Así lucia "Duarte" el HI-242 CT a finales del 1975, cuando llegó de la Boeing de Seatle, Estado de Washington
Foto: fuente externa
A propósito de aeronaves
dominicanas abandonadas en el extranjero,
sé que mucho de ustedes recuerdan perfectamente, el día en que en el que llegó al
país el HI-242-CT de Dominicana de Aviación al país a finales de noviembre del 1975. El aparato “nuevecito de fábrica”,
aterrizó por la pista 17 y "Macorix" lo parqueó en la antigua rampa Norte de la vieja
terminal del Aeropuerto Las Américas,
frente a la entrada de migración de entrada en aquel entonces. El avión emitía el característico olor de lo
nuevo, mientras todos nos aproximamos a curiosear, mientras “Bayillo”
el rampero no daba” pie con bola”, tratando
de abrir la puerta de carga de la bodega delantera del avión, lo que debió
hacer el brillante profesional Amado Villa, bajo la mirada de Mike Fletcher
experto de Boeing en mantenimiento en el equipo.
De repente la aeronave se convertía
en el avión insignia de la flota, siendo bautizado como Duarte, dejando atrás al HI-212 el B-727-100, y otro B-727 que operaba CDA en condición
de “dry lease” superándolos por los 38
asientos adicionales para totalizar 162
asientos para pasajeros y más capacidad de carga siendo asignado a la “ruta
larga” de la empresa que era el destino Nueva York. Terminada la ceremonia en
rampa, el aparado fue remolcado al
hangar de la empresa para la revisión de procedimiento, como forma de tenerlo listo e introducirlo a
la línea de vuelo lo antes posible, donde iba permanecer por un período de apenas 18 años, un tiempo relativamente corto cuando se habla de aeronaves.
Quienes tuvieron la oportunidad
de “bregar” con el HI-242-CT avión como
tripulantes de mando, de cabina, mecánicos,
despachadores, ramperos deben recordar la nobleza de una aeronave que dio muy pocos problemas, limitando sus periodos en
tierra, a los chequeos conforme a los programas de mantenimiento diseñado por
el fabricante y poco tiempo por percances de mantenimiento correctivo. En mi
caso particular, viví una experiencia de
esa que no se olvidan, pero de la que el avión salió sin mayores inconvenientes.
Ese incidente aconteció el 06
de enero de 1984, cuando el HI-242 -CT despegaba por la pista 35, a las 7:00 p.m. a Nueva York. cuando
iniciaba un vuelo extra a Nueva York con 162 pasajeros a bordo y un peso de 184,200 libras. Durante la carrera de despegue, un neumático del tren principal derecho la
aeronave reventó, enviando pedazos de caucho al motor No.3 que se incendió, averiándolo gravemente y apagándolo. Ante la emergencia, la tripulación debió proseguir
con la face de despegue crítico. En el aire, el Capitán Frías Carbuccia, el Copiloto Sebastián
Segura y el Ingeniero de Vuelo Fernando Asencio lograron volar el avión, hasta
que aterrizaron por la pista 35 después de “dompiar” varios miles de galones de
combustible después de una eternidad para mi. Sin dudas, esta ha sido una
de las impresiones más fuertes que he sufrido en aviación.
Bueno, pues así pasó el tiempo,
hasta que llegó la primera crisis de CDA, a mediado del año 1986, pero el HI-242-CT la sobrevivió, asumiendo nuevamente como aeronave
insignia de la empresa, a raíz de la desaparición
del HI-472, “el Jumbo de CDA”, aeronave
que fue abandonada en el 1986 y luego
negociada en Nueva York en el 1987. La
aeronave continuó volando, principalmente la ruta de Nueva York, hasta que la administración
de la compañía decidió enviarla a San José Costa Rica a los talleres de la empresa de mantenimiento aeronáutico COOPESA a mediado el 1994, con el objeto de realizarle trabajos de
mantenimiento.
Con la aeronave en sus talleres, COOPESA
realizó su trabajo proporcionando el mantenimiento contratado, de acuerdo al
contrato. Sin embargo, una vez terminado los trabajo por parte de COOPESA, la administración de Dominicana de Aviación
hizo mutis, “olvidando” que habían enviado el avión a Costa Rica. Así pasaron
los días, los meses y los años, y a
pesar de los esfuerzos y requerimientos de los costarricenses para que la Compañía
Dominicana de Aviación (CDA) recuperara
su aeronave, el avión fue abandonado, siendo desguazado, después de permanecer varios años, a la vista del público,
mostrando los pálidos manchados colores de la ensaña
nacional dominicana en la tierra de Don Pepe Figueres.
COOPESA es una organización prestadora de servicios industriales de mantenimiento de aeronaves, establecida en Costa Rica desde el año 1963. Sus talleres aeronáutico están en capacidad de proporcional servicio de mantenimiento mayores a un gama de aeronaves que incluyen; B-727 en todas sus series, DC-9-10,30, MD-83, DC-8, A-320, B-757. la empresa tiene licencia el gobierno costarricense y autorización de la FAA, JAA y otras organizaciones globales.
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