De izquierda a derecha; Pascasio Toribio, Santo T. Concepción , Ignacio Mullix. Detrás; Ángel Mordan.
Foto: Archivo personal
La escuela de operaciones de
vuelo de Avianca del Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá Colombia, fue
lugar donde los despachadores de vuelo de Dominicana de Aviación mucho aprendimos. Por normas de la empresa,
como despacho de vuelo de CDA prestaba servicio a los vuelo se Avianca en
Santo Domingo, todos los años debíamos viajar a Bogotá para asistir a los cursos de refrescamiento de operaciones que AVIANCA nos impartía en aquella ciudad.
Lo aprendido fue bastante, la
experiencia colombiana no era para menos, en un país donde prácticamente, nació el transporte aéreo comercial de latinoamericano
en año 1919 cuando los colombianos utilizaron una aeronave de fabricación francesa, el F-40 para realizar vuelos comerciales. Luego, en el 1920, inició sus
operaciones SCADTA, empresa que utilizó el Sikorsky, una aeronave anfibia. Ya cuando íbamos a Colombia, a mediado de la década de los ochentas, AVIANCA tenía en su escuela
simuladores del B-727 y de 707, para el entrenamiento de sus tripulaciones.
Además de los cursos, Bogotá nos ofrecía su asombrosa hospitalidad y, aunque se
emitían algunos juicios adversos, en ningún momento nuestra seguridad personal se vio comprometida. A los
que nos gustaba la historia, como quien suscribe, tuvimos la oportunidad de
visitar algunos sitios históricos y documentarnos en relación las circunstancias que desencadenaron el "Bogotazo", inmediatamente después del asesinato del líder colombiano Jorge Eliecer Gaitán en el
1948.
La foto corresponde a un vuelo AV-20, Bogotá, Santo Domingo, con una escala intermedia en Cartagena de Indias, a mediado junio del 1984. La aeronave, un
B-707 de AVIANCA. No creo que ninguno de los que aparecen en la foto hayan olvidado el tremendo “jalón”, hacia abajo, que dio el aparato, por lo
que pensamos que iba a llegar al suelo por lo que, a pesar que no hubo anuncios
de la tripulación, ya nos estábamos preparando para el impacto. En esos
momentos el avión circunnavegaba un
inmenso cumulonimbo en el área de las últimas estribaciones montañosas, antes
de divisar las costas al Suroeste de Cartagena. No hay dudas que se trató de
una de esas corrientes “cortantes de aire descendentes”, que se presentan las cercanías de esas formaciones nubosas, muy
conocidas por sus efectos sobre la aviación.
En relación a la foto, de
izquierda a derecha, Don Pascasio Toribio Peralta, Santo Tomas Concepción Guzmán, un
servidor, y detrás, Ángel Moldan.
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