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25 de noviembre de 2017

Sin dudas; cuatro grandes de la aviación civil de R. Dominicana

Una  composición fotográfica para la historia; Al frente, el Lic. Norge Botello Fernandez, a su lado,  el aviador Tirso Garcia, posterior a la derecha, el Capitán  Eugenio de Marchena y posterior a la  el padre y el Mega Capitán Gabriel Medina Felipe.  


Cuando echamos un vistazo a la composición fotográfica que se observa, no existe duda de que se trata de cuatro grandes exponentes  de la aviación civil de República Dominicana.  Cada uno de ellos en su rol particular, pero en su conjunto,  un equipo integrado por personas bien conocidas en el ámbito de  la aviación civil nacional y hasta en la aviación  internacional si se quiere. Como se puede comprobar con facilidad,  cada uno de ellos ha cumplió  una  misión estelar en el ámbito del quehacer de la aviación civil dominicana. Pero  entre ellos se muestran figuras que aún continúan aportando a un quehacer estratégico para la República Dominicana como es la aviación civil .


Para quien suscribe, la figura estelar de la composición, es el Licenciado Norge Botello Fernández, quien sin ser un profesional de la aviación, gestionó el proceso que logró recuperar la llamada Categoría 1, después años de intentos  fallidos,  con la implementación de  varios procesos o proyectos  infructuosos, procesos que conllevaron grandes inversiones económicas, ocasionando grandes pérdidas para una  industria del transporte aéreo  de la República Dominicana, actividad  que  aún no se recupera de ese trauma  de manera definitiva.

En lo personal no formé parte del equipo que trabajó de manera directa  con  Don Norge Botello, como un gerente y comandante probado, no dudaba en escuchar opiniones, no importando de donde vinieran.  Perece que por esta especial caracteriza del Lic. Botello, una tarde de un viernes fui llamado a su despacho. Cuando le inquirí las razones al interlocutor, me dijo que no tenía la mínima idea de que se trataba.

Bueno, pues cuando presenté a su despacho de tercera planta de la Avenida México con 30 de Marzo, luego de saludarme,  llamándome por mi apellido,  me preguntó lo siguiente; Mullix, ¿ Cuál es su opinión en relación a mover la Junta de Investigación de Accidente y  Incidentes de Aviación fuera de la  DGAC?. No tuve que pensarlo mucho, y le respondí de inmediato lo siguiente; “mi opinión, Sr. Director, es que ese organismo debe ser totalmente independiente de la DGAC, no podemos investigarnos nosotros mismos. como reguladores que somos, se pierde el criterio de objetividad y le la hablé de la NTSB de  EE.UU.

Poco después, salí de su despacho para volverlo a visitar en la tercera planta de un centro médico de la avenida Independencia donde le vi con vida por última vez.  El Lic Norge Botello falleció en agosto del 2008, luego de completar una misión aeronáutica en la que fallaron  por años   expertos en aviación  civil, tanto  locales y extranjeros. A veces me da cosas, cuando escucho que se le atribuye a otro director del la entonces DGAC el inmenso logro del Lic. Norge Botello, sin que se corrija el error.

Tirso Garcia operando su aeronave  experimental, La Cabra Loca en el 1983

Siguiendo con la composición fotográfica, al lado izquierdo del Licenciado Botello aparece el aviador Tirso García, aeronauta  de pura  sangre,  hijo de Zoilo Hermogenes García, quien fue el primer dominicano que construyó y voló un avión en República Dominicana, en el año 1911, específicamente en La Vega. A Tirso García  lo conocí vía la frecuencia 118.1 MHZ, cuando durante el mes de febrero del 1983,  a las 11:00, aproximadamente,  sobrevoló el Aeropuerto Internacional de Las Américas piloteando su  Cabra Loca, una aeronave  tipo giroscopio experimental,  diseñada y construida por el mismo, como lo había hecho su padre.

La Cabra Loca  integró motor de automóvil ese día volaba   en ruta desde Puerto Rico hacia el entonces  Aeropuerto Internacional de Herrera de la Avenida Luperón.  Si no me equivoco,  creo que la Cabra Loca permanece en el Muso de Historia y Geografía de Santo Domingo. El hecho de ser hijo de Zoilo García y continuar inmerso en la actividad aeronáutica,  es motivo suficiente para que su nombre también sea parte integrar  de la historia de nuestra aviación.    

Capitán Piloto  Eugenio de Marchena,   Pulún 

En  relación al Capitán Eugenio de Marchena, el padre, no creo que exista un dominicano ligado a la aviación que no  haya conocido u oído hablar de él y de su labor en el ámbito de la aviación civil y militar de República Dominicana. Aunque hablaba bastante con Pulún por las frecuencias ATS, además a veces  solíamos juntarnos a medio día en el restaurante de la tercera planta del AILA, cuando regresaba del primer vuelo de aerovías Quisqueyana.  Allí íbamos a almorzar y observaba la forma en que Pulún  condimentaba  su plato con un ingrediente bastante particular,  y que me llamaba bastante la atención.

Luego en la tarde despegaba de nuevo hacia Isla Verde,  para  completar el segundo  vuelo  de aerovías, el QQ-202/03.   Además de haber sido  un incansable capitán, también  ha cumplido con algunas asignaciones como la de piloto chequeador del IDAC, pero además, se  desempeñó como autoridad de aviación en la región del Cibao. Un una ocasión, junto a un funcionario de la entonces DGAC le visité en su casa de Santiago, donde tuve el placer de recibir el  especial  trato y cortesía que solo saben brindar las personas con las características que adornan a Pulún Marchena y su familia.

Capitán Gabriel Medina Felipe, ocupando el asiento que le corresponde en la cabina de mando

Otra de las personalidades aeronáuticas  que muestra la foto,  no es otro sino el Capitán Gabriel Medina Felipe, el Mega capitán,  quien,  equipo por equipo, parece ser el capitán dominicano que ha volado las aeronaves más avanzada en operación a nivel mundial.  En lo personal,  conocí al Capitán Medina cuando yo era un “pino nuevo” en aviación y me comunicaba con él, vía   la frecuencia 126.9 MHZ de Información Santo Domingo.

Para entonces, el Capitán Medina volaba en una línea aérea local. Sin embargo, me encontré por primera vez con el Capitán Medina un sábado a medio día, en el mes de diciembre del año 1979 en la rampa del Aeropuerto Internacional Las Américas, cuando, linterna en mano, “alumbraba de día” completando el “walk around” de un  avión B-727.  En ese momento lo miré y lo vi muy joven  y me pregunté, pero, ¿Qué hará este “muchacho” con esa linterna debajo de este avión?.  El asunto era que el hombre estaba volando como ingeniero y ese día le tocaba el DOA-302 a Miami. En la actualidad  el Capitán Medina continuo brindando sus conocimientos y experiencia al frente de la Dirección de Normas de Vuelo del IDAC, donde necesariamente  debe hacer una buena labor.

Sin dudas, la composición integra un conjunto de hombres cuyos aportes a la actividad aeronáutica de nuestro país  no  tiene otro calificativo sino de trascendente, para la actividad aeronáutica de República  Dominicana de siempre. 

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