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18 de abril de 2016

La aviación y la solidaridad del Pueblo Dominicano

HI-442, B-707 el avión solidario de los ochenta. Foto; Airlines Net


República Dominicana se ha destacado por ser un pueblo solidario. Esa condición se ha manifestado en bastantes y variadas circunstancias, en las que se nos ha necesitado, sobre todo, en ocasión de la incidencia de fenómenos naturales cuando estos han llevado luto y desolación a naciones hermana, los ejemplos sobran. Sin embargo, se recuerda que República Dominicana fue una de las primeras naciones en llegar a Ciudad México en ocasión del gran terremoto que devastó la capital mexicana en septiembre del 1985. En aquella oportunidad el HI-442, el Boeing 707 de Dominicana de Aviación  transportó, aproximadamente, 80,000 libras de carga de asistencia dos día después que esa gran nación fue afectada por un terrible terremoto, cuyos efectos fueron graves, tanto  en término perdidas vidas como destrucción de la infraestructura.

En el caso del Terremoto de Chile, fenómeno sísmico  que afectó la región de Valparaíso en marzo del 1985, lo mismo. En aquella oportunidad, República Dominicana extendió su mano amiga a una distancia de  más de 3,000 millas náuticas al Sur de la isla, llevando ayuda  a bordo del mismo avión HI-442 de Dominicana de Aviación,  transportando, aproximadamente, 70,000 libras de carga hasta Santiago de Chile, como una ayuda solidaria del  pueblo dominicano a la he fue afectada  por la erupción del volcán del Nevado del Ruiz, fenómeno que costó la vida a miles de colombianos y la desaparición  Armero, poblado que sucumbió sepultado bajo millones de toneladas de lodo y rocas.

Durante los años en que se presentaron los eventos referidos, hubo un denominador común; República Dominicana contaba con una línea aérea verdaderamente dominicana, con dotada de aeronave con  la capacidad suficiente para otorgarnos  la oportunidad de practicar la solidaridad oportuna y efectiva, lo que fue un de  las ventajas que brinda operar una linea aérea bandera nacional.

Bueno, pues a propósito de solidaridad y la aviación dominicana, durante el pasado fin de semana, específicamente la noche del 16 de abril del 2016, la zona de Manabí, localizada en la región Noroeste de hermana República de Ecuador, fue afectada por un fuerte terremoto de categoría 7.8 en la escala de Richter. De acuerdo a la BBC de Londres y otros medios periodísticos, el movimiento telúrico fue seguido por sucesivas réplicas, entre ellas una de 6.1, por lo que Ecuador mantuvo  la total atención de las naciones del mundo que se  manifestaron, enviando ayudas y colaboración oportuna. De acuerdo a la primeras evaluaciones de entonces, el terremoto ha costó la vida a por lo menos, 350 personas, produciendo un número importante de heridos y grandes daños  materiales y afectación a la infraestructura.  

La operacion de una linea aérea grande con la utilización de aeronaves modernas, con buena capacidad de carga, es una necesidad y un deseo permanente del pueblo dominicano. Esta aspiración se mantiene como una de las metas más apreciadas por los dominicanos, a pesar del poco interés del Estado Dominicano de involucrarse en un proyecto de este tipo. Sin embargo parece que comienzan a aflorar algunos proyectos en el sector privado, que aunque aún  no impactan la actividad de  manera importante, parece que pudieran ser alternativas en un futuro cercano. De ninguna manera es nuestro interés justificar la operación de una empresa de aviación por el Estado. Sobre todo,  con los criterios administrativos y operacionales o tipos de aeronaves del pasado. Se trata de una linea aérea  nacional evolucionada, con una administración adecuada, con  equipos y tecnologías de última generación y con el interés de hacer negocios. 

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