Las generaciones de tripulantes dominicanos, en una toma para la historia
El próximo viernes 27 de febrero de 2015 se celebrará el 171 aniversario de la independencia de la República Dominicana. Los acontecimientos se que sucedieron en la Puerta de la Misericordia después de la puesta del sol ese día, son bien conocidos. Bajo el estruendo del trabucazo disparado por Matías Ramón Mella y el izamiento de la enseña tricolor, por Francisco del Rosario Sánchez, se proclamó la independencia nacional, sellando la caída del domino haitiano, que prevaleció en nuestro país por espacio de 22 largos años. El heroísmo de los Padres de la Patria nos ha legado un país libre, soberano e independiente.
A propósito del 170 aniversario de la independencia nacional, alguien me preguntaba, ¿Si República Dominicana tiene independencia en transporte aéreo?. Le respondí que, aunque resulta ostensible que el país cuenta con servicio de transporte aéreo que, hasta cierto punto, satisface la demanda entre puntos principales, donde se verifican los mayores flujos del mercados, pero que la situación fuera mucho más favorable si el país contara con transportistas nacionales, capaces de mejorar la disponibilidad, los precios del servicio, el servicio y la "nacionalización" de parte importante de la mano de obra especializada disponible, por lo que mucho técnicos han debido marcharse al exilio económico o bien, dejar la profesión.
Esas empresas dominicanas, con participación de capital extranjero o no, deben estar en condición operacional de asumir la batuta, cuando cualquier empresa internacional de las que sirven el país, dejen de brindar el imprescindible servicio de transporte aéreo a los destinos tradicionales de nuestras diásporas, por razones valederas o no, tal como sucedió con los destinos Nueva York y Madrid, cuando American Airlines y Líneas Aéreas de España Iberia dejaron de operar, no hace tanto tiempo, metiéndonos en un gran lío. Esta necesidad seria crucial en caso de calamidad nacional, cuando esta necesidad es crítica.
Le dije además, que después de (22) años de la imposición de la Categoría 3, y a ocho años (8) años de la recuperación de la Categia 1, el país aún busca y tiene que lograr la forma de insertarse en el negocio del transporte aéreo, en un mercado que ronda los de diez millones de pasajes al año en cual, los transportistas locales participan con valores porcentuales cuasi insignificante. Le hice notar que en épocas pasadas, antes del problema de la categoría, cuando en el sector había mucho menos posibilidades de negocios y menos tecnología intensiva, los transportistas locales llegaron a participar con valores cercanos al 75% del mercado de pasajeros y una cantidad porcentual cercano al 100% del transporte de carga aérea.
Le recordé, además, que hasta el momento de la aplicación de la Categoría 3, mediante la Resolución 30, de la Junta de Aviación Civil (JAC) del día 16 de marzo del 1993, que sustituyó la Resolución 29 de la JAC del día 11 de marzo del mismo año, que suspendió la operación de 14 líneas aéreas nacionales, en el país se podía planear una operación aérea internacional, utilizando cualquiera de estos 14 operadores quienes, a pesar de todo, tenían la posibilidad de dar solución a la demanda de servicios, lo que no es tan fácil hoy día. Le manifesté que quería probar llamara a Estados Unidos u otro país y solicitara la cotización de un vuelo. Esto era sumamente fácil y viable conversando con el departamento comercial de la CDA.
Los catorces (14) transportistas suspendidos entonces fueron los siguientes: Argo, SA, Aerotours Dominicana Airlines, C. por A., Transporte Aéreo Dominicano,(TRADO), Aerolíneas Dominicanas. SA. (Dominair), Hispaniola Airways, C. por A., APA Internacional, S.A., Taino Airlines, S.A., Aerochago, S.A., Aeromar Airlines, C.por,A., Aerolineas Mundo, S.A.,(AMSA), Alas de Transporte Aéreo Internacional, S.A., Rovinton Aéreo, C. por A., Merkating Interprise, S.A., Aerotim Cargo Internacional, Inc., S.A., transportistas que desaparecieron, dando paso a la estructura que hoy domina el mercado. En caso de la Compañía Dominicana de Aviación, aunque no fue incluida en las resoluciones de la JAC, ya venía dando tumbos por factores que nada tenían que ver con mercados o con el deseo del pueblo dominicanos de tener una línea aérea nacional.
Me preguntó también que ¿Cuál pudo haber sido impacto económico, consecuencia de la desaparición de estas catorces (14) líneas aéreas?. Le dije que cuantificar impacto económico de la Categoría 3 es una tarea aun pendiente y que he gastado diez lapices en eso. Lo que sí está bien establecido es que su consecuencia afectó, casi en su totalidad a pilotos, azafatas, mecánicos, despachadores, agentes de aeropuertos que simplemente perdieron sus fuentes de empleos. Por otra parte, ni hablar de la cantidad de productos que pudieran estar siendo embarcado a diarios a EE.UU. y otros destinos de la región del Caribe, como de hecho sucedió por años.
Finamente le manifesté que la materialización de proyectos de líneas aéreas nacionales grandes, es clave para lograr la necesaria e imprescindible independencia del transporte aéreo de República Dominicana, condición que hasta el momento no tenemos. Estas empresas nacionales grandes aportarán a la nación la seguridad, la disponibilidad y continuidad de un servicio estratégico para nuestra media isla, donde dependemos de un transporte aéreo que de ninguna manera estamos en posibilidad de controlar. A 170 años de nuestra independencia es el deseo de los dominicanos es por disfrutar de la necesaria independencia en el transporte aéreo.
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