En los aviones en vuelo la afectación de los temblores de tierra es nula
No creo que persona alguna quiera experimentar los indeseados efectos de un terremoto, bajo ninguna
circunstancia. Estos así por los peligros y riesgos que encierra este tipo de evento.
Los terremotos son fenómenos devastadores, causales históricos de pérdidas de
vida y de destrucción de la infraestructura. Estos fenómenos pueden presentarse cualquier
parte del planeta y afectar todas las actividades del hombre, entre ellas a la
aviación.
En el caso particular de la aviación, resulta obvio que los temblores de tierra afectan la actividad, tanto en el
aire como en tierra. En primer término en tierra, un terremoto afectará la
infraestructura de los aeropuertos y sus instalaciones, provocando la
suspensión de las operaciones, cuyo objetivo no es otro que mantener la
seguridad y preservar vidas humanas. En el caso de aeronaves que evolucionan en el aire, cuando se presenta un
terremoto, las situaciones pueden ser variadas, complejas y las acciones deben ser asumidas con rapidez para que estas no lleguen sufrir sus efectos devastadores.
Si la aeronave se encuentra en la
etapa de despegue o de aterrizaje, hay decisiones inmediatas que deben ser
asumidas básicamente por parte del personal de control. Por lo general, la tripulación de
vuelo deberá recibir información sobre el fenómeno por parte de los controladores. Esto teniendo presente que la tripulación de un vuelo despegando o
aproximándose y hasta aterrizando, le resulta difícil percibir que existe un
movimiento telúrico en progreso en un momento dado.
Si la aeronave está en carrera de
despegue, la tripulación y todos a bordo, incluyendo a los pasajeros, por lo
general, no percibirán el movimiento telúrico. Lo más probable que se entiendan que se trata de
los movimientos normales de un avión que gana velocidad y que recibe los
efectos propios del viento relativo y la actuación de las superficies de
control. Una vez en el aire, no se sentirán los efectos de un temblor de
tierra sobre las aeronaves.
Si la aeronaves se encuentra en la etapa de
aterrizaje, antes de tocar, y aun cuando “pegan gomas” sobre la pista de
aterrizaje, la tripulaciones no sentirán el asunto hasta tanto el avión reduzca
la velocidad a valores mínimos. La información sobre el evento, también provendrá
de los controladores, quienes por lo general se dan cuenta del fenómeno con
rapidez, sobre todo cuando se está en una cabina de una torre de control de
vuelos.
Precisamente como controlador me
tocó manejar un par de temblores de tierra. En uno de los temblores dos aeronaves operaban, una
en fase de aterrizaje y el otra lista para despegar, desde el Aeropuerto
Internacional de Las Américas de Santo Domingo. Cuando comenzó el movimiento el avión en fase de aterrizaje ya estaba autorizado, mientras que la
otra aeronave rodaba, lentamente, hacia la cabecera de la pista 35.
De repente comenzó a temblar la Tierra. Aunque de baja intensidad, en la torre el temblor se sintió muy diferente, parecía que la torre se sacudía y producía ruidos, causando temor a quienes estábamos allí. Con un A-300 a 3 millas para la 35, me salió el “go around”, y el correspondiente “hold position” al avión que rodaba, instrucciones que ambas tripulaciones ejecutaron de inmediato.
De repente comenzó a temblar la Tierra. Aunque de baja intensidad, en la torre el temblor se sintió muy diferente, parecía que la torre se sacudía y producía ruidos, causando temor a quienes estábamos allí. Con un A-300 a 3 millas para la 35, me salió el “go around”, y el correspondiente “hold position” al avión que rodaba, instrucciones que ambas tripulaciones ejecutaron de inmediato.
Luego de las instrucciones y la explicación
de su porqué a las tripulaciones, permanecía bien pendiente y en máxima tensión, "más o menos asutao" pero concentrado en los dos aparatos y esperando el próximo movimientos de la torre.
Entonces le ordené al coordinador que avisara al centro sobre el temblor de
tierra. Sin embargo, lo gracioso de
aquella ocasión fue que cuando se lo dije, ya el hombre había bajado bastante peldaño
del obelisco de la torre, rumbo al un parqueo que existía al pie de la torre, en realidad estaba solo.
Luego del temblor, inspección a
los equipos y pistas, buscando cualquier falla estructural. Comprobado su buen estado, de nuevo a la
normalidad en las operaciones. La aeronave en el "holding" aterrizó y el vuelo que rodaba continuó y despegó, sin mayores inconvenientes.
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