Desde hace algún tiempo, cuando hablamos
de la situación de la aviación nacional, muchos tendemos a señalar a nuestro
culpable favorito, teniendo el cuidado de no estar entre quienes cargan con el
pesado fardo esa culpabilidad. Los nombres de los culpables son bien
conocidos, algunos de ellos defienden sus posiciones y actuación, mientras otros
permanecen en silencio. De acuerdo a mi relación y conocimientos sobre el tema,
entiendo que si bien se han dado algunos pasos para la recuperación de la
industria, la realidad de la aviación comercial de República Dominicana no es
la mejor, sobre todo, si la comparamos con la industria del transporte aéreo que
existió en el pasado, cuando nuestra participación en el mercado fue
abrumadoramente mayoritaria.
Como es demostrable, en el año
1984, antes de la aplicación de la “Categoría 3”, la industria del transporte aéreo
nacional manejaba más de 25 líneas aéreas, grandes y pequeñas en el escenario
de una aviación comercial,corporativa y privada dinámica. La industria aportaba mucha mano de
obra intensiva y empleos estables a los dominicanos. Esas empresas manejaban más del
75% del mercado del transporte aéreo de pasajeros y un aproximado del 95% de la
carga aérea saliendo y llegando al país. Para entonces,casi la totalidad de las aerolíneas
nacionales contaban con autorización para operar hacia y desde el mercado de
los Estados Unidos . Del mismo modo, el país importaba mano de
obra especializada de aviación. Ahora, a casi una década de haber recuperado la
Categoría 1, parece que nos falta bastante para lograr medianamente lo que teníamos
en hace dos décadas.
En término de culpabilidades no
voy a sindicar a nadie, por la simple razón de que culpables somos bastantes, y
me incluyo. En ese sentido, hemos sido mucho los que, por comisión u omisión,
hemos colaborado con el estancamiento de la industria, siendo incapaces de
decir simplemente la verdad objetiva, por supuesto, en buenos términos y
aportando opiniones y soluciones, respetando la del otro, todo con un solo objetivo; que
se mejoran las condiciones objetivas para que la industria se desarrolle en
todo sus ámbitos.
Frente a nosotros, igual como ha pasado con nuestras industrias de la aviación nacional, hemos visto sucumbir las
principales organizaciones profesionales del área, organizaciones que cumplieron
su rol en momentos críticos, empujando el desarrollo técnico y profesional de
la aviación, junto a las autoridades, bajo el lema del entendimiento, el respeto
mutuo y con un objetivo común; el desarrollo técnico y operacional de la industria de
aviación dominicana.
Para concluir me pregunto y les pregunto a todos, ¿Dónde andan y que hacen las organizaciones profesionales y de la industria de la aviación nacional?, ¿Quiénes las dirigen?, ¿En que esa organizaciones colaboran con ellas mismas, con sus miembros corporativos e individuales?. En mi caso particular, rechazo de manera categórica los señalamientos de culpables favoritos, culpables somos muchos.
Para concluir me pregunto y les pregunto a todos, ¿Dónde andan y que hacen las organizaciones profesionales y de la industria de la aviación nacional?, ¿Quiénes las dirigen?, ¿En que esa organizaciones colaboran con ellas mismas, con sus miembros corporativos e individuales?. En mi caso particular, rechazo de manera categórica los señalamientos de culpables favoritos, culpables somos muchos.
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