El controlador aéreo y literato Diógenes Valdéz, cuando dirigía la Biblioteca República Dominicana
Posiblemente pocos recuerden a Diógenes Valdez. Se trata de un controlador de tránsito
aéreo y literato, galardonado
con el Premio Nacional de Literatura, pero que también llegó a ser Director de la
Biblioteca República Dominicana. Diógenes Valdez, oriundo
de San Cristóbal, se formó inicialmente como controlador aéreo en República
Dominicana, instruido por el cuerpo de instructores de la entonces Dirección
General de Aeronáutica Civil. Pero luego, por sus calificaciones teóricas
prácticas en las dependencias de control de tránsito aéreo de la entonces Dirección
General de Aeronáutica Civil, DGAC, fue becado para continuar su formación en el Centro
Internacional de Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC) de Ciudad México,
donde viajó en el año 1969.
Conocí a Diógenes Valdez,
a mediado de la década de los años setenta, cuando llegué como un “pino nuevo” al Centro de Información de Vuelo de Las
Américas. Para entonces, Diógenes Valdez, laboraba como controlador de tránsito aéreo en
el FIC. En el 1976, Diógenes ya era un profesional CTA con bastante destreza para
manejar un tránsito aéreo bajo el método “control manual”, en el que no existen las
presentaciones que facilitan, grandemente, la visualización de la situación del
tránsito aéreo, haciendo de este quehacer algo más llevadero. Para entonces, la
formulas del alcance y del cruce y el computador de Dalton. Sin embargo, cuando
se dialogaba con Valdez se notaba la profundidad de este hombre en lo referente
a sus inquietudes sociales.
Para entonces Valdez ya
tenia bien fijadas su actitudes literarias, pero también dejaba notar una clara conciencia política y social, en una
época caracterizada por intolerancia política, en la que era obligatorio pagarle a Don Primitivo “el
peso del partido” “sopena” de ir a parar
al despacho más importante del edificio de Telecomunicaciones ubicado en la
tercera planta de La Isabela Católica, para allí recibir la “reprimenda” de lugar,
luego de ponerse al día con los pagos. Recuerdo su claridad de juicio cuando planteaba sus
criterios profesionales y políticos.
Cuando Valdez profundizó y se sumergió más en el mundo literario, publicó un primer libro de cuentos, bajo el
título "El silencio del caracol". Para entonces tuvo la cortesía de obsequiarme
un ejemplar de la obra, libro que aún conservo. Después de publicar “El silencio del caracol” y otros cuentos, incursionó, con éxito, en
las novelas, publicando novelas como: “Todo pude suceder un día”, “La pinacoteca de un burguez”, “Motivos para
aborrecer a Picasso”, “El arte de escribir cuentos”, “Buenas noche dulcecámara”,
“El relámpago entre las sombras”, Fauno oculto en el follaje. Entre sus novelas se destacan “La telaraña”, “Lucinda Palmares”, “Los
tiempos revocables”, “Retratos de dinosaurio de la era de Trujillo”, “El viento
y la noche”, “Huella en la arena mojada”, “El cisne enfermo entre otros” En el año
2005, Valdez fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura.
Con anterioridad a su ingreso a la DGAC, Valdez ya había viajado
a Sudamérica, específicamente a Uruguay, donde inició sus estudios en literatura. Me encontré por última vez con este hombre en Santo Domingo en el 2008, y como habría de esperarse no
hablamos literatura, hablamos de aviación, actividad que siempre llevó en su
mente junto a sus actividades literarias. Diógenes Valdez, el controlador y literato, murió en septiembre del 2014 en su natal San Cristóbal,
ciudad de la que nunca se marchó de manera definitiva.
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