Eran los primeros días del mes de diciembre del 1986. Durante ese invierno la estación de
la Compañía Dominicana de Aviación
(CDA) en Aeropuerto J. F. Kennedy de Nueva York, operaba sus vuelos bajo temperaturas particularmente bajas, la acumulacion de mucha nieve lo que hacia el trabajo en la plataforma, debajo de los aviones, dificil. Para entonces, el Doctor Balaguer había
asumido la presidencia de República Dominicana, para gobernar por un nuevo período, periodo durante el cual se agudizó la crisis que se venía encubando en
la empresa, en lo que yo entiendo un plan pre concebido y puesto en marcha con el objetivo de desarticular la empresa, colocándola, de manera premeditada, en una situación de inviabilidad operacional y financiera, como ocurrió.
En aquellos días ya el B-747-123 de CDA ya había
sido sentenciado a muerte, y se encontraba "graundiado" en un hangar
del Aeropuerto Internacional J. F.
Kennedy, con uno de sus poderosos motores JT9D-3A desmontados. Sin embargo, durante esos dias, tuve la amarga experiencia de llevar al avión, a personajes del mundo político y periodístico de este tan especial país, que
nada tenían que ver con aviación, pero que se presentaban a la estación "a ver el aparato", siempre de parte de un alto funcionario del país. Ya con ellos, estos me
hablaban en "términos técnicos", sin ningún espaviento. En nuestro querido país cualquiera se convierte en experto en aviación o en cualquier cosa, en lo que canta un gallo.
De repente, estando inhabilitado para volar, estacionado en un hangar, el avión se había hecho bastante popular. Le echaban la culpa a el y El Jordano de todos los males de la empresa, hasta convertirlos en cuerpos de delito. Pude ver desfilar por el aparto a personajes, entre ellos comentaristas de la prensa de entonces, que lo visitaban para escribir sobre el gigantesco avión. Después me enteré que el avión había sido vendido a precio de cachimbo de barro, como se dice en el argot popular. Todo lo que supimos fue que, después de haber sido vendido, el Jumbo de CDA fue operado por United Airlines, volando en las rutas del Pacifico Central por espacio de diez largos años.
Durante ese diciembre, como en todos, las operaciones de CDA se incrementaron de manera significativa y los aviones que permanecían en la línea de vuelo de la empresa, simplemente no descansaban realizando vuelo tras el otros. Durante esa temporada los aviones matricula HI-242, HI-212, HI-312, HI-442 y el HI-452 "El Jordano", se hicieron cargo de los programas de vuelos. Sin embargo el Jordano fue embargado poco despues cuando se estacionó en el hard stand 66, de la rampa del Kennedy, no recuerdo bien la fecha. Sin embargo, lo que si recuerdo es que me vi precisado a sacar todo el material perteneciente a CDA del avión, y coordinar acomodar la tripulación, encabezada por el Capitán y caballero Demond Blanchette, para que regresaran a Santo Domingo en el próximo vuelo. La ultima vez que vi el avión fue cuando desapareció detrás de la antigua terminar de Pan American, que lo ocultó tras su original escultura.
De repente, estando inhabilitado para volar, estacionado en un hangar, el avión se había hecho bastante popular. Le echaban la culpa a el y El Jordano de todos los males de la empresa, hasta convertirlos en cuerpos de delito. Pude ver desfilar por el aparto a personajes, entre ellos comentaristas de la prensa de entonces, que lo visitaban para escribir sobre el gigantesco avión. Después me enteré que el avión había sido vendido a precio de cachimbo de barro, como se dice en el argot popular. Todo lo que supimos fue que, después de haber sido vendido, el Jumbo de CDA fue operado por United Airlines, volando en las rutas del Pacifico Central por espacio de diez largos años.
Durante ese diciembre, como en todos, las operaciones de CDA se incrementaron de manera significativa y los aviones que permanecían en la línea de vuelo de la empresa, simplemente no descansaban realizando vuelo tras el otros. Durante esa temporada los aviones matricula HI-242, HI-212, HI-312, HI-442 y el HI-452 "El Jordano", se hicieron cargo de los programas de vuelos. Sin embargo el Jordano fue embargado poco despues cuando se estacionó en el hard stand 66, de la rampa del Kennedy, no recuerdo bien la fecha. Sin embargo, lo que si recuerdo es que me vi precisado a sacar todo el material perteneciente a CDA del avión, y coordinar acomodar la tripulación, encabezada por el Capitán y caballero Demond Blanchette, para que regresaran a Santo Domingo en el próximo vuelo. La ultima vez que vi el avión fue cuando desapareció detrás de la antigua terminar de Pan American, que lo ocultó tras su original escultura.
La foto muestra parte del
personal de tierra que sirvieron durante ese periodo en la Estación de CDA en
el West Wind del IAB del J. F. Kennedy Internacional
Airport , de izquierda a derecha, última fila; Juan
Mota, Santiago Pierna, L. Faña, especialistas en mantenimiento de aeronaves, Ignacio
Mullix, Charna Putra Majapatra (MAP) ( hindú). Delante de Faña, R. Bernirda, (Berny), tercera fila a la derecha Milagros Joga y Celestina. En el frente
con barba, el famoso Manuel de Reglas Pérez Negrón, gerente
de la estación de CDA en el JFK de entonces, con lentes, Ricardo Paula Gil. En la foto también esta Liverto QEPD, pero esa parte de la foto se deterioró. Los demás eran empleados de la estación quienes
trabajaron denodadamente para CDA, a pesar de que la suerte de la
empresa ya estaba echada. No mucho
tiempo después, las operaciones de CDA fueron suspendida. Entonces Negrón y yo debimos
regresar a R.D. en un vuelo de itinerario de Pan American. A pesar de algunos intentos Dominicana de aviación desapareció y aún no logramos reponerla con otra empresa.
Tengo la total certeza de las posibilidades de resurgimiento y desarrollo de la aviación comercial de República Dominicana. Simplemente entiendo que los inversionistas que asoman, deben estar verdaderamente interesados y comprometidos con el desarrollo y crecimiento de sus proyectos locales. Pero sus contrapartes dominicanas deben saber del negocio y tener la sagacidad para asumir su porción del mercado, planteando programas y precios razonables que atraigan a usuarios muy interesados en sentirse servidos por el particular estilo dominicano que muchos recordamos.
Tengo la total certeza de las posibilidades de resurgimiento y desarrollo de la aviación comercial de República Dominicana. Simplemente entiendo que los inversionistas que asoman, deben estar verdaderamente interesados y comprometidos con el desarrollo y crecimiento de sus proyectos locales. Pero sus contrapartes dominicanas deben saber del negocio y tener la sagacidad para asumir su porción del mercado, planteando programas y precios razonables que atraigan a usuarios muy interesados en sentirse servidos por el particular estilo dominicano que muchos recordamos.
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