ha creado 1,350 millas náuticas al Norte de Las Américas,  y aunque son parte del sistema, no son necesariamente
ellos los culpables. Sin embargo, aquí en el país debiéramos poner un poco más
de caso al problema, tocándole a las dependencias de facilitación
correspondientes, coordinar con las aerolíneas un manejo menos traumático del
problema de las maletas.  Con los
recursos económicos  que manejan las aerolíneas
con los cargos a los pasajeros por las maletas, existen alternativas que pueden
implementarse. Estas  van desde utilizar
un avión  carguero semanal para traerlas
hasta el país, hasta otras iniciativa alternas. Esto, por supuesto con el
conocimiento,  aprobación y coordinación con
la persona más importante en todo sistema del transporte aéreo comercial; "EL PASAJERO".

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