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6 de junio de 2015

La aeronáutica antitrujillista durante aquellos tiempos


Prisioneros del régimen de Trujillo 1959; De izquierda a derecha, Haroldo Sención, Víctor Gómez L., Salvador García Alecón, Francisco Blanco. Foto:El Complot Desvelado.


A propósito del mes junio, el próximo día 14 se cumplen 56 años de la invasión del Constanza, Maimón y Estero Hondo, ocasión en la que dominicanos, apoyado por expedicionarios extranjeros, llegaron al país para combatir la tiranía de trujillista. En ese sentido he estado  “cavilando” sobre el grupo de técnicos  pertenecientes al entorno aeronáutico que  se comprometieron militantemente, con la lucha contra la dictadura, arriesgándolo todo.

En ese contexto, tuve la agradable experiencia de sostener interesante conversación con una capitán de aviación, de esos héroes anónimos  que  andan por ahí  tranquilamente, sin exponer  su nivel de compromiso con el país, pero de esos  que tuvieron la valentía de  participar en riesgosas  actividades en contra el régimen del “perínclito de San Cristóbal”, cuando realizar esas tareas era asunto para hombres y mujeres de valor espartano.

Durante la conversación, hablamos del viacrucis de  su encarcelamiento en aquellos días, y su periplo por la cárcel de La 40, donde tuvo la oportunidad de conocer a los muchachos que laboraban en la entonces Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), apresados el 17 de junio, tanto en sus hogares,  como en los lugares  donde laboraban. 

En ese mismo tenor, hace algunos días publiqué algunos datos extraídos del libro El Complot Desvelado del Doctor Rafael Valera Benítez. En esos datos me referí a  uno de esos héroes que se enrolaron en el  Movimiento Revolucionario 14 de Junio, quien padeció lo rigores del encarcelamiento, tanto en la “La 40” y la Isla Beata, pero que después de la caída del régimen de Trujillo,  ocupó el cargo de Director General de la entonces Dirección General de Aeronáutica Civil, (DGAC), durante el efímero  gobierno del Profesor Juan Bosch en el año 1963. Me refiero a Juan Moliné Pichardo, o Juanchy, como le gustaba  lo llamaran.

Ademas de Juanchy Moliné  Pichardo, existieron otros hombres, tanto de la entonces DGAC, como la Compañía Dominicana de Aviación (CDA)  que expusieron sus vidas participando en  actividades contra el régimen. Uno de esos hombres fue el Capitán Manolo Lamarche Salas, a quien tocó la riesgosa labor de  colaborar con misiones de enlace del 1J4 con el exilio,  y en particular, con el Movimiento de Liberación Dominicana  en Puerto Rico y Venezuela, cuando esas dos naciones dieron albergue al exilio  dominicanos.

Para desarrollar su labor contra el régimen trujillista, Manolo Lamarche aprovechó  las ventajas que le daban  su calidad de empleado de la CDA  en Puerto Plata y sus actividades de estudiante para convertirse en piloto de aviación,  por lo que podía trasladarse con cierta frecuencia  a Puerto Rico, a pesar de los problemas que ya comenzaban a vislumbrarse entre Trujillo y Don Luis Muñoz Marín.

Lo mismo aconteció con un grupo de controladores de tránsito aéreo, quienes se vincularon al 1J4, quienes fueron a parar a las ergástulas de La 40, siendo varios de  ellos  enviados a la Isla Beata, lugar cuyo nivel de seguridad era  comparable con la prisión de la  Isla de Alcatraz, ubicada en la Bahía de San Francisco, California, USA, debido a su nivel de seguridad,  que  imposibilitaba planes de escape, debido a la violencia del oleaje  del Mar Caribe en la Zona.

Regresando al ámbito de la DGAC, entre el personal de control de tránsito aéreo comprometidos con el Movimiento Revolucionario 1J4 y apresados  estuvieron Víctor Gómez Lora, quien, igual que Moline Pichardo, también ocupó el cargo de  Director de la DGAC a mediado de la década de los años sesenta.  Otro de los apresados fue Haroldo Sencion Rodríguez, quien ocupó el cargo de Regulaciones Aeronáutica,  Ángel Salvador García Alecon, quien ocupó el cargo de Subdirector General de la DGAC, sirviendo, además,  altos cargos en la CDA,  Francisco Blanco, Supervisor de Tránsito  Aéreo, Carlos Batista, Instructor.

Como me lo relató uno de esos controladores presos cuando Trujillo, quien me distinguió con su sincera y exquisita  amistad,  el nivel de ensañamiento contra ellos,  fue especialmente fuerte. Se trataba de que conocían lo del vuelo de la aeronave Curtis Wright CW-46 de Cieneguilla, del Oriente de Cuba a Constanza, trayendo el contingente que penetro por esa ciudad . En una ocasión, esa persona me mostró algunas marcas indelebles causadas por los instrumentos utilizados en las torturas, que aún permanecían en su cuerpo . La secuelas de las tortura fueron tales,  que uno de esos controladores, conocido como “Charlie Bravo”  mantuvo un delirio de persecución, que quienes le conocimos, a finales de la década de los setentas, pudimos comprobar que aún  ´portaba  un madero”para defenderse del enemigo”. Otros de ellos sufre una enfermedad que, en apariencia, debe ser el  fruto de las circunstancias padecidas en La 40.
   
Realmente fueron muchas las personas,  inmersas en el quehacer aeronáutico,  de esas que usted posiblemente conoces,  que participaron, activamente  en actividades, no solo contra la tiranía trujillistas, sino que  llevaron su vocación revolucionaria más allá, participando en los eventos de la Revolución de Abril del año 1965, donde tuvieron participaciones heroicas de la que usted se asombrará cuando, por esta vía, realice algunos relatos 

El libro El Complot Develado del Doctor Valera Benítez es un documento histórico,  de un valor incalculable para la memoria histórica de República  Dominicana. Ojalá todos puedan leerlo para que realicen un interesante paseo   por aquellos años de una dictadura  que el país no debe repetir jamás.


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