Localización del área de impacto del DC-9-32 de CDA al Sur del AILA
A
las 7:18 p.m. del domingo 15 de febrero del 1970, el primer oficial del HI-177 José
“Pepe” Núñez confirmaba la corazonada del controlador aéreo Alfredo Letchorn,
cuando le comunicó lo siguiente; <<Estamos perdiendo potencia en el motor
No.2 y procedemos a regresar>>. Ya el controlador de Torre Las América había
estado dando siguiendo a la inusual trayectoria del DC-9-32 de Dominicana de
Aviación, inmediatamente después de su despegue desde la pista 16 del
Aeropuerto Internacional de Las Américas.
Bajo
un estado de tensión máxima, el controlador comprendió la situación y autorizó
el aterrizaje del vuelo, procediendo a activar
los equipos de emergencia. Pero también ordenó
mantener posición, fuera de la pista, a un DC-8-63 de Iberia que le había solicitado
autorización para despegar. Mientras tanto, el DC-9 de CDA viraba y se
inclinaba sobre su ala derecha y caía al mar, aproximadamente a 2.3 millas náuticas al Sur de Cabo Caucedo, ligeramente,
a la derecha de la trayectoria de pista. A la 7:19 p.m. el vuelo 603 había terminado
con un gran estruendo, provocando el peor accidente ocurrido a una aeronave de
la Compañía Dominicana de Aviación.
Las
primeras unidades de rescate en llagar a la escena del accidente fueron las lanchas
del Club Náutico de Boca Chica y algunas yolas de pescadores que se encontraban
en la zona, que cumplieron con la primera medida de la metodología de la
investigación de accidente de aviación que es, rescatar sobrevivientes. Minutos
después, la oscuridad cubrió la zona, cuando comenzaban a llegar unidades de la Marina de Guerra, helicópteros de la
Fuerza Aérea Dominicana a la zona. Aproximadamente, a la 11:00 de la noche
sobrevolaban la escena, aeronaves guarda costa enviadas por el Gobierno de
Puerto Rico. Los aviones arrojaban luces de bengalas para iluminar el área del accidente.
Alrededor de las 11:30 de la noche se comenzaban a rescatar los primeros
cuerpos.
Los
nombres de la tripulación de mando y la
lista de pasajeros se dieron a la luz pública
durante la misma noche del accidente. La
tripulación de mando estaba integrada por el capitán Eduardo Guillermo Tomeu, de
nacionalidad cubana y el copiloto José
Pepe Núñez, cubano, mientras que los tripulantes de cabina fueron los
siguientes; Carlo Antonio Pepen, Deisy Peña y Sandra García. La lista de
pasajeros incluía 97 personas en total, cuyas
nacionalidades eran mayormente puertorriqueñas y dominicanas.
A
primeras horas de la tarde de lunes 16, un Aero-commander piloteado por el
Capitán Manolo Lamarche acompañado de cuatro personas, dos funcionarios de la
entonces Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y dos inspectores de la
Agencia Federal de los Estados Unidos
(FAA), despegaba de la misma pista
16 para realizar un corto vuelo. El objetivo de la operación fue volar la misma
trayectoria que había trazado el DC-9-32 cuando cayó al mar. El vuelo daría a
los investigadores una perspectiva de la
trayectoria, altitudes y giros que realizó el DC-9-32, desde el despegue hasta
el punto de impacto, dirigido por controlador A. Letchorn, controlador actuante
en el accidente.
Mientras
tanto, unidades de la marina, incluyendo corbetas, continuaban realizando la
penosa tarea de búsqueda de sobrevivientes y de rescate de cuerpos. La labor
era afectada por el fuerte oleaje y corriente marina que arrastraba los cuerpos y
escombros hacia el Oeste. La presencia de tiburones dificultaba las operaciones
de las unidades de recate. Las comunicaciones de coordinación en el escenario
del accidente se escuchaban claramente, en una frecuencia HF existente en la torre de
control. A las 12:30 de la noche, una
gran cantidad de personas se aglomeraban
en Boca Chica, y en el Aeropuerto
de Las Américas, tratando de recabar las últimas informaciones en relación al
evento.
Mientras
tanto, los cadáveres y partes humanas recatadas del mar eran trasladados al Instituto Anatómico de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo y otros centros médicos, donde se procedía a la difícil tarea de su identificación
y a su preservación para ser entregarlos
a sus familiares.
El
mismo lunes 16 llegaron los señores Mike
Bates y John Lenderborg especialista en investigación de accidentes de la
McDonald Douglas. Ese mismo día, Hans Paul Wiesse Administrador General de Dominicana de
Aviación anunció en el aeropuerto, que
McDonald Douglas había ofrecido enviar otro avión del mismo tipo, para suplir
el avión siniestrado. También confirmó que el itinerario de CDA continuaría
desarrollándose de manera normal.
Fue así
como ese mismo día, cerca de las 12:00 M, el Capitán Eddy Francisco Tineo despegaba un Douglas DC-6 de
CDA, como DOA-601 con destino a San Juan Puerto Rico. La situación cambió cuando
el Licenciado Luis Julián Pérez, Presidente del Consejo de Administración de la
CDA, anunció que quedaban suspendidas
las operaciones de la empresa por considerar que sus aeronaves eran obsoletas.
La situación operacional de la empresa era muy difícil ese día.
El 17
de febrero, el Consejo de Administración de la CDA la CDA integró una comisión investigadora, con el objetivo de
determinar las posibles causas del accidente. La comisión estuvo formada de la
manera siguiente; Hans Paul Wiesse
Delgado, Administrador General de Dominicana de Aviación, Lic. Álvaro Peña
Hijo, Julio Cesar Michel, Horacio Mercado Ornes, Capitán Jorge Percival Peña. Pero
el mismo día en la noche el Poder Ejecutivo creó mediante el decreto No. 4658 una "Comisión Especial" para la investigación
del accidente.
El próximo
15 de febrero se cumplirán 45 años de la peor tragedia ocurrida a una aeronave de la Compañía Dominicana
de Aviación. Este período parece suficiente, para que se dilucide, de manera
amplia, las circunstancias del accidente y de un proceso de investigación, donde no se
abordaron elementos cruciales, como la recuperación de las cajas negras del
DC-9. Esto, a pesar del ofrecimiento de asistencia técnicas internacional, para
la operación de recuperación de los registradores de vuelo.
¿Qué
paso con la gerencia de operaciones de vuelo de la CDA?, inmediatamente después
del accidente. Y que paso con los técnicos de manteniendo que fueron llamado al
despacho del Procurador General de la República
Anaiboni Guerrero Báez. ¿Qué pasó con
Hans Paul Wiesse Administrador General de CDA? ¿Qué paso con el Director
General de la DGAC y con el controlador Alfredo Letchorn después del accidente?.
Espere las partes 2/3 y 3/3 en los próximos días.
Fuente
de parte de los datos: Archivo General de la Nación.
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