Todo iba bien en la terminal aeroportuaria de Las Américas. Desde la torre
de control de Las Américas, un controlador observaba la situación en rampa. A
esa hora, en la plataforma de estacionamientos solo dos aviones. Uno era un pesado DC-8-63 de la línea
aéreas IBERIA de España, cuyo destino era Madrid y el otro un McDonald
Douglas, DC-9-32, operado
por la Compañía Dominicana de Aviación. Todo lucia normal en la terminal
y tranquilo, mientras los pasajeros realizaban sus chequeos en el mostrador de la Compañía. Dominicana de Aviación pasaban luego a migración de salida.
En el caso de DC-9-32, el aparato había arribado a Las Américas
procedente del Aeropuerto Internacional de Miami, Florida como el DOA-301, habiendo
tocado tierra, alrededor de las
4:30 p.m. De inmediato, se iniciaron los preparativos para que el avión iniciara,
lo que iba a ser su último vuelo. La operación estaba programada para salir a las 6; 00 p.m. El
vuelo era operación de itinerario del vuelo
DOA-603/04 de ida y vuelta al Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín o de
Isla Verde.
Sin embargo,
esa tarde de domingo, nadie, incluyendo el controlador de turno, se imaginaba que la operación de este vuelo se convertiría en un ejemplo
perfecto de la jugada del destino. y lo que puede ser en ocasiones el trabajo de
un controlador aéreo que casi salva el vuelo. Pero además, de cómo colocar o no
a un tripulante con poca experiencia en un avión, puede ser una decisión fatal. Tengo la información también, de un pasajero llegó tarde al aeropuerto y perdió el vuelo, porque se le extravió el pasaporte, por lo que
no solo perdió el pasaporte, no solo el
vuelo a San Juan Puerto Rico, sino que se ganó la vida.
Aproximadamente,
las 6:05 de la tarde del domingo 15 de febrero del 1970,
abordado 102 pasajeros y la tripulación, el DC-9-10, fue autorizado por el
controlador de esa tarde, a iniciar su lento rodaje, rumbo a la cabecera de la entonces pista 16
del Aeropuerto Las Américas. Poco después, el avión llegaba al punto de espera de la misma, donde solicitó
y de le concedió autorización para
despegar. Al acelerar motores para la operación
de despegue, el controlador le advierte al capitán que"
algo no va bien en uno de sus motores, está
emitiendo chispas".
El Capitán colaciona, responde "que está enterado", pero continúa
con la carrera de despegue. Frente al hangar de CDA, el controlador hace una segunda advertencia, cuando
nota que una de las turbinas sigue expidiendo chispas por la salida del motor.
Sin embargo, a pesar de las advertencias del controlador, el Capitán continuó la maniobra de despegue, inclinando la nariz del avión en
un inclinado Angulo con dirección a la vertical, con las
consecuencias que todos conocemos. Desafortunadamente, 102 víctimas inocentes,
los que pagaron sus boletos generosamente, para recibir un servicio de transporte
aéreo seguro, a pocos minutos del despegue, cayeron el foso de la eternidad.
De acuerdo a
informaciones que circularon en ocasión del fatídico evento, se rumoró sobre ciertas deficiencias en la capacidad de
la tripulación al mando de ese vuelo aquel domingo en la tarde, para
operar ese tipo de aeronave, sobre todo en lo referente al Capitán,
deficiencias, que, supuestamente la vincularon el tema sobre una calificación
inmerecida. Se trataba de un capitán, cuyo país, había cambiado de gobierno y muchos
de sus ciudadanos marcharon al exilio, algunos llagando a R.D. como fue el caso
de ese capitán.
Los accidentes
de aviación se construyen, mediante procesos en lo que se destacan la violación
de los procedimientos, las incompetencias.
Son mayormente consecuencia del factor humano y no de la tecnología o
materiales. Desafortunadamente, es muy común que en República Dominicana, sobre todo en área de la aviación civil, de un momento dado, se presenten expertos en esos quehaceres. Por lo general,
las propagandas sobre las capacidades y experiencias en aviación corren por pasillos y mentideros. Sin embargo,
para darnos cuenta de cuál es la realidad, solo debemos evaluar el reducido tamaño
se nuestra aviación, en todas sus manifestaciones.
La cosa es
tal, que si hoy el trabajo de los controladores aéreos dependiera de la escasa aviación
que aún mantienen los sufridos operadores
aéreos de República Dominicana, poco
trabajo hubiera para los centradores aéreos
que no fueran los sobrevuelos que atraviesan, días y noches, el espacio jurisdiccional
de R. Dominicana. Mientras que, por otra parte, pilotos, mecánicos, azafatas y sobrecargo tienen que
marcharse del país, mientras que las escuelas de aviación cierran o ven disminuir, de manera sostenida, sus matrículas de
estudiantes.
Al celebrarse
el próximo día 20 de octubre el Día Internacional del Controlador Aero, la Asociación
Dominicana de Controladores Aéreo Inc. ADCA felicita a los controladores de
Republica Dominicana, a todos, así como
a los controladores a nivel mundial a la
vez de encomiar una labor profesional que envuelve grandes responsabilidades y, por
lo general, muy poco comprendida. Sobre todo, por las autoridades de aviación que, tradicionalmente, se designan en República
Dominicana, quienes no valoran que lo que es hoy el Instituto Dominicano de Aviación
Civil, IDAC, sus dependencias técnicas y
sus condiciones laborales entre otros factores positivos, se debe a las luchas
y sacrificios de los controladores aéreos y la comprensión de algunos gobiernos
y muy pocos directores de los que han ocupado el solio presidencial y
el cargo de Director del IDAC en los últimas
décadas.
"20 de octubre; día internacional
del controlador de Tránsito Aéreo"