Así lucia el otrora el "Jordano" en el 2004, treinta años después de haber salido de la fabrica y operado por la prestigiosa empresa de carga aérea Amerijet. Foto: Airplanes picture.net
Como había relatado con
anterioridad, el 15 de mayo del 1987 bien temprano, parece que las autoridades del Aeropuerto John F.
Kennedy conocían lo que iba
a pasar con el Jordano. Sin embargo,
nadie le los estábamos en lo operacional conocíamos nada de lo que pasaría ese día en que el Jordano fue incautado. Una vez en tierra y estacionado se inició el
trasiego de los pasajeros del avión al "plane mate", mientras que en operaciones
dábamos seguimiento al chequeo de pasajeros del DOA-905 y esperábamos la
tripulación para el proporcionarle el "brafing" del vuelo de regreso.
Sin embargo, tan pronto desembarcaron los pasajeros apareció un vehículo con dos alguaciles de Los Estados Unidos que subieron al avión, procediendo a dar inicio al proceso de incautación
de la aeronave, bajo la vigilancia de dos carros con
policías del Port Authority del
Aeropuerto John F. Kennedy que permanecieron al lado del avión todo el tiempo.
Fue entonces cuando recibimos la
llamada del Capitán Demont Blanchette quien
me solicitó presentarme al avión, y así
lo hice. Una vez, en a bordo del jordano
“por última vez” en la vida, los alguaciles me entregaron dos pesados y
voluminosos libros o carpetas, contentivos del acto jurídico de la
incautación. Poco después se presentó al
avión Víctor Santana Gerente de Estación de CDA en el Kennedy
preguntándome con preocupación, ¿Que
estaba pasando?, solo lo mire y le hice la seña de que se esperara.
En relación a los alguaciles, lo
primero que hice fue aducirle que la incautación no procedía, por tratarse de una aeronave de matrícula dominicana,
prestando un servicio de transporte aéreo internacional con 155 pasajeros listos para
abordar y que como tal, no podía ser
intervenida. Además le solicité que me
permitieran llamar a Santo Domingo, como lo hice para tratar resolver la
situación, a lo que accedieron de inmediato, comentándome, además, que estaban en condición y le gustaba la idea de que se llegara a un acuerdo y así
evitar la incautación del “Jordano”.
Entonces me dirigí a las oficinas de
operaciones para contactar a Santo Domingo. Una vez en la oficina, llamé a
Santo Domingo para informar, como lo hice, la situación en el “hard stand” 66
del Kennedy y plantear la buena voluntad
de los alguaciles, lo que entendía viable. Sin embargo, parece que en Santo
Domingo las cosas no eran como yo pensaba. Después de un largo tiempo de espera de respuesta, recibí la orden de entregar simplemente el
Jordano. Cuando regresé al avión le
comunique al Capitán Blanchette y a su tripulación lo informado desde Santo Domingo.
Al Capitán puso la cabeza sobre la barra de control y me dijo que nunca le había pasado algo como
eso.
Ante la situación no me quedo más que llamar a
Charna Putra Mahapatra, “Map “un hindú
que laboró por buen tiempo en CDA en el Kennedy, para que coordinara el envío de un “plane mate”
al avión a recoger la tripulación del Capitán Blanchette. En ese
momento invité a la tripulación a que retiraran todas sus pertenencias del
Jordano y luego lo envié a migración y aduanas, para que luego fueran a la
oficina y allí planear su regreso a Santo Domingo. El Capitán Blanchette y el
resto de los tripulantes de mando y cabina lucían simplemente devastados, igual que la totalidad de la
empleomanía del CDA en el Kennedy.
Mientras tanto, uno de los mecánicos
de CDA en el Kennedy, Liberato y yo
comenzamos a retirar todo el material removible del Jordano, propiedad de la
empresa, incluyendo hasta las botellas de oxígenos portátiles, así como todo el materiales de catering, manuales y otras
pertenencia de CDA. Mientras eso sucedía
los propios alguaciles que fueron
a incautar la aeronave también lucían desconcertados, mientras permanecían en
silencio sentado los asientos 1 A y 1C,
de la primera fila. En apariencia, ni ellos querían ejecutar la incautación del jordano,
pero como escribió García Márquez, se trababa de la crónica de una muerte
anunciada. Terminado la remoción de materiales y equipos, bajamos todos de avión
y el jordano fue remolcado hasta que desapareció, para
siempre, de mi vista, cuando el tractor se tapó por detrás de la vieja terminal
de Pam American World Airways del Kennedy.
A partir del 1987, el avión pasó
por la mano de un banco y luego a varios operadores norteamericanos y europeos
hasta que fue adquirido por Amerijet, en el año
2004 que le insertó la matricula norteamericana. Con ese operador y convertido a carguero, el avión vino varias
veces al Aeropuerto Internacional de Las Américas. En una de esas ocasiones
crucé de Aeromar al avión y subí a la
cabina a conversar con la tripulación. Y aunque el avión tenía otra matricula y
estaba pintado con los colores de Amerijet, confirmé que se trataba del
“Jordano”, ¿Qué le parece?.
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