Hace bastante tiempo ya, que cuando escuché el rumor relativo a la posible venta la compañía aérea Aeronaves
Dominicana, Aerodomca, me embargó la amarga sensación de saber que
uno de los luchadores más aguerrido de la aviación dominicana, se marchaba de la actividad, dejando tras de sí
una luminosa estela de lucha,
sacrificios y de logros, sacrificios y logros que solo conocimos quienes amamos la aviación y valoramos el trabajo honrado de Rafael Escoto.
Tiempo después, el rumor se hizo realidad y Escoto
negociaba la empresa, dejando en el pasado décadas de trabajo arduo y duro, pero a la vez dejando una actividad, la que estoy seguro aún debe llevar entre los tuétanos, “esté donde esté”. Cuando escuché hablar por
primera vez de Aerodomca y Escoto, corrían los primeros años de la década de los ochenta y el Aeropuerto de Herrera era un
verdadero hervidero de aeronaves, estando Aerodomca entre las aerolíneas más respetadas, no solo por su nivel de seguridad y cumplimiento sino por su dueño.
En aquellos tiempos, Aerodomca tenía
su base de operaciones en ese aeropuerto y sus aeronaves, con sus
característicos colores amarillos y azul, volaban a varios destinos nacionales,
principalmente a Punta Cana, Barahona, Santiago, Puerto Plata entre otros, así
como destinos internacionales, entre ellos Haití, Cuba. Sin
embargo, el aeródromo de Portillo, Las
Terrenas, fue uno de sus principales destinos, al que
realizaba tres vuelos de itinerario
diarios, con horario convenientes para el público y
para muchos a quienes Escoto “no iba ni de aquí allí” para brindarle un asiento gratis en sus vuelos. Los
controladores de Arroyo Barril y Portillo saben de lo que hablo.
Aerodomca operó aviones de
variados tipos, pera para mí, la aeronave LE-410 “El guineo” que volaba mi entrañable Wesling,
esa era la aeronave insignia de la flota.
Lo bueno del Capitán Wesling era que no tenía
“hiel” para volar en cualquier condición del tiempo, fuera esta cual fuera, es
un verdadero profesional del vuelo. Como otros profesionales del vuelo y empleados
de la empresa, Wesling salió de la línea de vuelo e igual
que Rafael Escoto, debe añorar los tiempos de Aerodomca, a pesar de la cuota de
sacrificio que hace tiempo arropa a los aviadores dominicano.
En sus últimos tiempos de operación,
la empresa trajo dos aeronaves del tipo GA-8 “Airvan” de fabricación neozelandesa
nuevas, muy apropiada para la operación local.
Aunque
no estoy tan enterado, parece que
Aerodomca fue adquirida por empresarios extranjeros, si no me equivoco de
nacionalidad venezolana, quienes que en apariencia, están completando los
procedimientos para reiniciar las operaciones de Aerodomca. Pase lo que pase
con Aerodonca, esta ha sido una empresa parte de la historia de la aviación del
país y ojala tenga éxitos y se reinserte en matriz aeronáutica de la Republica
Dominicana. Ahh….. si alguien me ve por ahí a Escoto y al Capitán
Wesling me le dan un fuerte abrazo de mi parte.
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