Cuando me vi precisado a ir por primera vez a “supervisar”
los progresos de los trabajos de construcción del Aeropuerto de Higüero, bautizado luego con
el Aeropuerto Internacional Joaquín Balaguer, aquello era un verdadero
infierno. Con un edificio terminar a medio construir, el calor allí era
insoportable. Mientras tanto, en el
lugar había una persistente nube de
moscas que llegaba desde el muy próximo vertedero Duquesa. El mosquero era interminable y azotaba de tal forma, que el riesgo para la salud en
el sitio era extremo, sobre todo cuando se intentaba
ingerir alimentos de cualquier tipo. Siempre había que lavarse con “aguaras”.
Los ratones no faltaban,eran enormes, la
especialidad de estos bichos era comerse
los cobertores de los cables eléctricos. Siempre que se abría una puerta cerrada, el
corredero de roedores no era chiquito y a veces salía por la puerta que se abría,
imagínese el brinco. Un ingeniero ya me había informado que uno de los
ingenieros que construyeron la verja perimetral del referido aeropuerto, había
muerto por los efectos de la contaminación del área aeroportuaria en
construcción. Para entonces el aeropuerto llevaba cuatro años en construcción y
se decidió acelerar el proyecto debido a
que los terrenos del antiguo aeropuerto
de Herrera, que supuesta o realmente, había que entregarlos a unos ingenieros, por deudas
del Estado.
Para entonces, en el Higüero se podía notar que el agua salía rojiza de los grifos y teñía los
lavamanos y sanitarios de ese color. Pero lo peor era el terrible y nauseabundo
mal olor que emitía Duquesa, un mal olor que se esparcía en toda el área y cuyos
efectos se acentuaban en horas de la
tarde, sobre todo cuando solían caer algunos chubascos muy frecuentes en la
zona. Había que tener buen estómago. Alguien me dijo entonces que ese mal olor nunca acabaría, creo que tuvo razón,si no me equivoco.
El problema del Higüero comenzaba cuando se abandonaba la avenida Jacobo Majluta para “navegar” en el lodazar, detrás de los destartalados camiones que arrastraban las
basuras al vertedero Duquesa, mientras iban regando desperdicios por todo el trayecto. El basurero se podía divisar
a lo lejos por la inmensa cantidad de garzas
existentes, estimadas en 10,000 por biólogo extranjero. Luego estos pájaros se convirtieron en el primer
gran dolor de cabeza para los
pilotos, sobre todo para el presidente de la ANP de entonces quien mucho se preocupaba por la seguridad su clase, sobre todo con el tema de la situación
de la construcción del Higüero y lo del
peligro aviario, “parece que Dios metió la mano”.
Era el año 2002 y me encontraba
en el Aeropuerto Internacional de Herrera, terminal aérea que, aunque con sus problemas, representó el
verdadero florecimiento de la aviación comercial local, la aviación privada,
deportiva y los aeroclubes de República
Dominicana, posiblemente en sus mejores tiempos. Herrera surgió por el
esfuerzo mancomunado de hombres a
quienes verdaderamente les gustaba el
asunto de la aviación, integrándose a la actividad para
dar lo mejor de todos ellos. Ustedes los conocen. En el Higüero en
construcción me encontraba con los
ingenieros de “Sinercon” que trabajaban
en varios elementos de la terminal incluyendo la
pista de aterrizaje y la reducción de un “talud” que posibilitaba la
visión de la cabecera de la pista 01 desde la torre de control. Entre papeles y
planos, traté muchos de los problemas
originales del aeropuerto, ingenieros que dependían del “superministro” de
entonces, no sé qué es, pero “siempre hay superministro en obras públicas”.
Uno de esos días en que fui al
Higüero en construcción, subí los “ochocientos” escalones de la torre de
control, donde unos obreros soldaban el esqueleto de la consola de equipos. Allí, miré hacia el basurero de Duquesa, vi 9,000
de las 10,000 garzas y divisé un cementerio que colgaba en medio de un palmar donde personas enterraban a sus muertos casi entre la basura. Mire el
talud, un VOR que nunca funcionó, así como la enlodada carretera donde el desfile de camiones de basura que casi ni avanzaba y me dije para mí; ¡¡A quien diablo se le habrá ocurrido construir este aeropuerto aquí!! .
La foto: Diario Libre.
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