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18 de septiembre de 2015

Un temblor en la torre de control, un gran estrés


Torre Las Américas 

A Propósito de terremotos y temblores de tierra, siempre resulta traumático experimentar un fenómeno de este tipo. Pero el caso se extrema cuando el fenómeno sorprende a cualquier persona  en un lugar en apariencia vulnerable,  como pudiera ser una torre de control. Cuando un  temblor de tierra te sorprende  una torre de control, con aeronaves en el aire, próximas a aterrizar o en carrera de despegue, resulta razonable que la situación  puede comprometer la seguridad del avión y de sus ocupantes,pero también,quien esta como operador, casi siempre sufre una situación de estrés extremo, sabiendo que tiene la obligación de permanecer en ese sitio.

Sin ir muy lejos, en una oportunidad me vi  comprometido con una  de estas situaciones, cuando cumplía un turno de trabajo en la Torre de Control del Aeropuerto Internacional de Las Américas. En el turno me acompañaba de un “nuevo”, de esos que como es normal siempre están prestos a completar todo el turno trabajando, por lo que debí  frenarlo.Aun así,se mantenía con los prismáticos, escudriñando el cielo, pulgada por pulgada. Era cerca del mediodía y todo trascurría con normalidad. En ese momento había poco tránsito, solo  teníamos un estimado de  un vuelo de itinerario, procedente de Nueva York y otro de CDA que rodaba hacia la pista 35 para despegar a Miami Florida.

Cuando el Capitán del vuelo de llegada se comunicó, se le suministraron los datos y se le autorizó el aterrizaje. Cuando el avión se enfiló en final para la pista 35, comencé  a sentir un “bailoteo” y a oír unos ruidos raros. En pocos segundos comprendí que se trataba de un temblor de tierra y le ordené al vuelo en final  para aterrizar un “go araund”, informándole las razones,  y de inmediato le ordené a el controlador que me acompañaba que llamara al centro de control y le informara que  estaba temblando y que había mandado al A-300  en final “al aire” debido a que  estaba  temblando la tierra y que estaba cerrando el aeropuerto.

Mi sorpresa fue grande cuando mire hacia atrás,  y me enteré  que estaba solo en la torre. Mi ayudante había procedido a bajar de la torre “raudo y veloz”, y cuando miré hacia  el parqueo, que en ese tiempo existía  al pie de la torre, el hombre estaba “parquiao“ allá abajo, mirando hacia arriba, a ver qué pasaba, con la torre que veía altísima, antes de la ampliación del AILA. Entonce deduje que parte del ruido que escuché fue el producto de las pisadas de las botas de mi compañero,  cuando bajaba "ochenta" peldaños  de la escalera de metal de la torre. El temblor no fue muy largo, y poco después, supervisora estaba chequeando la pista, comprobando que todo estaba normal y en, aproximadamente,  40 minutos, el aeropuerto volvió a operar con normalidad.

Dependiendo de su magnitud, los terremotos son fenómenos que pueden afectar gravemente la infraestructura aeroportuaria, pudiendo ocasionar grandes pérdidas  a los aeropuertos y a la industria del transporte aéreo, pero que, por suerte, no se sienten a bordo de las aeronaves en vuelo.  

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