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9 de agosto de 2015

El vuelo de Doña Niurka, desde el Douglas DC-3 hasta el Jumbo

           
              Doña Niuka acompañada de  los Capitanes Frias Carbuccia, Gabriel Medina y Reynaldo Matos
  
No creo que exista persona alguna relacionada  con la actividad aeronáutica de la “aviación romántica”  de República Dominicana,  que no haya conocido,  o al menos, oído hablar de  Doña Niulka Silfas o mejor dicho: "Doña Niurka". Doña Niulka, como todos la llamamos, se inició en la actividad cuando apenas era una a era una niña.  Debido a esa especial  condición, su madre debió  autorizar su primera  cédula de identidad, para así poder gestionar su licencia aeronáutica y otros  documentos legales requeridos  para iniciar su largo vuelo a bordo aeronaves como los DC-3, L-049 y L-1049 y B-707 de la Compañía  Aerovías Quisqueyana, “La línea aérea del pueblo”,  los DC-6, B-727-100, 200, B-707 hasta  el Jumbo B-747-123 de la Compañía Dominicana de Avición  (CDA), “la línea aérea bandera de la República  Dominicana”.

Cuando Niulka inició su largo vuelo por los cielos del mundo,  transcurrían  los años finales de la década de los sesenta, siendo Aerovías Quisqueyana la primera aerolínea donde ejerció su labor profesional en la aviación.   Para entonces,  Aerovías Quisqueyana cubría un apretado itinerario  de vuelos, cubriendo vuelos en  las rutas a destinos en la Región del Caribe Central entre ellos;  San Juan PR, Curazao Aruba y otras ciudades como Barranquilla localizada en costa caribeña Colombiana.  Además, Aerovías cubrías frecuencias de vuelos  nacionales  entre ciudades como Santiago de los Caballeros, Santo Domingo, Barahona, Santo Domingo y otros destinos, en los tiempos de la aviación romántica de República  Dominicana, esa aviación que hemos casi perdido.

Fue exactamente  en ese ambiente en el que  Doña Niurka, inició  su dilatada  vida laboral  en el ámbito aeronáutico, actividad profesional  que jamás abandonó, hasta que se retiró de este quehacer no hace tanto tiempo por cierto.  Entre los  capitanes, que operaban los vuelos de Aerovías,  cuando esta dama inició sus vuelos,  recordamos a hombres de la talla del Capitán  Santiago “changuito” Echavarría, el Capitán Héctor Brito González, el Capitán Eugenio de Marchena, así como también el Capitán  Francisco Garrido Frías. Fue precisamente  con Garrido, mejor conocido en el ambiente aeronáutico  como   “Kiko”, con quien Doña Niurka casó  y procreó  su familia,  siendo este  capitán y caballero su  compañero de siempre, hasta que nos dejó hace poco tiempo. Doña  Niurka y Kiko vivieron, por buen tiempo, en el pobladito de la  Caleta, justo a la entrada del Aeropuerto Internacional de Las Américas, cerca de la “playita”, cuando esa  zona era una especie de un  paraíso terrenal a la orilla del mar, encanto que la Caleta ha perdido.

Durante el  período que laboró   Aerovías Quisqueyana, los  compañeros y compañeras de labor de Niurka en la cabina  estuvo  Milagro  Sugrañes entre otros y otras. En esos vuelos no fueron pocas las experiencias vividas por doña Niulka, incluyendo  actuación en incidentes de aviación e incluso accidentes, cumpliendo en cada caso  con la primera misión de un sobrecargo, que es preservar la seguridad de la operación. En ese sentido recordamos el accidente acontecido en el Aeropuerto de  Santiago, cuando el DC-3 de Aerovías en el que Niurka  volaba como jefa de cabina. De acuerdo a los relatos,  durante la carrera de despegue, el avión se salió da pista. En ese accidente  Niurka  debió evacuar el aparato, mientras sostenía un extinguidor con firmeza,  lista para extinguir cualquier conato de fuego.  A mediado de los setenta había que ver a Doña Niurka haciendo los vuelos  Quisqueyana QQ-201/202 y el QQ-203/204, ambos vuelos a San Juan Puerto Rico, despegando de Las Américas en   Santo Domingo,  temprano en la mañana para terminar la rotación bien entrada la tarde, con un pequeño descanso a medio día en Las Américas.       
A finales de la década de los setenta, Doña Nuirka ingresa a la Compañía Dominicana de Aviación, para  continuar su largo vuelo,  ejerciendo su profesión en a las cabinas  de los B-727-100 y 200, cuando al Capitán Nelton Gonzales Pomares le tocó administrar a  la CDA y Don Antonio Guzmán Fernández ejercía como Presidente de la República. En la CDA escribió una extensa e interesante historia caracterizada por su profesionalidad y formalidad bajo cualquier circunstancia de la operación de los vuelos, fue una colaboradora incansable.

Debido a su preparación y experiencia, Doña Niurka  rápidamente fue  designada como Supervisora de Cabina “pulser”,  responsabilidad que ejerció hasta el cierre de la empresa a finales de los noventas. En CDA también sirvió  instructora para el personal de cabina, compartiendo la actividad con profesionales como Iris Cristoforis y Gloria Rosa entre otros y otras  profesionales de prestigio y dedicación.  En el 1985 estuvo entre las primeras azafatas que fueron  entrenadas para operar como Jefas de cabinas  en los vuelos  del jumbo  B-747-123, en  los destinos tradicionales a Estados Unidos y Europa. Después continuó  volando hasta entrados los años noventa, hasta que la empresa fue afectada por la crisis  que determinó su desaparición  definitiva de CDA  de los cielos del mundo. 
 
Con la desaparición de la Compañía Dominicana de Aviación  (CDA), Doña Niurka asume un nuevo reto. En esta oportunidad, junto a Doña  María Vitiello,  funda  el Departamento de sobrecargo y azafatas de  la Dirección de Operaciones de la entonces Dirección General de Aeronáutica Civil DGAC,  donde nueva vez  me encontré  con ella. En ese ambiente de trabajo,  como todo el mundo debí ofrecerle mi aprecio de  siempre, un  aprecio, que  como todos,  siempre le seguiré dispensando.

Estas breves lineas son apena un pequeño esbozo de una carrera aeronáutica signada por la profesionalidad, el respeto y la cortesía, condiciones que siguen  acompañando  a  Doña Niurka.      


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