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5 de agosto de 2016

“Fuego a bordo”; una frase que nadie quiere oír

 Actuación de la tripulación y los bomberos del Aeropuerto de Dubái; un trabajo encomiable 

El pasado jueves 04 de agosto, el vuelo EK-521 operado por un B-777 de la línea aérea Emirate se incendió cuando aterrizaba en el Aeropuerto Internacional de Dubái con 300 pasajeros a bordo. El avión completaba un vuelo de aproximadamente tres horas que originó la ciudad de “Thiruvananthapuram” del estado de Kerala de la India.  Aunque no hubo fatalidades entre los pasajeros ni la tripulación, un bombero resultó muerto mientras realizaba labores tratando de extinguir las llamas. En medio de la emergencia, pasajeros documentaron las escenas de pánico a bordo del B-777, mientras la tripulación de cabina procedía con la   evacuación del aparato solo por las salidas de la izquierda del avión, completando una labor digna de reconocimiento, mientras algunos pasajeros inconscientes, recogían sus pertenencias personales en los compartimientos de cabina del avión en una tareas absolutamente improcedente en una emergencia de este tipo .
Si existe una frase que nadie quiere oír cuando se encuentra a bordo de un avión esa es “fuego a bordo”. Esto debido a los  peligros y los riesgos que existen cuando ocurre  una situación como esta. “Fue aterrador, cuando estábamos aterrizando vimos como salía humo de la cabina. La gente gritaba y tuvimos un aterrizaje muy duro” Después fuimos bajando del avión por los toboganes de emergencia y cuando estábamos lejos del avión vimos cómo se incendiaba, fue horrible”. Esa fue la descripción de las escenas  por parte de un pasajero, situación que alguien firmó con su teléfono, en la  que muestra algunos pasajeros recogiendo sus pertenencias en vez de apresurar la evacuación del avión en medio del pánico provocado por un fuego del cual, por el momento, no se conoce el origen.
Un fuego a bordo siempre será una verdadera pesadilla para  tripulaciones y pasajeros. Sin embargo, los aviones poseen sistemas de detección  temprana de los incendios a bordo y en la mayoría de los casos se resuelve el problema.En el caso de las tripulaciones la atención a esta situación es constante, siendo el sentido del olfato el que trabaja de manera constante para detectar situaciones de incendios potenciales en una aeronave. Aunque jamás me he visto en una situación de este tipo, fueron bastante las ocasiones en las que vi preocupación en las cabinas de mando cuando se sospechaba lo  que   podría ser un olor a “quemado” y uno de los tripulantes pregunta a otro; ¿..No te huele a quemao?".
Como un hecho de la vida  real sobre un fuego a bordo de un avión grande  en el ámbito de la Republica Dominicana, recordamos que el domingo  05 de septiembre  del año 1993 un B-727-200 de la Compañía Dominicana de Aviación fue consumido totalmente por un fuego, que se desencadenó después de haber aterrizado y haberse estacionado en la puerta A-6 del Aeropuerto Internacional de Las Américas. El fuego redujo a escombro la aeronave. El aparato había aterrizado como el vuelo de itinerario DOA-604 de Dominicana originado en el  Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín de San Juan Puerto Rico. 
A pesar de que la aeronave venía mostrando algunos indicios en relación a la situación, el aparato continuaba en la línea de vuelo. Aquella noche ya en la madrugada,  a la 12:45 a.m., luego de estacionarse en la posición de desembarque 6, la aeronave se llenó de humo siendo evacuada por la tripulación que hizo su trabajo, aunque nunca  fue  reconocida por nadie.  Sin embargo, el incendio no pudo ser controlado por los bomberos del AILA y el B-727 fue consumido totalmente por el fuego, en un accidente del que ha culpado a personas que necesariamente no son tan culpable como se dice y como yo demostraré en un futuro no muy lejano. Yo estuve ahí esa noche  cuando el avión aún era consumido por el incendio.

Esperen pronto  la historia completa del incendio del vuelo DOA-604 de aquella noche "septembrina".


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