¿Por qué no logramos llenar nuestros aviones? .
No creo que haya un dominicano o
dominicana que no anhele, con toda
franqueza, que surja una o varias líneas aéreas
nacionales grandes, que puedan integrarse al importante mercado del transporte aéreo
existente en el país, además de brindar oportunidades a profesionales de aviación
de República Dominicana, para que puedan poner en práctica sus conocimientos aeronáuticos
y mejoren el modo de vida de ellos y sus familias, permaneciendo entre los
suyos como ocurrió en periodos pasados,
cuando en el país existían más de 25 aerolíneas comerciales, carga y pasajeros, y éramos una nación importadora de mano de obra especializada en aviación,
pilotos y mecánicos.
Hoy, después de varias décadas de
haber dominado el mercado y de varios intentos fallidos para desarrollar proyectos
verdaderamente competitivos, nuestra aviación comercial internacional prácticamente ha desaparecido, permaneciendo algunos proyectos de aviación en la carrera de despegue, con muy poca potencia en sus motores y con indicadores en
el tablero que muestran que lo más probable es que, después suscitar intensos
debates interinstitucionales, aborten el despegue. Mientra tanto, República Dominicana se convierte en exportador neto de mano de obra especializada de pilotos, mecánicos y hasta de azafatas y sobrecargo.
En el caso particular de uno de
esos proyectos, con un nombre derivado de una famosa aerolínea que existió en Estados
Unidos, de repente, después de una propufa campaña publicitaria, parece que pierde la
potencia la económica requerida para desarrollar sus operaciones, de acuerdo a un
programa de vuelo anunciado que colocaba sus aeronaves en varios países latinoamericano
y en el territorio continental de Estados Unidos. Pero entonces, ¿Qué está pasando con la aviación comercial dominicana?.
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