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5 de agosto de 2018

El mango en el suelo o en la carretilla

Mi carretilla de manto y yo

Decidí hoy comerme unos cuantos mangos. Para hacerlo me presenté al solar familiar, allá en la península de Samaná, en el Nordeste de la media isla. Después de garrotear y luego engancharme en la mata, tumbar  y recoger los deliciosos  frutos, los cargué  en mi  carretilla y me dirigí a la sombra de un frondoso almendro, para comermelos absolutamente todos, sin dejar ni uno.  Pero como el enemigo nunca duerme  en su casa, se presentaron varios antojaos a pedirme de los mangos, cuando ya estaban  en el suelo después de haberlos tumbao.  Sin embargo, después de resolver el problema y comerme tres docenas,  me senté en la raíz del almendro y le dediqué  esta lineas a esos  antojaos. 

"El mango en el suelo"

Mejor que un mango bajito
Es un mango en pleno suelo
Pues no tiene que treparte
Hasta el cogollo a cojerlo

Cuando de mango se trata
Me como  hasta la semilla
Y  mejor que no me pidan
Ni el  mangos ni su semilla

Pero si mangos tú quieres
Yo te los puedo brindar
Pero  debe tener  claro
Que te tienes que enganchar

I. Mullix

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