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7 de septiembre de 2021

Adán Emilio Bodden Fernández; un controlador aéreo con su historia que nos deja un legado

 


Adán Bodden Fernández, comprometido socialmente y un amante de la naturaleza 

Siempre resultará fácil y a la vez gratificante, escribir sobre la vida de aquellas personas dignas de serlo. Ello, debido principalmente, a  su personalidad,  su forma    espontánea de abordar a sus   semejantes, trato  cortez,  actitud positiva,  comprometido     socialmente,   así   como una digna trayectoria, a   través de su paso   por    la vida,  vida que  Dios  nos regala,  para   que   la vivamos a plenitud, pero en paz y armonía con   las gentes, buscando siempre estar del lado de las causas justas y  de interés  social; esa  fue la trayectoria  de vida  de Adán  Emilio Bodden F.

Conocí a Adán Emilio Bodden Fernández, cuando se  nos convocó  para completar  las entrevistas iniciales requeridas, así como las pruebas  de  conocimientos básicos necesarios y actitud, para la realización de un curso  programados  por la  entonces Dirección de Aeronáutica Civil,  DGAC, cuyo objetivo era  la selección de un grupo idóneos de aspirantes, con la finalidad  de escoger a los  postulantes  más calificados,  para ser  incluido en  un  curso básico  de control  de tránsito aéreo, curso que era  parte de un  plan concebido por el Estado Dominicano, cuyo  objetivo era modernizar el  sistema de control de tránsito aéreo de República  Dominicana, con la asesoría de la Organización de Aviación Civil Internacional, OACI, para lo que se requerían personas con las condiciones estándares demandadas por ese oficio y las calificaciones requeridas por la referida organización de aviación civil  internacional.

Para entonces, el Presidente Joaquín Balaguer gobernaba el país con manos duras, mientras que en esos momentos, yo era un estudiante más  de la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD, donde, para entonces, se manifestaba un ambiente político muy activo, con la participación de activistas políticos que hicieron del campus universitario un espacio donde se manifestaban toda una variedad de corrientes políticas en contra de aquellos  que para  entonces,  ocupaban el Palacio Nacional.

Después de un riguroso proceso de evaluación, con la participación de una cantidad considerable de aspirantes, se seleccionó el grupo de aspirantes que luego inició el curso básico  teórico práctico  de control de aeródromos, integrado por una treintena de seleccionados, incluido Adán Emilio Bodden Fernández, quien desde el principio, mostró cualidades excepcionales de estudiante, siendo señalado por los profesores e instructores como uno de las mejores escogidos, aseveración  que demostró con crece, durante  el desarrollo del curso que fue  impartido por un equipo de  profesores meritorios como Don Roberto Acebedo Burgos, Haroldo Sención, Carlos Batista, Santiago Alonso, el meteorólogo R. Rodríguez, Julin Mención entre otros expertos  instructores en los temas de interés  en las materias impartidas en el curso.  

Sin embargo, el curso incluía una segunda fase que se impartiría en el extranjero, específicamente, en el Centro de Adiestramiento de Aviación Civil, CIAAC de Ciudad México, donde irían los mejores calificados. Esa fase se realizaría, específicamente, en un curso con la denominación *Curso Grupo II-1-26, del CIAAC*, en el que participarían aquellos que lograran las mejores calificaciones, oferta que desató un nivel de competencia tal, que sacar un 80% en una prueba cualquiera, adquiría la condición de tragedia personal, debido a que creaba la posibilidad de perder la participación en el curso a impartirse en el extranjero.  En Ciudad México, nos alojamos en la Colonia Roma, cerca de Plaza Insurgente, pasando en esa gran ciudad un tiempo de calidad, así como de afianzamiento en conocimientos aeronáuticos.

Vale puntualizar que antes de la llegada de este grupo de controladores a las facilidades de la entonces Dirección General de Aeronáutica Civil, DGAC, en el ámbito del espacio aéreo jurisdiccional del país, solo se brindaban servicios de control de tránsito aéreos en las torres de control, mientras que en ruta solo se ofrecía servicios de "información de vuelo" a los vuelos  habituales   que evolucionaban en la entonces Región de Información de Vuelo, FIR Santo Domingo, tráfico aéreo que, por lo general, evolucionaba en  el eje Sur Norte y viceversa, Este Oeste y viceversa, desde naciones como Venezuela con Viasa y su vuelo VA-800, Brasil, con su vuelo Varig  807 y el Pam American 444 que le acababan la madrugada a cualquiera.

Para entonces, el control positivo solo se brindaba en las torres de control activas en los aeropuertos controlados en el ámbito del territorio nacional. La Región de Información de Vuelo, FIR de Santo Domingo tenía como como límite, cuasi los de ahora. Al Norte, la Latitud 20:25 Norte, bajando a los 19:00 N, en su convergencia con el límite Este, con San Juan P.R. En el Sur, el limite era la latitud 16:00 Norte. Al Este llagábamos a la Longitud 68W, igual que hoy, teniendo las antiguas posiciones Duarte, Sánchez y Mella, puntos donde transferíamos o aceptábamos los vuelos desde y hacia la FIR de San Juan, bajo la jurisdicción de Centro de San Juan.

Después de la finalización de ese curso y luego de  la llegada del exterior del primer grupo formado en México, con la participación activa de expertos internacionales en sistemas de control de tránsito aéreo, se inició la materialización del plan del Estado Dominicano, para la implementación y suministro de los servicios de control de tránsito aéreo positivo en el espacio aéreo jurisdiccional, FIR de Santo Domingo. La operación de implementación del servicio se realizó en coordinación con la Organización de Aviación Civil Internacional, OACI, que envió al país expertos internacionales a tales fines, personal que encabezó el Señor Benedetti, Githera un argentino y otro apellido Sapiola , todos especialistas en los diferentes sistemas de respaldo al servicio.   

Eran los meses de mediado de la década de los años setenta, el presidente Balaguer gobernaba con su estilo característico, muchas veces represivos, estilo que los controladores aéreos conoceríamos y aprendimos bastante bien, sobre todo gente como Adan Bodden Fernández.  En ese periodo el país estaba siento afectado por convulsiones políticas, con la ocurrencia de eventos sociopolíticos que buscaban el restablecimiento de un clima democrático en la República Dominicana, clima que había sido afectado por procedimientos y circunstancias que poco tenían que ver con un clima democrático de gobernanza. 

Bajo un clima poco democrático que imperaba en el país, Adán Bodden, junto a un grupo de controladores comprometidos con la mejoría del sistema, de hizo el primer intento para la formación de la Asociación Dominicana de Controladores aéreos, inc., ADCA. Para entonces celebrábamos reuniones clandestinas, con la participación de controladores comprometidos con ese objetivo y técnicos de otras dependencias técnicas que nos acompañaron.

Habiendo llegado a conocimiento de la autoridad de los aprestos para la formación de la asociación de controladores, se desató un proceso de persecución contra el grupo de controladores señalado como precursores del movimiento, lo que llevó a prisión a varios controladores, incluyendo a Adán Bodden Fernández y otros valiosos técnicos comprometidos con la causa. Además de Bodden sufrieron prisión los CTA, Augusto Pérez Cuevas, CTA, Pascasio Toribio Peralta, CTA G. Meran Zabala, entre otros perseguidos.   

Sin embargo, tiempo después, con una iniciativa más ponderada e inteligente, se constituyó la Asociación Dominicana de Controladores Aéreos Inc. ADCA,  entidad que ha venido cumpliendo su rol, en lo que tiene que ver con el desarrollo técnico del sistema de control de tránsito aéreo en el ámbito de Republica Dominicana, así como lo  que tiene que ver con la condiciones socioeconómica del personal de control que hoy por hoy disfrutan de mejores condiciones laborales y sociales que aquellas que encontramos a nuestra llegada a las facilidades del sistema de aviación civil de República Dominicana, siendo, la ADCA además, propulsora de la instalación del sistema radar para la prestación de los servicios de control de tránsito aéreo, condición de catapultó las condiciones laborales de los controladores en el ámbito de República Dominicana.  

Tuve la oportunidad de reencontrarme con Adán Bodden y trabajar junto a   él, hace tanto, cuando fui “premiado" con un traslado al Aeropuerto Internacional, Casa de Campo de La Romana, debido a mí reiterada posición de no estar de acuerdo con los procedimientos y las actitudes de aquellos quienes, a mi entender, no se ajustaban, necesariamente, a las buenas prácticas.

 Allí en, el Aeropuerto Internacional Casa de Campo de la Romana, estuve compartiendo con A. Bodden, quien era, a la sazón el Encargado de la Estación. Durante ese periodo pasamos un tiempo de calidad, aprovechando los periplos diarios, hacia y desde La Romana, para compartir punto de vista sobre los temas de actualidad para entonces, tanto en el ámbito de la aviación como de los temas del orden social del ámbito social de República Dominicana.

Definí a Adán Bodden Fernández, en vida, como un profesional inteligente, repleto de conocimientos y siempre dispuesto a compartirlo con demás lo que sabía hacer con una facilidad asombrosa. Además, este hombre tenía vastos conocimientos en el ámbito de la biología y la acuacultura, siendo un cultivador incansable de una gran variedad de plantas exóticas, siendo su morada receptáculo de raras y delicadas plantas y de coloridas especies de peces que exhibía en los estanques, siempre omnipresentes en su hogar.  

Con la partida, Adán Bodden Fernández, el sistema de aviación civil de República Dominicana pierde un excelente técnico en el área operacional del sistema de la aviación civil del país, así como una persona cuyas inquietudes sociales, incluso, lo llevaron a padecer prisión, cuando, junto a otros compañeros de labores, reclamaban derechos fundamentales consagrados en la constitución de República Dominicana, lo solía interpretarse, de manera interesada, como actos reñidos con la ley.

En la mañana del pasado lunes, 01 de septiembre, acudí a sitio donde estaban siendo expuestos los restos mortales de Adán Bodden Fernández, donde le expresamos nuestras sentida  condolencia y solidaridad,  a su esposa Doña Carmen de Bodden  y a su familia cercana.  Lo hice en compañía del profesor y maestro, Don Roberto Acevedo Burgo, forjador de toda una generación de buenos profesionales de la aviación civil de República Dominicana, tanto en el ámbito del sistema de control de tránsito aéreo, así como en otras especialidades de soporte a la navegación aéreas en el espacio aéreo jurisdiccional de R. Dominicana.

 Allí le expresamos nuestras solidaridad y cercanía a su distinguida esposa, Doña Carmen, hijos y familiares, en momentos en lo que la presencia y solidaria de las gentes, resulta ser un aliciente que hace más llevaderos esos momentos aciagos los que siempre se presentarán en el transcurrir en la vida terrenal de todos los seres humanos.

"Paz a los restos mortales de Adán Bodden Fernández, gloria eterna a su alma, solidaridad para con su familia y reconocimiento  a su inmensa y destacada labor, de toda una vida, tanto en el ámbito familiar y en su productiva vida laboral"

 

 


1 comentario:

UNOAUNO dijo...

Gracias, por dar a conocer los cimientos de nuestra asociación con tanta altura.

¡Que gusto leerle!