El Capitan Eddy Francisco Tineo A., el Copiloto Luis Despradel y el Ingeniero Claudio Mendez Gabot, esta vez en la cabina del B-747-100 de Dominicana de Aviación, CDA.
El próximo mes de diciembre se cumplirán
35 años del gran terremoto de Nicaragua, fenómeno telúrico que casi destruyó la ciudad de Managua. En aquella oportunidad, la ciudad fue impactada por un temblor de intensidad 6.2, con epicentro
cerca de Managua, produciéndose a solo tres kilómetros de
profundidad, por lo que su poder destructivo, pérdida de vidas y daños a
la infraestructura fueron importantes. El terremoto
ocurrió en la madrugada del sábado 23 de diciembre del 1972. Como ha sido
costumbre en estos tipos de eventos, República Dominicana y otras
naciones del área del Caribe enviaron su solidaria asistencia al pueblo del hermano país Centroamericano.
La Super Estrella del Baseball Roberto Clemente
Fue precisamente en una operación de transportación de ayuda, por la vía aérea, a los damnificados del terremoto de Nicaragua, en la que la super estrella del baseball de grandes ligas, Roberto Clemente perdió la vida, cuando el avión tipo DC-7 matrícula N-500AE, “sobrecargado” que lo transportaba, sumado a otros
problemas operacionales como la falla de dos de sus cuatro
motores, provocó que se precipitara al mar, poco minutos después de haber despegado desde la pista 08 del Aeropuerto Internacional de
Isla Verde de San Juan, Puerto Rico.
Sin embargo, como cosa de la casualidad, casi lo mismo ocurrido al DC-7 que transportaba a Roberto Clemente, ocurre al DC-6B matricula HI-92 de Dominicana de Aviación si llegaba a despegar, bajo las condiciones de cargue realizada con anterioridad a la llegada al aeropuerto de Tineo y su tripulación. Todo ocurrió mientras se completaban los últimos preparativos del vuelo con la ayuda humanitaria, despegara desde el Aeropuerto Internacional de Las Américas de República Dominicana para Nicaragua. Además el avión transportaba una un equipo de médicos enviados por el Gobierno Dominicano, quienes iban a colaborar en labores sanitarias en Nicaragua.
Sin embargo, como cosa de la casualidad, casi lo mismo ocurrido al DC-7 que transportaba a Roberto Clemente, ocurre al DC-6B matricula HI-92 de Dominicana de Aviación si llegaba a despegar, bajo las condiciones de cargue realizada con anterioridad a la llegada al aeropuerto de Tineo y su tripulación. Todo ocurrió mientras se completaban los últimos preparativos del vuelo con la ayuda humanitaria, despegara desde el Aeropuerto Internacional de Las Américas de República Dominicana para Nicaragua. Además el avión transportaba una un equipo de médicos enviados por el Gobierno Dominicano, quienes iban a colaborar en labores sanitarias en Nicaragua.
Ruta del DC-6B de la Compañia Dominicana de Aviación, CDA en su vuelo a Managua en diciembre del 1972. Infografia: I.Mullix
Era temprano en la mañana del viernes 28 de
diciembre del 1972 y la tripulación hacia sus últimos arreglos para iniciar un
vuelo de casi 1450 millas náuticas y una duración aproximada de 5 horas de vuelos a su destino. Sin
embargo, como es suele suceder, quienes cargan los aviones, si no es que están debidamente supervisados, suelen no hacerlo con apego a los manuales correspondientes, sobre
todo cuando existen en el ambiente personas que le gusta "ordenar y dirigir las cosas", no importándole si conocen o no el
asunto. El asunto fue que cuando el Capitán Tineo y su tripulación integrada además, por Odalis Cruz Ventura y
Claudio Mendez Gabot se presentaron al avión, inmediatamente se percataron de que los "amortiguadores de los trenes principales" y “la tijera” del avión, no se mostraban como debían para una carga de 26,000 libras, que era la que
aparecía de la hoja de carga y en el formulario del peso y balance del aparato.
Aeronave matricula HI-92, tipo DC-6B carguero, la misma que comandó Eddy Francisco Tineo, junto a su tripulación en el mes de diciembre del 1972, cuando se realizó dos vuelo de asistencia humanitaria a Managua, Nicaragua.
Luego de un “intercambio”, no muy agradable de Tineo con
el entonces administrador del Aeropuerto Las Américas y otros "coordinadores" y autoridades designadas, para supervisar la salida de la ayuda a Nicaragua, por ordenes expresas de Tineo, los "ramperos" Bayillo,
Macorix y Amancio y otros trabajadores de la plataforma o rampa, debieron
bajar casi 3,000 libras de carga del DC-6, para colocar sus pesos dentro de los límites operacionales del avión. Luego de estos ajustes, Tineo y su tripulación, así como la delegación de médicos enviada por el Gobierno, despegaron con
toda normalidad, enfilando el avión rumbo Suroeste, rumbo que lo llevó hasta Managua, Nicaragua.
El día siguiente, por la tardecita, el HI-92 regresó al Aeropuerto Internacional de Las Américas de Santo Domingo, trayendo 20 (veintes) niños nicaragüenses, que quedaron huérfanos por los devastadores efectos de terremoto, siendo esta una cooperación adicional del Pueblo Dominicano, para aliviar la situación de calamidad que afectó a la hermana nación de Nicaragua por el terremoto. Como se puede ver, la historia de este vuelo hubiera sido otra totalmente diferente, si el Capitán Tineo y su tripulación, no hubieran verificado las características visibles de un avión sobrecargado, así como una hoja de carga no bien conformada. Eso fue precisamente lo que no hizo la tripulación del DC-7 que mató a la Súper Estrella Roberto Clemente y la tripulación del vuelo que no hizo su trabajo previo al despegue del avión, desde Isla Verde de San Juan, Puerto Rico, para completar el vuelo que tenia como destino la capital de Nicaragua, donde nunca llegó.
El día siguiente, por la tardecita, el HI-92 regresó al Aeropuerto Internacional de Las Américas de Santo Domingo, trayendo 20 (veintes) niños nicaragüenses, que quedaron huérfanos por los devastadores efectos de terremoto, siendo esta una cooperación adicional del Pueblo Dominicano, para aliviar la situación de calamidad que afectó a la hermana nación de Nicaragua por el terremoto. Como se puede ver, la historia de este vuelo hubiera sido otra totalmente diferente, si el Capitán Tineo y su tripulación, no hubieran verificado las características visibles de un avión sobrecargado, así como una hoja de carga no bien conformada. Eso fue precisamente lo que no hizo la tripulación del DC-7 que mató a la Súper Estrella Roberto Clemente y la tripulación del vuelo que no hizo su trabajo previo al despegue del avión, desde Isla Verde de San Juan, Puerto Rico, para completar el vuelo que tenia como destino la capital de Nicaragua, donde nunca llegó.
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