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2 de enero de 2015

38,500 pies dos motores apagados en medio del Atlantico



En el medio del Atlántico a una altitud de 38,500 pies en asenso para el nivel 390, con un régimen de asenso apena perceptible por los  altímetros. De repente oí leve explosión  y sentí el efecto de  la inercia,  como si el inmenso  B-747 diera un frenazo en el aire.  Tiré la revista que leía, miré  los indicadores y noté que la RPM del motor # 4 bajaba al 20%  y el  EGT abandonaba los 700˚C grados enfriándose rápidamente. En ese momento oí la voz del segundo oficial cuando gritó  a todo pulmón… ¡¡perdimos el # 4!!,  seguido por un momentáneo y nervioso  silencio.  Miré  el indicador de velocidad del aire y noté que disminuía peligrosamente.

De inmediato, la tripulación, tratando de cortar el flujo de combustible  al motor apagado, confundió las palancas y el capitán  apagó  el motor # 3 empeorando dramáticamente la situación del vuelo. Entonces, con solo dos de cuatro motores, y  la velocidad del avión  cayendo rápidamente y todas la alarmas de cabina activadas,  incluyendo la de --uau, uau pull up--!, el Copiloto ordenó "picar el avión " para aumentar la velocidad del aire, lo que nos salvó  del "estoleo".  De ahí en adelante, la hora más larga de mi vida,  con la suerte de que había buen tiempo en el Atlántico Norte,  lo que ayudó  a preservar las vidas de los 435 o/b,  incluyendo la mía.

Fue la realidad del vuelo DOA-203, B-747-100, Ruta Malpensa Milan/Santo Domingo, cerca de la posición  N-38˚ 00' 00"/ W 41˚ 00' 00˚. Estábamos volando el arco de la  ortodrómica  al Norte de la trayectoria mostrada en la figura.  

I, Mullix


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