Aeronave McDonald Douglas DC-9-32
El lunes 16 de febrero del 1970, a la 8:30 de la mañana, un DC-6 de Dominicana de Aviación despegaba como el vuelo DOA-601 con
destino a San Juan Puerto Rico. La tripulación del vuelo la integraban el
Capitán Eddy Francisco Tineo, Copiloto
Odalis Cruz Ventura y el Ing. de Vuelo Claudio Méndez Gabbot. El controlador de
turno en torre Las Américas, que no era A. Letchorn, sintió la presión del momento, pero todo cambió cuando el Capitán Tineo, con un tono de voz metálico y firme, le
solicitó autorización para rodaje, y posteriormente para despegar. El DC-6 sobrevolaría el mismo rumbo de pista donde había
caído el DC-9 la noche anterior. Luego de su regreso desde San Juan, como DOA-602, los vuelos de la empresa fueron suspendidos temporalmente,
por el consejo de CDA.
El
martes 17 de febrero, el panorama con respeto al accidente de la CDA estaba algo más definido. Ya la gente se iba acostumbrando a la realidad de que había ocurrido el peor accidente de la historia de
la aviación en República Dominicana. Durante la mañana, las brigadas
de rescate de la Marina de Guerra, Defensa Civil, los bomberos y otras
instituciones continuaban en las tareas de búsqueda de cuerpos. Mientras
que en el Instituto Anatómico de la Universidad Autónoma y en algunos hospitales, se
continuaba con la tarea de identificación y preparación de los pocos cuerpos rescatados, para entregarlo a sus
familiares o darle cristiana sepultura en una fosa común habilitada en el
Cementerio Nacional.
Los cuerpos
recatados hasta entonces no alcanzaban los 30, siendo notable la presencia de
partes de cuerpos humanos. La labor de rescate nocturno del domingo y del lunes, habían sido seriamente
afectada por la falta de luces de
bengala en el área del accidente. Las
luces de bengala utilizadas durante las noche del domingo y del lunes fueron aportadas por aeronaves de guarda costa
de Puerto Rico. La situación por la falta de luces fue tal, que se solicitó a los vehículos que se desplazaban por la
Autopista Las Américas que proyectaran sus luces hacia el mar, para tratar de
brindar claridad, objetivo que no se logró.
Durante
la tarde del martes, las tareas de búsqueda de cadáveres fueron dadas por
terminadas por las autoridades del Gobierno. Adujeron que ya no era
innecesaria y que además, la situación del viento y del fuerte oleaje hacía
prácticamente imposible la labor de rescate. Durante ese mismo día fue designada
una comisión gubernamental para el acto
de enterramiento de las víctimas. La Comisión estaba presidida por el Lic.
Carlos Rafael Goico y la integraban además, el Procurador General de la República
y el Secretario de Salud entre otros
altos funcionarios.
Las
honras fúnebres tuvieron lugar en el
Cementerio Nacional de la Av. Máximo Gómez el martes 17 a las 12 del
medio día, con la asistencia masiva de
la población capitaleña. El acto fue presidido por el Licenciado Carlos Rafael
Goico Morales quien tuvo a su cargo el panegírico. Los ocho ataúdes conteniendo
los restos de las víctimas, fueron colocados en una fosa común, después de un
acto religioso celebrado en la capilla del cementerio. El acto de enterramiento
de la Azafata Deysi Peña, único miembro de la tripulación cuyo, cuerpo fue
recatado e identificado, fue efectuado en una ceremonia especial llevada a cabo por los
empleados de CDA, quienes le rindieron una guardia de honor junto al féretro.
Mientras
tanto el controlador Alfredo Lectchorn seguía siendo investigado. Lo mismo
sucedía con los siete técnicos de mantenimiento de CDA que trabajaron el turno del domingo por la tarde, cuando aconteció del
accidente. Entre los interrogados estaba se encontraba el Jefe de Mantenimiento
de la empresa. El Procurador General, Anaiboni Guerrero Báez, declaraba tambien que
"había solicitado un informe a la empresa Douglas McDonald sobre la
construcción del avión".
Por
otra parte, el Administrador de CDA Hans Paul Wiesse continuaba tratando que se
hicieran los esfuerzos necesarios para rescatar los restos de la aeronave,
sobre todo, lograr la extracción de las dos cajas negras para determinar las causas
reales que provocaron la caída del avión. El Gobierno de Puerto Rico ofreció aportar
todos los equipos necesarios para la extracción
de los restos del avión del fondo del mar, incluyendo las cajas negras. Se calculaba
que los restos del aparato estaban a una profundidad aproximada de 300 metros,
a 4 millas de la costa.
El
equipo de extracción seria operado por la Guardia Costera de Estado Unido. Sin embargo, el Gobierno de Puerto Rico dejó bien
establecido que la decisión para realizar la operación de extracción de los restos del
avión dependía de la autorización de las
autoridades de la República Dominicana.
El
17 de febrero Balaguer creó una "Comisión
Especial" mediante Decreto 4658. La comisión estuvo integrada por el
Procurador General de la Republica
Doctor Anaiboni Guerrero Báez, el Director General de Aeronáutica Civil
Coronel Piloto Antonio Álvarez Albizu,y el Doctor Alejandro Gullón Presidente
del Banco Popular Dominicano, con el
siguiente mandato; La Comisión "podrá recabar de todos los organismos
oficiales y semioficiales, así como de los particulares, los datos e
informaciones que juzgue conveniente
para el mejor desempeño de su cometido". "La Comisión deberá rendir un
informe pormenorizado al poder
ejecutivo de los resultados de su
gestión".
Por otra
parte, La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) publicó que interrogaría a todo ciudadano que pudiera contribuir al
esclarecimiento del accidente, mediante la aportación de cualquier dato de
interés, especialmente aquellas personas que casualmente presenciaron el
accidente. La Comisión Investigadora estará laborando en la oficinas de Dirección General de Aeronáutica civil".
Imagínese la situación de controlador
del turno quien realmente vió el
accidente.
Mientras
tanto, los vuelos de la Compañía Dominicana de Aviación permanecían suspendidos
por orden del Presidente de Consejo de Administración de la empresa Luis Julián Pérez. Según Luis Julián Pérez "las
aeronaves de CDA eran obsoletas". Anunciaba también, que tenía propuestas para el arrendamiento de
aeronaves. Sin embargo el funcionario
era partidario de la CDA se asociara con una empresa extranjera para continuar
operando. Mientras que Hans Wiesse Delgado, Administrador General de la
empresa, prefería que CDA operara sus propios equipos y rutas.
El día 23 de febrero se anunciaba que la CDA estaba
tratando de negociar un nuevo avión para operar las rutas largas, incluyendo
entre sus destinos al Aeropuerto John F Kennedy de la ciudad de Nueva York, mediante la renegociación del
acuerdo bilateral de transporte aéreo entre República Dominicana y Estados Unidos que, aunque daba autorización a las empresas
norteamericanas para que sus aeronaves operaran desde Nueva York, Santo Domingo,
Nueva york, no otorgaba derecho para que CDA operara a
Nueva York.
Sin las cajas negras, los rumores comenzaron a surgir en el ambiente de la investigación.
Parece que hubo poco interés por la recuperación de los registradores de vuelo, a pesar de la oferta del Gobierno de Puerto Rico.
Parece que hubo poco interés por la recuperación de los registradores de vuelo, a pesar de la oferta del Gobierno de Puerto Rico.
¿Qué
paso con los asesores españoles, Capitanes C. Rodríguez, J. Bastan y O. Coames
de operaciones de CDA que se marcharon del país, inmediatamente después del
accidente?, ¿Qué pasó con Hans Paul Wiesse Administrador General de CDA y qué
dice en el libro que escribió sobre Trujillo y en el que refiere el caso
Dominicana?, ¿Qué paso con el Coronel
Piloto R. Albizu, Director General de la
DGAC? ¿Qué paso con la carrera del
controlador Alfredo Letchorn después del accidente?, ¿Fue el combustible
contaminado por agua la causa real del accidente de la CDA?. Espere pronto el
3/3.
No hay comentarios:
Publicar un comentario