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9 de febrero de 2017

La suerte del vuelo ALW-301 de Birgenair y el servicio radar


Área donde cayó el B-757-225 de Bergin Air que operaba el vuelo ALW-301 de Alas Nacionales la noche del 06 de febrero del 1996, hace 21 años. Los restos de las mayoría de las victimas y del avión descansan en el fondo del mar a una profundidad de 7,200 pies, más de dos kilómetro de profundidad, a  12 millas al Noreste del Aeropuerto Gregorio Luperón de Puerto Plata.  



La noche del marte  06 de febrero del 1996, hace 21  años, ha sido la  noche más  fatídica en la  historia de la  aviación civil de la República  Dominicana. Esa noche, aproximadamente, a las 11:47, se precipitaba al mar  el vuelo Alas Dominicana  301,  un B-757-225, matando a sus 189 ocupantes. El vuelo había  despegado de la pista 08 del Aeropuerto Internacional Gregorio Luperón de Puerto Plata, volando, apenas, 5 breves minutos, antes cayendo al mar  frente a la playa de Cabarete, Puerto Plata, aproximadamente, 12 kilómetros el Noreste del aeropuerto, donde descansan sus restos a una profundidad de  7,200 metros.  

De acuerdo al informe final de la Comisión  de Investigación de Accidentes de Aviación, CIAA, de República  Dominicana y del National Transportation Safety Board, NTSB, por sus siglas en inglés,  de Los Estados Unidos, la secuencia de eventos que terminaron con la ocurrencia del accidente, iniciaron durante  la carrera de despegue del avión, cuando comenzaron a presentarse  de datos erróneos en los indicadores de velocidad del aparato. Todo  debido a  problemas de obstrucción  de los tubos pitot del avión y un manejo erróneo del problema por parte de la tripulación del vuelo.

Sin embargo, lo que pretendo es hacer un  relato de lo vivido durante  la mañana del 07 de febrero de 1996 en el Centro de Control de vuelo del Aeropuerto Internacional de Las Américas, así como plantear mi preocupación relacionada con la posibilidad de   asistencia a la tripulación, si el servicio de vigilancia  radar estuviera activado  durante  el período  en que ocurrió del terrible accidente, intervalo de tiempo durante el cual, no se prestaba el servicio de vigilancia radar, debido a  limitaciones de personal habilitado para brindarlo . La restricción  del servicio estaba publicada en el AIP de República  Dominicana.

El día miércoles  07 de febrero, en la mañana, me presenté bien temprano al Centro de Control en del Aeropuerto Internacional de Las Américas. En ese momento se buscaba la autorización para reproducir la grabación radar del vuelo desde que el aparato fue detectado por el sistema, poco después de despegar de la pista 08. Mientras esto ocurría en el Centro de Control, en la escena del accidente se comenzaban a recuperar los primeros cuerpos, actividad que se difundían de manera cruda por los medios noticiosos. En esos primeros momentos de la mañana, naves de  la Fuerza Aérea Dominicana, FAD y  de la Marina de Guerra M. de G. y del US Coast Guard de USA  ya habían comenzado sus labores de búsqueda y rescate en horas de la noche, poco después del accidente.   

Aunque al vuelo no se le brindó servicio radar. Dichos servicios se brindaban solo, desde la 11:00 UTC, 7:00 a.m. local,   hasta la 23:00 UTC, 7:00 p.m. local... Los  sensores de los  sistemas “radar primario” de Puerto Plata  y “secundario” de Las Américas   “detectaban” las aeronaves tan pronto los aviones alcanzaran cierta altura en el área circundante del Puerto Plata. Por ello sabíamos, a ciencia cierta, que la información radar sobre  la evolución del vuelo se encontraba en el archivo grabado  del  sistema radar. Entonces La tarea urgente en el Centro de Control  esa mañana era extraer y reproducir  la información de la “data radar” el vuelo ALW- 301 de Bigenair.

La urgente tarea en relación al proceso de extracción de los datos radar del vuelo ALW-301 estaba reservada a los técnicos de informática radar. Esa mañana la labor la realizaría a cargo de los  Ingenieros  Arturo Balaguer, el Ingeniero Figueroa  asistido por el Ingeniero Leonardo Colon Pujols. Mientras “los muchachos” trabajaban, en el proceso informático,  quienes estábamos en el Centro  esperábamos impacientes la reproducción del video  de la data radar en una de las pantallas del Centro de Control.

Poco después de la 9:00 a.m., la  traza de la reproducción de la grabación del vuelo apareció,  indicando una altitud de 4,200 pies y  velocidad aproximada de 220 nudos con código radar 2000. Mientras eso ocurría,  un pesado silencio se apoderó del momento, nos miramos uno con otros y  nos concentramos en la secuencias de los barridos  de la antena que permitía observar el  recorrido de la traza radar del B-757, hasta que estas trazas  desaparecieron, cuando el reloj del radar en la reproducción  marcaba, aproximadamente, las 03:47 UTC, 11.47 de la noche, en Rep. Dominicana. 

Lo que siempre me he preguntado desde entonces, por todos estos años, es; ¿Cuál habría sido la suerte del vuelo ALW-301, si esa noche se le hubiera estado brindando servicio radar,  de forma que pudiera brindar a la tripulación información  en relación a la velocidad del B-757-225?.  
                

1 comentario:

Víctor Alexis Cantillano Oviedo dijo...

La presunta aparición de una avispa alojada en uno de los tubos pitot habría sido la causal de esta tragedia aérea.