Pecao colorao de
Samaná, el mismo que “curricaniaba” el “
Viejo Chanfle”
Aquí lo tiene, este es el
verdadero “pacao colorao de Samaná”, “curricaniao” en las inmediaciones del
“Bajo de Chanfle”. El Bajo de Chanfle es un sitio de la Bahía de Samaná que
casi nadie conoce. Se ubica justo en su centro de la bahía, entre la Loma Larga de
“Pedrito” y una gran piedra caliza que se divisa "a leguas" a simple vista en una loma de
“aquel lao”, en “Los Haitiles”, que le alineaba el rumbo a Chanfle para llegara fácilmente a su punto de pesca "remando a la vista".
Chanfle fue un viejo y misterioso pescador que pescó toda su vida y que aún lo hace allá en el cielo. Le gustaban las lunas llenas para la pesca. Pero jamás
dijo a nadie a que hora de la noche iba a “echar su cayuco” de ceiba. Simplemente, desaparecía cuando oscurecía. Se
marchaba solo con el último rayo del sol y llegaba la noche”, solo sin compañía
de nadie, solo con las estrellas del cielo o con el rayo de alguna luna y a veces, con la repentina luz de un relámpago y música sórdida del trueno que
retumbaba a distancia, algo más tarde. Ahora bien, Chanfle nunca dejó su “macuto”, y en él la “carná”, el “cordel”, sus anzuelos y las “picas”
del tabaco de un negro andullo "torneao a soga". Tabaco bastante para las cuatro “cachimbá” para la noche en el mar donde amanece más temprano.
Chanfle regresaba a tierra bien
temprano tan pronto “levantaba el viento” que empujaba su vela de “penca
de coco” que le aliviaba el remo. El viejo “Chanfle”, cojo de un pie por una
picá de “raya”, fue un pescador misterioso y de instinto, con magia para que “le picara el pejes”.
A Chanfle le aguardaba el pueblo, allí en “boca del rio”, bien temprano en las
mañanas para lograr “una cuerdas de pecao” enganchao como cuentas de un rosario en un “ripios e yagua de palma”,
tan larga que casi pegaban al suelo. Todos del mismo tamaño y todo una sola
clase, “pecao colorao” de la Bahía de Samaná el mismo que inspiró música a “Yoyito
Cabrera”
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