Pages

22 de noviembre de 2015

Miguelina Miguel en Paris


Miguelina en la Tour Eiffel de Paris

Hace unos meses, durante los días en que se  celebraba el día internacional de la mujer, me atreví a publicar en mi esquina, algunas de las características, que a mi modo de ver, adornan la personalidad de siempre de mi admirada Miguelina Miguel. Entre esos rasgos destacaban, como dije,  su coraje de mujer, quien a pasar de su primera  juventud, de no hace tanto cuando la conocí, ya mostraba en sus actuaciones que no era “paja de coco” como decimos  por allá  por el  Nordeste, Miguelina  era y es una luchadora.

Bueno, pues miren ustedes ahora, Miguelina Miguel se da el lujo de caminar tranquilamente y sin preocupaciones,  por las calles del viejo Paris, a pesar de las circunstancias reinantes  en  la “Ciudad Luz”. Pero no solo eso, Miguelina camina serenamente junto al río  Sena,  va  al   Lido de Paris y quién sabe si al  Moulin Rouge. Visita “La Tour  Eiffel” y se  pasea  despreocupadamente por “ Le Champs Elissés” y cruza por el “Arc de Triomphe”. Pero además  asiste  al fascinante ”museo De Leuvre” y allí  posa al lado de la Mona Lisa de Da Vinci, quizás  para ponernos a decidir  sobre sonrisas.

Todas estas presencias   a pesar de los acontecimientos que  empañaron el esplendor de una de las  noches  parisina, acontecimientos  que ha puesto a todo el mundo en vilo por la actuación de grupos y personas  que parecen no entender que el mundo de hoy se merece vivir en paz, en armonía y que los conflictos, omnipresente  en la historia del hombre,  deben resolverse en las mesas de negociaciones, olvidando la imposición de la fuerza sobre la razón  y provocar la muerte de muchos  inocentes.

Aunque es lamentable lo ocurrido, parece que los parisinos han decidido continuar con su vida, retando a los que han pretendido robarle lo más interesante del ambiente de esa gran ciudad, que es la alegría y esplendor  de sus noches. Con su visita  a Paris  Miguelina sigue asumiendo retos,  pero en este sí  que  me ha sorprendido,  debido a la realidad de una ciudad a la que se ha tratado de doblegar, acción  que los parisinos y las personas de las características de Miguelina no aceptan.

Ojalá haya podido oír, allá en París,  la voz de siempre de  Charles Aznavour,  cantando, lo que todavía  hace, canciones como “La Bohemia de Paris” y escuchar en un reproductor la dulce voz de  Edith Piat, con su voz de  gorrión cuando canta su interpretación universal  “La Vie en la Rose”.  Feliz  estadía y mejor regreso a ti  Miguelina y a los tuyos que te acompañan.   

No hay comentarios: