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Con justificada preocupación he leído la información sobre la desaparición
de 13 aviones de las pantallas radar, cuando volaban en el espacio aéreo europeo, específicamente en los espacios aéreos de Austria y Alemania, eventos ocurridos durante los primeros días del mes de junio del presente año. Según el tabloide
Telegraph, las desapariciones de los vuelos se extendieron por periodos que llegaron a
alcanzar hasta 25 minutos, lo que
en aviación es una verdadera eternidad.
Aunque los controladores
mantuvieron comunicaciones radial con
los vuelos, por lo que la seguridad no
se vio tan comprometida, el hecho de que el evento ocurra, es de por si una situación peligrosa, que puede llevar a riesgos
potenciales. De acuerdo a las mismas
informaciones, las autoridades de
aviación civil europea han dado curso a
una investigación de los hechos, para
determinar la causa que provocaron que
los aviones desaparecieran de manera selectiva de la pantalla radar.
Lo más preocupante del caso, es
que se especula que el sistema radar, supuestamente, fue “hackeado”, lo que supone ser un hecho grave por las consecuencias futuras que pueden derivarse de una acción de este
tipo. En ese sentido, un controlador austriaco describe los eventos ocurridos durante los primeros días
del mes de junio, como <<sin
precedente>> e incluso se habla de
un ciberataque al sistema de radar secundario austriaco.
Para entender mejor el asunto,
téngase en cuenta que un sistema radar secundario SSR funciona de la siguiente
manera; la antena radar de la estación en
tierra, emite señales de radio codificadas y de manera repetitivas al espacio aéreo. A estas señales se
le llama interrogaciones. La aeronaves
que evoluciona en el espacio aéreo cubierto
por la transmisión, desde la antena en tierra, las recibe en un dispositivo llamado
“transpondedor”. A su vez, el transpondedor emite una señal de “repuesta” que
va a la antena radar de la estación secundaria en tierra, señal, que luego de
ser procesada, llega a la pantalla radar de los controladores con informaciones, como la identificación del avión, la altitud y otros datos importantes, como
velocidad, régimen de ascenso o descenso etc.
Para que esto se verifique, la
aeronave debe “cooperar” manteniendo el “transpondedor” encendido. Si a alguien
en la cabina de las aeronaves se le ocurre
apagar el “transpordedor”, la
información no llegará a los controladores, por los que no la podrán mantener la “vigilancia radar”,
derivándose de ello, todo el riesgo que una situación como esta representa. Cuando una aeronave desaparece
de una antena radar, a cualquier controlador “se le sale el pecho”.
A diferencia de los radares
secundario (SSR), los sistemas de radares primarios, (PSR) no necesitan de aeronave cooperadoras. Solo se
requiere que la antena de la estación en tierra transmita una señal de radio, señal
electrónica que chocará con la aeronave y se reflejará y volverá a la antena
radar, presentándola en la pantalla, como un “eco radar” visible, por lo que el controlador podrá “vigilar” del
vuelo. Por lo anterior, si no existe cobertura de radar primario en el punto
donde se localiza el avión, este simplemente desaparecerá de la pantalla radar.
Lo escalofriante pudiera ser que
se confirme que desde un lugar
determinado, en tierra o en el aire, alguien interactuó con las señales de los
radares austriaco y alemanes “hackeandolos”,
impidiendo que la señal radar llegara a las pantallas de los controladores. En
ese sentido, parece que las sospechas sobre este hecho, pudieran apuntar a
hacia esa barbaridad, teniendo en cuenta que las desapariciones de aeronaves
fueron selectivas, no totales, como ocurre cuando el sistema radar falla.
Lo importante debe ser que el
caso austriaco se aclare lo antes
posible, determinándose cuál fue la causa que motivó la ocurrencia de estos
peligrosos incidentes, situaciones que preocupan a todos aquellos que conocemos algo de "estas cosas". En mi caso particular, en una ocasión debí vérmela con una falla radar, con una situación de trafico aéreo, que aunque no tan compleja, logró acercarme el corazón a ritmo de "marcha forzada", por lo que no deseo que estas situaciones se presenten en el sistema.
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