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6 de noviembre de 2015

¿Un A321 que se desintegra en vuelo? y II


                                               
Una de las investigaciones más laboriosa de la historia de un accidente de aviación civil, tuvo lugar en el año 1954,  cuando el vuelo 781 de la British Oversea  (BOAC) cayó al mar Mediterráneo, matando  sus 35 ocupantes. Hasta el momento del accidente la tripulación de vuelo no había hecho ningún reporte de fallas o anomalía, en el vuelo de una aeronave relativamente nueva. Para entonces no existían los registradores de vuelos, lo que hacia la investigación más tediosa.

Ahora 61 años después, un accidente similar le ocurre a una moderna aeronave A321,cuando completaba el vuelo 9865 de la Aerolínea rusa Kogalymavia, el pasado 31 de octubre, provocando incertidumbre y preguntas al no poderse  determinar todavía preliminarmente  ¿Qué pasó realmente con  el vuelo que costó la vida a 224 ocupantes?.

A pesar de que un grupo extremista se ha adjudicado  la autoría del siniestro, hasta ahora nadie  ha dado mucho crédito a la especie, mientras las autoridades de aviación civil de Egipto niegan la posibilidad de la existencia  de un artefacto explosivo colocado a bordo. Pero, por otra parte, fuentes militares de EE.UU se han referido a una explosión térmica ocurrida inmediatamente después de la desaparición del A321 de las pantallas de los radares.  Sin embargo,  resulta más que cuestionable la teoría de una descompresión explosiva en una  moderna  aeronave de este tipo, sin la ocurrencia de un  evento importante en términos de liberación de energía en ámbito  externo o interno del avión .

El caso del  el accidente del A321,  ya han sido recuperados los registradores de vuelos. Tanto del registrador de datos de vuelo y registrador de voces de la cabina. Según lo publicado,  el registrador de datos vuelo no ha dado  pistas  de fallas en los sistemas, simplemente en un momento dado todo dejó de funcionar,  como si el área de cola,  donde se ubica este dispositivo,  se separara del avión. En relación el registro de voces de la cabina, no ha sido analizado todavía y, en apariencia, se observan en ella daños que pudieran afectar  su descifre.

Ahora las autoridades de aviación  egipcias y las rusas  tienen la tarea de determinar las causas reales del siniestro, mientras el constructor del aparato espera con ansias los resultados oficiales de este accidente repentino.    En el caso de la desintegración del  Havilland  DH-106-Comet de BOAC, hacen seis décadas,  se determinó finalmente que el accidente lo provocó una descompresión explosiva por fatiga de materiales en el  fuselaje de la aeronave. La fatiga se originó en una falla de diseño de las ventanillas de la cabina de los pasajeros, lo que provocó que de ahí en adelante,  las ventanillas  de los pasajeros de los aviones no sean tan grandes, como usted puede constatar,  cuando haga su próximo vuelo.    

Foto:cortesia de AFP     

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