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13 de febrero de 2018

¿Qué hacer con los técnicos y trabajadores de PAWA?

Parte de los trabajadores de PAWA Dominicana frente al Ministerio de Trabajo de R. Dominicana, donde buscan respuesta oficial  a sus reclamos laborales. Ojalá alguien le escuche en ese ministerio. 


Como es conocido, el día 26 de enero el año  en curso, en plena temporada alta,  la aerolínea PAWA Dominicana fue suspendida  por la Junta de Aviación Civil  (JAC) de República  Dominicana,  por un periodo de tres meses. La orden de suspensión se impartió  mediante la emisión de  la Resolución No.12 del 2018,  conforme a la Ley 491-06 modificada por la nueva Ley de Aviación Civil No. 67, 2013, dejando a miles de dominicanos y extranjeros "varados" en los aeropuertos dominicanos,  en el territorio de  Estados Unidos, así  como en las islas del Caribe y a sus 480  empleados en la incertidumbre, convirtiendo el  evento  en uno de los mayores inconvenientes de la aviación civil de República en más de dos décadas.  

De acuerdo la JAC, la suspensión de PAWA  se debió a la inviabilidad financiera de la empresa para cumplir con los  pagos de tasas y servicios aeroportuarios y aeronáuticos, y aunque fue incluido después,  afectación a la seguridad operacional  de su  flota, consistente en siete aeronaves Douglas McDonald, MD-80 y MD-83 de las cuales solo dos estaban operacionales al momento del cierre.

Un Dougla McDonald de PAWA Dominicana en el tramo  final para aterrizar en uno se sus destinos  en el Caribe.

Hoy, martes 13, a 18 días  del cierre de PAWA Dominicana, la prensa amanece con informaciones y fotos de los técnicos y  trabajadores de PAWA Dominicana frente al Ministerio de Trabajo. Allí todos unidos  reclaman que la empresa proceda con  sus liquidaciones, debido a que, en apariencia, no se están  horrando sus pagos de sus salarios, convirtiendo esta situación en una de las realidades más  amargas  de un proceso en el que solo se habla de las deudas a los prestadores de servicios aeroportuarios,  las tasas y derechos aeronáuticos, los impuestos a la DGII y en el que nadie habla de estos dominicanos.  

Mientras tanto,  los ejecutivos de la empresa  se  marcharon al extranjero, a pesar de ciertos impedimentos de salidas, levantados todos  con diligencia. Por lo tanto,  parece que,  por el momento, a  los trabajadores de PAWA le dará bastante problema encontrar a alguien que se encargue del problema y  les responda  por sus salarios y contratos de trabajo. Todo  en función de que en el país, no creo haya un ejecutivo con capacidad gerencial  para decidir en ese  sentido o un estamento  gubernamental que lo asuma.

De todos modos,  vaya mi solidaridad  y respeto a todos estos hombres y mujeres que hicieron su trabajo, demostrando que los dominicanos  tenemos capacidad para hacer el trabajo,  mientras un pobre monitoreo por parte de quienes debieron hacerlo,  dio al traste con un proyecto en el que depositamos nuestra fe y esperanza aeronáutica y que a la corta,  ha  resultado en una nueva frustración  para quienes añoramos una aviación dominicana robusta, por la que hemos luchado  a costa de nuestra propia serte.  Como he dicho, creo que en el caso de PAWA había otras soluciones más favorables para nuestro desarrollo aeronautico. 

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