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4 de marzo de 2015

Accidente del HI-882 y el factor meteorológico


Aeronave tipo Piper Pawee 

Hace varios días  los organismos de Búsqueda y Salvamento  localizaron  la aeronave Piper Pawnee, matricula HI-882 propiedad de la empresa de aplicación agrícola FUMA, confirmando la muerte de su capitán Aldo Amaro Joa. Los restos de la  aeronave fueron avistados en una zona montañosa casi inaccesible, al Noroeste de la Loma La Rucilla, cerca del Pico Duarte. La aeronave se accidentó, luego de iniciar un vuelo que se originó una pista de fumigación  localizada en la provincia de  Azua y su destino era una pista de fumigación localizada en Mao, provincia de Valverde.  Como es lógico,  los causales que provocaron del accidente no son conocidos por  el momento.

En relación al trágico vuelo, vale destacar  que originó  en una pista destinada a la fumigación, operación en las que por lo general,  el piloto evalúa las condiciones meteorológicas e inicia su vuelo, fumiga y luego de la aplicación del pesticida, retorna a la misma pista de donde despegó. El problema se plantea cuando  la  operación está destinada al traslado de las aeronaves de una región a otra, operaciones en las que la aeronaves deben cubrir cierta distancia, como el vuelo de referencia. En el caso particular del  vuelo del HI-882, Azua/ Valverde Mao, la aeronave debió desplazarse por un espacio aéreo caracterizado por concentrar las mayores elevaciones montañosas  del país y donde, por lo general, se presentan formaciones nubosas, neblinas y lluvias, siendo una zona donde se han originado varios accidentes de aviación.

A pesar de la sobrada  experiencia del Capitán Aldo Amaro, resulta extraña su elección de una ruta directa Azua/Valverde Mao, atravesando el corazón de la Cordillera Central en una aeronave, que si bien posee el equipamiento básico de instrumentos de  vuelo, resulta ostensible que la operación de esta en un ambiente como el de ese espacio aéreo, podía llevar la aeronave al límite y causarle un percance a cualquier piloto, como el que aconteció. Aunque no es mi intención predecir la causa del accidente, resulta altamente probable que su origen se debiera a  condiciones meteorológicas adversas encontradas  en la ruta proyectada.

Vale decir que la aeronave tiene un techo de servicio de 13,000 pies y estaba operando en una zona donde las elevaciones montañosas están en el rango de los 9,000  y 10,000 pies. En cuanto al peso máximo operacional  de la aeronave, este es de 2,900 libras y su velocidad máxima es de 124 nudos. En cuanto al peso actual de despegue del avión, habría que saber ¿Con qué cantidad de combustible despegó  y si estaba cargado con material de aplicación agrícola en el vuelo?. En relación al parte meteorológico, se pronosticaba nubosidad y aguaceros dispersos en la zona, pero sabemos que los pilotos conocen lo imprevisible del rápido  desarrollo de las formaciones nubosas y la ocurrencia de repentinos aguaceros en la zona del Pico Duarte. 

Hace bastante tiempo que me preocupa la recurrencia de estos eventos causados por el factor meteorológico a la aviación general de República Dominicana.  Es más, en una oportunidad, a inicios de la década del 2000, a raíz de un accidente de aviación ocurrido en una loma en la cercanía de Moca, comencé a recopilar datos en relación a la incidencia de estos eventos originados por la condiciones del tiempo. Pero para entonces no fue posible que completara la investigación, por razones que no vienen al caso.

En este caso  del accidente HI-882, esperemos los resultados de la Junta de Investigación de Accidente de Aviación (CIAA), perteneciente a la Junta de Aviación Civil (JAC), organismo de investigación  integrado por técnicos  de gran experiencia, quienes de seguro determinaran los causales reales que condujeron la aeronave a estrellarse en esa escabrosa  zona  de la codillera Central, en una ruta que el Capitán de la aeronave no debió seleccionar jamás. 




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