Foto BBC Mundo
La experiencia ha demostrado que para cualquier línea aérea, no importa su tamaño, resulta traumático enfrentar
de un accidente de aviación. Bregar con un evento de este tipo no es tarea
sencilla y por lo general, es
el punto inicio de un periodo de
dificultades durante el cual, la empresa deberá hacer frente a un proceso que pondrá
a prueba su estructura operacional y administrativa. Por sus características los
accidentes aéreos están matizados por fuertes emociones, consecuencia de lo
inesperado del suceso, las pérdidas de vidas humanas, que por lo general ocurren,
el menoscabo de costosos bienes
materiales y la merma de dos bienes intangibles, pero
sumamente importantes que son; la confianza y la imagen.
Desde el momento mismo del accidente, la aerolínea y el aeropuerto donde ocurrió el evento o salió el vuelo
entran en un estado de tensión durante el
manejo de la emergencia. Sin embargo, dar el frente a los medios de información
pública se convierte en una actividad crucial, tanto por la cantidad de medios
como por las interrogantes que se formulan. En caso de no encontrar información apropiada, por
lo general, comenzará la construcción
de versiones que llegaran a un público que le interesa saber “lo que sea” en relación
al percance. En muchos casos, con la falta de información llegan las
primeras dudas, que acaba afectando la confianza del público.
Como se define, los accidente de
aviación son eventos relacionados con la
operación de una aeronave, que sucede durante el tiempo que cualquier
persona aborda la aeronave con la intención de realizar un vuelo, hasta que la última persona ha
abandonado de la aeronave, en la que una
persona pueda recibir lecciones graves o la muerte como consecuencia de estar
en contacto con el avión o con partes que se desprendan de este la aeronave,
que la aeronave sufra daños estructurales o que la aeronave desaparezca, como
le pasó al MH370 Malasia o resulte inaccesible.
En todo caso, una de las primeras víctimas de un accidente de aviación es la confianza. Por lo
general, los usuarios temerán abordar las aeronaves de la empresa involucrada. Por ello, muchos
usuarios, si les es posible, buscarán la forma de utilizar
los servicios de otros operadores. Además la empresa deberá estar preparada para hacer frente a los tediosos procesos de
investigación, en donde las responsabilidades y culpabilidades que significan no haber hecho el trabajo representa cargos económicos y en ocasiones cargos penales, dependiendo de la investigación.
En relación a las causas reales
que originaron el accidente del HI-957 de la pequeña línea aérea Sky High Aviation Services, aún no
se conocen y las especulaciones, como es normal, han hecho acto de presencia,
apareciendo construcciones inverosímiles
del accidente, que de seguro, debe estar afectando la confianza del usuario, por lo que
no dudamos que la empresa esté comenzando a sentir los embates de enfrentar
un accidente de aviación de la magnitud del sucedido. En ese sentido es normal que sus vuelos inicialmente se vean afectados, sobre todo en la ruta en la que
ocurrió el accidente.
La investigación de los
accidentes de aviación en R.D. es
responsabilidad de la Comisión de
Investigación de Accidente de Aviación Civil, (CIAA) de la Junta de Aviación
Civil (JAC), siendo “la
única finalidad de la investigación de un accidente de aviación, que estos no
se repitan por la misma causa”. Pero más aún, tanto las agencias de aviación civil, como el
aeropuertos donde opera la base de la empresa afectada, tienen que considerar la situación momentánea de Sky High
Aviations Services, y en lo posible, colaborar para que el percance no saque a
la línea aérea del mercado, lo que no es bueno para nadie. Por lo tanto,
sería adecuado que Sky High Aviarions Services reciba toda la
cooperación aeronáutica y aeroportuaria posible para que se mantenga operando, como lo
entiendo debe estar sucediendo.
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