“Matusalén”, DC-8-43 operado por Dominicana de Aviación a finales delos setenta. Foto: Airlines net.
Una de las cosas comunes que hace
el dominicano es inventarle un apodo o sobrenombre a todo. Estos apodos abarcan
el ámbito de las personas, los sitios y las cosas, siendo los “motes”, en
muchos casos, la vía más rápida para que las gentes se den cuenta a quien o que
cosa alguien se está refiriendo en un momento dado. El quehacer aeronáutico no
es la exención. En la actividad aeronáutica local los sobrenombres o apodos
sobran. En la aviación los apodos se aplican las personas, a los sitios y hasta
a los aviones, no siendo raro que en algunos casos, que ni siquiera el
personaje de referencia sepa, a ciencia cierta, que se ha adjudicado un apodo o
mote cualquiera.
Sin embargo, para no meterme en
problemas, debido a que muchos de los propietarios de los apodos, aún se desempeñan
en la actividad y algunos jamás se han enterado que tenían o tienen esas “motes”, solo voy a referirme al caso de
los apodos de adjudicados a aviones. En
este caso en particular, la cosa es como le dije. Entre los apodos dados a los
aviones muchos conocieron, entre otros, al “El Jornadano”, “El Guineo”, “La
Cabra Loca” “El Itevi”, “Teleantillas”, “Matusalén” apodos que se le “pegaron”
por una característica determinada o bien, por una circunstancia, buena o mala,
ligada al aparato, como es el caso del "Jordano", pero por razones de tiempo, por ahora, solo voy a referirme a “Matusalen”.
“Matusalén” fue un DC-8-43 que rentó
Dominicana de Aviación, a finales de la década de los setenta con el objetivo
de cubrir la incipiente demanda del mercado de pasajeros en la ruta a Nueva
York. El avión, uno de los primeros DC-8-43 construido por Douglas McDonald,
inició sus vuelos en el 1959, luciendo cuatro turbinas Rolls-Royce, Rc.2 Conway
509, cuyo desarrollo se inició a principio de la década de los cuarentas y que fueron
utilizadas en las décadas de los cincuenta y sesenta en la primera generación de
jets de la industria del transporte aéreo. Tan pronto llegó al Aeropuerto Las Américas
se le pegó el apodo “Matusalén” por lo viejo que era y que lucía.
Conocí a “Matusalén” por su apodo,
una mañana de enero del 1979, a eso de la 9:45 a.m., cuando laboraba el turno “A” en Torre Las Américas y “Pupo” Sharp
Pubill, el Jefe del turno, lo autorizaba
a aterrizar después que declaró una emergencia de motor al Norte del Aeropuerto
Intl. de Las Americas. Cuando el avión tocó
tierra en la pista 17, “Pupo” me dijo, <<dile al centro que “Matusalén” aterrizó>>,
mientras el “Chevere” apuntaba en el record. “Matusalén” había despegado hacia
20 minutos como el vuelo DOA-902, rumbo a Nueva York, siendo esta una de las
varias veces que se había devuelto.
Antes de operar para CDA, “Matusalén”
había volado para dos compañía canadiense, hasta que fue adquirido por la
empresa “International Air Lease” que se lo rentó a Libia Airlines y luego Dominicana de Aviación, última
empresa para que operó, antes de ser “picado” a principio de los ochentas en
Miami Florida, USA. Para le época del incidente, "Matusalén" era un avión realmente viejo.
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