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6 de julio de 2015

El Papa Francisco en el "jump seat" del A-330 de Alitalia


El Papa Francisco comparte con la tripulación del vuelo 4000 de Alitalia.  Foto: Mundo.

El vuelo 4000 de la  aerolínea  Alitalia ha recorrido una distancia de 11,223 kilómetros para transportar  al Papa Francisco desde Roma hasta  la hermana  República  de Ecuador, donde Su Santidad ha  iniciado una  a  una visita pastoral de tres días, para luego  continuar su periplo a Bolivia y luego a Paraguay.  La aeronave despegó  del Aeropuerto Internacional de Fiumicino, en un vuelo sin escala, hasta el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre de Quito Ecuador, donde aterrizó  en horas de la tarde de ayer  domingo 05 de julio, siendo recibido por Rafael  Correa, Presidente de  Ecuador.

En su largo vuelo, el A-330-200 de Alitalia  debió cruzar los espacios aéreos jurisdiccionales  de varias naciones, entre ellas Francia, España, Portugal, las islas más meridionales del arco de las Antillas, Venezuela, Colombia hasta llegar a Ecuador. En el caso de Venezuela y Colombia, tenemos entendido que el Santo Padre envió mensajes, a los mandatarios de esas naciones a través de las facilidades de comunicaciones aeronáuticas, mientras sobrevolaba sus espacios aéreos,

A propósito de los vuelos  internacionales de los los Papas, de acuerdo a la tradición,  son realizados en aeronaves  de la aerolínea italiana  Alitalia,  línea bandera de Italia. Los aviones de la referida empresa son  contratadas  por el Vaticano para los viajes originados en Italia, aunque en los viajes de regreso a Roma, suelen utilizarse  aeronaves de la línea bandera del país anfitrión, si es que la tiene. En el caso de vuelos interno en el territorio de  las naciones que visita, por lo general,  los papas utilizan aeronaves de líneas aéreas nacionales del país en cuestión.

Cuando Juan Pablo II visitó a Estados Unidos utilizó los servicios de la TWA. Como es normal, los costos generales de esas operaciones son cubierta por el Estado Vaticano y los costes de los boletos de los periodistas, siempre presentes en los vuelos papales son cubiertos por los medios que representan.  Como es conocido, y corroborado por Airlines.net  el Papa que más viajó  fuera de Roma fue Juan Pablo II, cumulando bastantes horas de vuelo en sus periplos pastorales por los cinco continentes.

En el caso de la primera visita del Papa Juan Pablo II a República   Dominicana, la que inició el 25 de enero del 1979, como es normal, el Papa  fue transportado por el vuelo 6566 de Alitalia, aerolínea  que utilizó  un B-747-200 que completó  un vuelo directo de 8: 55 minutos,  desde el Aeropuerto de  Fiumicino de Roma,  aterrizando  en el aeropuerto Internacional de Las Américas  cerca del mediodía,  luego de que el pesado  avión  realizara  un pase bajo sobre la pista 35 para la televisión  italiana,  lo que produjo una alarma general entre los anfitriones que observaron la maniobre desde la rampa del AILA.

El Jumbo de Alitalia regresó a Roma el 26 de enero, en un vuelo “ferry” (sin pasajeros), mientras que  Juan pablo  prosiguió  su primer  periplo de su papado,  dirigiéndose a  Ciudad México. Para ese vuelo a México, el Gobierno Mexicano envió la  aeronave insignia de Aeroméxico, un DC-10-30 bautizado con el nombre de “Cuauhtémoc”. Ese viaje fue el primero de tres a Republica Dominicana y de los cinco que Juan Pablo II que realizó a México durante su papado.

Por lo general, es costumbre que  cuando Jefes de Estado y  personalidades importantes del mundo se encuentran a bordo de las aeronaves, casi siempre  son invitados por el Capitán a visitar las cabinas de mando de las aeronaves  en que las vuelan. Los Papas no son  un caso aparte.  En ese sentido en la foto  podemos  observar al Papa Francisco sentado, tranquilamente,  en un “Jump seat”  de la cabina de mando del Airbus 330-200 de Alitalia, mientras comparte con su anfitrión a bordo, el el Capitán del Alitalia 4000, mientras su copiloto mantiene su atención fija en los parámetros del aparato que vuela a una altitud de 40,000 pies sobre el Atlántico. Nótese lo resplandeciente del sol en la cabina. Como el avión  está volando hacia el Oeste, el sol de la tarde se convierte en un elemento de molestia duradera para todo el que esta en cabina de mando.
 
Con su presencia en la cabina de mando, el Papa Francisco da muestra, una vez más, su impactante sentido de la  sencillez, lo que ha sido una agradable sorpresa para todos, pero en esta oportunidad, la magia del Papa parece haber tocado los corazones de esos hombres del aire, a una altura que los había  llevado  a todos  a un lugar algo más cercano al Cielo.  



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