"A ponernos la pilas,... ahí viene Cuba". Bajo este titular comenzaba mi comentario en Facebook el pasado 17 de diciembre del 2014, hace hoy un año. Ese
día había sido liberado de una prisión cubana el ciudadano Norteamericano Alan
Gross, quien cumplía una condena de 15 años acusado de espionaje por el gobierno cubano. En apariencia, durante ese día los presidentes de Estados Unidos Barak Obama y Cuba Raúl Castro habían conversado por la vía telefónica,
en una actitud muy poco común por décadas.
También decía que para el mundo el acontecimiento era más que sorpresivo agradable y cónsono en el
contexto de un mundo que mucho ha cambiado después de más de medio siglo de Revolución
Cubana. Decía además, que era un giro transcendente en
las relaciones de dos naciones geográficamente tan cercanas, que hace poco tiempo que una dama la había cruzado el estrecho entre la Habana y Miami a nado.
Ante esa realidad decía que República Dominicana debía “ponerse las pilas”
frente a esa nación hermana que, necesariamente hará sus esfuerzos para
potencial su industria turística con
el mercado norteamericano, que ya se presenta como un oportunidad de oro para la economía
cubana. También decía que Cuba tiene
mucho de lo que los dominicanos tenemos como
son el clima, las playas, las montañas, una formidable seguridad ciudadana, pero
que sobre todo tienen a Cubana de Aviación, una línea aérea bandera nacional de Cuba, con presencia en los continentes Continente Americano y en Europa.
No hay dudas de que por el
momento, República Dominicana aventaja a
Cuba en el mercado turístico regional como destino, pero como sabemos
posiblemente, el mayor factor a nuestro
favor es la situación política de Cuba y las relaciones con sus vecinos del
Norte, que le limita en ese tremendo y cercano mercado emisor. Durante
los últimos años el turismo cubano ha venido aumentando de manera sostenida, llagando a los 2.4 millones de llagadas en el 2014, de acuerdo a la Oficina Nacional de Estadística
e Información de Cuba (ONEI), siendo muy baja la llegadas turistas
norteamericanos a Cuba. En nuestro caso,
las cosas son muy diferentes, donde el
60% de los turistas que nos visitan son de nacionalidad norteamericana.
Solo habría que como vienen las
cosas, sin embargo, en la actualidad ya muchas cosas han pasado. Cuba y Estados
Unidos han restablecido relaciones diplomáticas y varias líneas aéreas Norteamérica
han comenzado a operar vuelos entre Estados Unidos y destinos en la isla de Cuba. Por ahora Estados Unidos
se proyecta como un gran mercado emisor
de turismo hacia Cuba, pudiendo nosotros pagar las consecuencias, si es que no
nos ponemos las pilas.
Como prioritario deberíamos impulsar
y operar un proyecto de línea aérea bandera
nacional, con aviones grandes de última generación, capaces de operar a los sitios donde se ubican
los mercados étnicos tradicionales en
EE,UU, pero que pueda alcanzar otros destinos en el territorio continental de
USA, con el objetivo de aumentar la llegada del turismo norteamericano República
Dominicana, todo en un marco una sana y
provechosa competición con nuestros hermanos cubanos.
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