Zona de el Valle, Hato Mayor del Rey, lugar del epicentro del fenómeno telúrico
Por lo general, no estoy entre
las personas que sienten los temblores de tierra de poca magnitud, siempre me preguntan que si sentí un temblor determinado, mi repuesta es; ¿Cual temblor?. Sin embargo,
en esta oportunidad, durante la noche de hoy domingo 02 de abrir del 2017 a las 10:45 p.m., hora
local de Santo Domingo, 02:40 UTC, (Tiempo Universal Coordinado), si sentí el
movimiento telúrico.
De acuerdo al Instituto Sismológico
de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, el movimiento telúrico tuvo una magnitud de 4.7 grados en la escala Richter. Su epicentro se localizó en el área del Valle, provincia de Hato Mayor del Rey, en las coordenadas geográficas 18.75 Norte, 69.32 Oeste. Por lo que he leído, movimiento ha tenido bastantes
reportes en los medios sociales, lo que
conduce la brindar la sensación de que bastantes personas sintieron el temblor.
Aunque no lo parezca, República Dominicana ha experimentado grandes movimientos
telúricos, desde el descubrimiento de la isla en el 1492, siendo uno de los más impactante de la historia reciente, el ocurrido el 04 de agosto del 1946, a la 1:00 de
la tarde, aproximadamente. De acuerdo a los relatos en relación al evento que me repetía mi querida madre, Eusebia Mullix, QEP, era después del medio día, y
ella, junto a Oliva, una hermana
de crianza, se encontraban dando los
toques finales a la comida de ese medio día.
De repente comenzaron “los
temblores”, y fueron tan fuertes que
nadie se pudo mantener en pie. Las gentes, simplemente caían de rodilla quebrados por el movimiento. Desde esa posición rezaban oraciones a Dios “pediendo misericordia, dándose palmadas en el pecho" para que se detuvieran los temblores. Se trató de temblores de tierra de magnitud de 8.1 en la escala de Richter. Cuando pasó la primera ola sísmica, todo el mundo se olvidó
de comida y de cualquier otra cosa, acudiendo en masa a la parroquia local donde se instalaron por buen tiempo improvisando casas
de campañas. El temblor del
1946 causó varios tsunami en la costa Nordeste, sobre todo en Matancita, provincia María
Trinidad Sánchez, El Limón de Samaná, donde el mar entró tierra adentro.
En mi caso particular, por su
impacto y el “corre corre”, recuerdo un
temblor ocurrido a principio de los setenta que se sintió con bastante fuerza en Santo Domingo. Era media mañana y me encontraba en la UASD. El estudiantado se
alborotó y la docencia fue suspendida. En el centro de la ciudad, varias edificaciones
resultaron agrietadas. Posiblemente, el temblor más importante ocurrido
recientemente fue el que efecto a Puerto Plata y zonas aledañas en septiembre
del 2003. El temblor tuvo una magnitud de
6.5 en la escala de Richter y causó la muerte de dos personas en San
Francisco de Macoriz y afectó algunas
escuelas en Puerto Plata.
Sin embargo, “el temblorcito” que
más sentí fue el más débil. El problema fue que me encontraba, junto a mi coordinador
del tránsito aéreo del momento, en la torre de control del Aeropuerto
Internacional de Las Américas. Pero además tenía un Airbus A-300, en final largo para aterrizar la pista 35. Cuando sentí la oscilación de la torre, miré
el anemómetro, para ver si se trataba de
una racha de viento, pero no tardé en
darme cuenta que temblaba la tierra. Mandé el Airbus 300 que estaba en final
largo, “al aire”. Pero cuando le dije a mi colega que llamara al Centro de
Control y le avisara que “temblaba la tierra”, ya el hombre había bajado los 32
peldaños del obelisco de la torre.
Los temblores de tierra son fenómenos
temidos por su gran potencial para desbastarlo todo en un “santiamén”
.
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