Con tristeza y pesar he leído un artículo publicado en el periódico 7 Días, bajo la
firma del periodista Tony Pérez. El artículo narra el viacrucis por el que atraviesa
la familia Sánchez Mella, quienes han buscado con insistencia a su desaparecido hijo, Rafael
Antonio Sánchez, sin resultados positivo hasta el momento. El joven Rafael A. Sánchez era el capitán del helicóptero matricula HI-770, tipo Bell 206 que desapareció en la tarde del 27 de noviembre del 2016 en las inmediaciones de la Laguna de Misibon, en apariencia muy cerca de la linea de costa.
La aeronave había despegado de Puerto Plata y de acuerdo a su plan de vuelo, su destino era Bábaro, Punta Cana. Sin embargo, parece que las condiciones meteorológicas no eran buenas aquella tarde, mientras que la hora de la operación tampoco favorecían el vuelo. De acuerdo a los familiares del capitán del helicóptero, en su misión de búsqueda, además de utilizar equipos de la empresa para la que laboraba el Capitán que ha hecho esfuerzos en la búsqueda, también han tenido que valerse de pescadores de la zona, quienes han tratado de localizar la aeronave, sin resultados hasta el momento. Sin embargo, soy de opinión que para localizar una aeronave en el fondo del mar se requiere de equipos y especialistas preparado para la tarea.
Parte del helicóptero HI-770 tipo Bell-206 recuperada del área de la playa de Misibon sitio donde desapareció la aeronave y sus dos ocupantes. La parte del aparato pudiera ser señal de que el helicóptero no estaba tan lejos de ese lugar para entonces. Foto: Diario Libre
Como es normal en la República Dominicana, la investigación de los accidentes e incidentes grave de aviación es conducida por la Comisión de Investigación
de Accidentes de Aviación, CIAA, adscrita a la Junta de Aviación Civil, JAC. La
CIAA es dirigida por el Coronel Enmanuel
Soufront, quien hasta donde conozco, hace un excelente trabajo en esa dependencia, aunque no creo que la búsqueda de los restos de aeronaves dependa totalmente de esa dependencia.
Sin
embargo, debo confesar que me preocupa bastante la no recuperación de los restos de las
víctimas mortales y de las aeronaves desaparecidas en los últimos accidentes, uno de ellos ocurrido en las inmediaciones
Puerto Plata, con la desaparición de sus tres ocupantes y el otro, el ocurrido Misibon, este último con dos personas desaparecidas, incluyendo al Capitán
Rafael A. Sánchez. Pero resulta notable que en ambas
desapariciones existen un denominador común; el mar arrojó a la playa partes
identificables pertenecientes a las aeronaves desaparecidas por lo que existe la
seguridad de que las aeronaves cayeron en las referidas áreas.
Aeronave LAKE-250 que desapareció en las inmediaciones de Puerto Plata con tres ocupantes, cuyos cuerpos no fueron recuperados. Foto: Youtube.
La localización de los restos de
una aeronave y de sus ocupantes es crucial
para conocer las causas que provocaron el accidente. De esa forma se cumplirá con la finalidad fundamental de toda investigación de un accidente de Aviación, conforme al Anexo 13 al Convenio Sobre Aviación Civil
Internacional, que no es otra que “evitar
que ocurra otro accidente de aviación por las mismas
causas”. Sin embargo, la recuperación de las víctimas, además de ayudar a
determinar posibles impactos relacionado con el estado de la tripulación,
es la única forma de llevar tranquilidad y sosiego a los familiares de los fallecidos, quienes encontrarán consuelo de poder dar cristiana sepultura a sus seres queridos.
Partes de avión recuperadas del accidente del LAKE-250, ocurrido en las inmediaciones de Puerto Plata. La parte fue expulsada por el mar. En el evento desaparecieron los tres ocupantes de la aeronave y gran parte de la aeronave.
Si bien sabemos que los cuantiosos costos requerido para mantener la misión de búsqueda de los restos de las aeronaves y sus ocupantes, parece que se hace necesarios se hagan más esfuerzos e inversión para estos fines. De ese modo es posible determinar las evidencias que condujeron el evento, pero también es la forma de llevar tranquilidad emocional de los afectados. Finalmente extiendo un abrazo de solidaridad a quienes perdieron seres queridos, los que también desaparecieron en el mar, haciendo más triste esa amarga realidad.
Área geográfica de aproximadamente 10 millas nauticas de la zona de Misibon donde cayó el helicóptero HI-770, Bell-206 de Helisosa. Infografia: I.Mullix
Área geográfica de aproximadamente 10 millas náuticas las inmediaciones de Puerto Plata donde cayó la aeronave LAKE-250 Seawolf. Infogracia: I. Mullix
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