Bueno, durante el día de hoy estuve
escuchando y leyendo en diferentes medios, reseñas y opiniones en relación al
evento resultante de la explosión de los neumáticos de uno de los trenes
principales de una aeronave tipo Boeing 737 operada pon la aerolínea Chile Jet,
mientras el avión completaba su carrera de despegue en la pista principal del Aeropuerto Internacional de
Punta Cana, República Dominicana. El vuelo cubriría una operación directa que la llevaría
hasta el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima Perú. El avión con 156
pasajeros a bordo, retornó y aterrizó en el aeropuerto de despegue Punta Cana, sin novedad.
Uno de los comentarios que
llamaron la atención surgió cuando un radioescucha de una emisora local, se refería
al evento diciendo, cito, << “no sé realmente, por qué el piloto retornó
al Aeropuerto de Punta Cana…>> y siguió diciendo, <<el avión debió
continuar al destino, al fin y al cabo, era el mismo aterrizaje aquí o allá” >>.
Nada más lejos de la lógica en este tipo de evento. Cuando un neumático de un avión
explosiona en la carrera de despegue, existen una serie de eventos que pueden sobrevenir si es que la tripulación de mando del vuelo se toma el inmenso riesgo de
continuar el vuelo.
En primer término, cuando un neumático
explota durante la carrera de despegue, un avión de este tipo, B-737-400, maneja
velocidades en el momento de “rotación” que están en el orden de los 150 nudos
hasta los 165 nudos, dependiendo de la configuración de “flaps”, la “elevación del
Aeropuerto de despegue con respecto al nivel medio del mar” y otros factores
operacionales. Esto quiere decir que la frecuencia o velocidad de rotación de los neumáticos
es bastante alta. Debido a ello, inmediatamente ocurra la explosión, pedazos de
caucho saldrán disparado a gran velocidad en todas direcciones cual proyectiles,
teniendo el potencial para afectar cualquier sistema del avión, lo que puede colocar
el vuelo en una grave situación para la seguridad de pasajeros y tripulación. Fueron precisamente pedazos de caucho los “proyectiles”
que dieron al traste con el vuelo AF-4950 del Concorde aquella fatídica tarde
del 25 de julio del 2000.
Debido a ello, siempre que no se
presente otra situación que afecte el vuelo, lo que hizo la tripulación de
mando del vuelo de Punta Cana/Lima Perú al que se le reventaron neumáticos del
tren principal, durante la carrera de despegue del vuelo en cuestión, fue lo
correcto al enfilar el aparato a Punta Cana y aterrizar en el aeropuerto de
donde había despegado. Del mismo modo, saludamos la buena actuación de
operaciones y las autoridades del Aeropuerto Internacional de Punta Cana.
Nota: Los neumáticos de los
aviones son inflados con el gas “nitrógeno”, la razón de ello es que este gas no reacciona para
producir fuego en eventos como el ocurrido el vuelo de Chile Jet.
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