A propósito de una oportuna publicación
de nuestro amigo, el Ingeniero Fernando
Asencio, en relación a los sistemas ferroviarios, como solución viable, práctica y barata a la transportación terrestre de cualquier país,
resulta impresionante ver el gran tren que muestra en su video y la
diversidad de carga de transporta. Sin embargo, como muchos deben recordar o leído, República Dominicana operó un sistema ferroviario desde finales el Siglo XIX, cuando dictador Ulises Hilarión Heureaux Lebert (Lilis)
gobernaba el país y Alejandro
Anderson (Macabón) gobernador civil y
militar de Samaná, mandaba en la península
con manos de hierro.
El tren que cubría una ruta de lineal de 130 kilómetros, entre la Vega y Sánchez,
fue inaugurado en 1887 siendo el medio
por excelencia para la transportación de la producción del Cibao Central al
puerto de Sánchez, Samaná, desde donde era exportada a Estados Unidos y principalmente
a Europa. Entre los productos se destacaron el cacao, café y las maderas preciosas,
empujando la economía de toda la zona de influencia de tren, pero sobre todo de
Sánchez. Pero como suele suceder en nuestro país, el tren solo funcionó hasta los inicios de la década de los setenta,
cuando fue finalmente destruido para dar paso a la ineficiencia que caracteriza
a todos los sistemas de transporte con
que contamos.
Ahora bien, como recuerdo del
tren Sánchez La Vega o La Vega Sánchez, como mejor lo prefiera, observe en la
foto del pesado “pito” de la locomotora
No. 1 del ferrocarril Sánchez la Vega, que tuve en mis manos hace poco, mientras visitaba el hogar de un libanes, casi centenario, que llegó a Sánchez en la década de los años
treinta, y quien fue muy buen amigo de mis padres, a quien tuve a bien
visitar hacen pocos días allá en Sánchez para saludarle. Este pito data del 1887, hacen 128 años.
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