Como es normal en la República Dominicana,
muchas leyes y decretos se
implementan simplemente para que no se cumplan. Por lo general, cuando los
autodenominados "honorable" logran reunirse lo aprueban todo, sobre todo cuando los proyectos van en determinadas
direcciones o están suficientemente "engrasados" como para que se levante cualquiera de las manos.
Sin embargo, las manos no se
levantan o dan muchas bregas dirigirse hacia arriba, cuando los proyectos van
beneficio directo de los descamisados
que somos la mayoría de la población dominicana.
Entre las leyes y resoluciones que se han aprobado para que
no se cumplan son las relativas a la regulación de los infernales
ruidos que dañan la tranquilidad y la
salud de los dominicanos, afectando de manera constante el diario vivir de quienes estamos obligados a permanecer
en los diferentes sectores que integran,
no solo la ciudad de Santo Domingo, donde el asunto es grave, sino también en todos los rincones del país.
El ruido supermercado ambulante
No importa el articulado de la
Ley No.287-04 y otras iniciativas como la Norma Ambiental para la Protección
del Ruido de septiembre del 2017, NA-RU-001-03, las que nadie cumple, las que por el contrario, en apariencia, lo que están es contribuyendo con el aumento de los ruidos de las famosas plataneras, de lo que vocean que "compran todo lo viejo" y otros los
ruidos producido por padres de familia. Ahora las plataneras interrumpen
hasta el tránsito, cuando sus ruidosos medios se colocan en medio de calles
y avenida de la ciudades con sus
estridentes ruidos voceando sus mercancías frente a la mirada indiferentes de la autoridad competente.
1 comentario:
Y seguimos en el 2021 con lo mismo en aumento. Más inoportunos que nunca, sin control alguno. Si reclamas, te responden con agresividad y hasta sacan armas blancas o de fuego. Como siempre tendrá que suceder una desgracia para que tal vez, hayan dos días de paz. En ocasiones se juntan hasta tres en un mismo punto. Yo decido no comprarles.
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