Aeronave tipo Piper Pawee
Hace varios días los
organismos de Búsqueda y Salvamento localizaron la aeronave Piper Pawnee, matricula HI-882 propiedad de la empresa de
aplicación agrícola FUMA, confirmando la muerte de su capitán Aldo Amaro Joa. Los restos de la aeronave fueron avistados en una zona montañosa casi inaccesible, al Noroeste de la Loma La Rucilla, cerca del Pico Duarte. La aeronave se
accidentó, luego de iniciar un vuelo que se originó una pista de
fumigación localizada en la provincia
de Azua y su destino era una pista de fumigación localizada en Mao, provincia de Valverde. Como es
lógico, los causales que provocaron del
accidente no son conocidos por el
momento.
En relación al trágico vuelo, vale destacar que originó
en una pista destinada a la fumigación, operación en las que por lo
general, el piloto evalúa las
condiciones meteorológicas e inicia su vuelo, fumiga y luego de la aplicación del
pesticida, retorna a la misma pista de donde despegó. El problema se plantea
cuando la operación está destinada al traslado de las aeronaves de una región a otra, operaciones en las que la aeronaves deben cubrir cierta distancia, como el vuelo de
referencia. En el caso particular del vuelo del HI-882, Azua/ Valverde Mao, la
aeronave debió desplazarse por un
espacio aéreo caracterizado por concentrar las mayores elevaciones
montañosas del país y donde, por lo
general, se presentan formaciones nubosas, neblinas y lluvias, siendo una zona
donde se han originado varios accidentes de aviación.
A pesar de la sobrada experiencia
del Capitán Aldo Amaro, resulta extraña su elección de una ruta directa
Azua/Valverde Mao, atravesando el corazón de la Cordillera Central en una
aeronave, que si bien posee el equipamiento básico de instrumentos de vuelo, resulta ostensible que la operación de esta en un ambiente como el de ese espacio aéreo, podía llevar la aeronave al límite y causarle un percance a cualquier piloto,
como el que aconteció. Aunque no es mi intención predecir la causa del
accidente, resulta altamente probable que su origen se debiera a condiciones meteorológicas adversas
encontradas en la ruta proyectada.
Vale decir que la aeronave tiene un techo de servicio de 13,000 pies y estaba operando en una zona donde las elevaciones montañosas están en
el rango de los 9,000 y 10,000 pies. En
cuanto al peso máximo operacional de la
aeronave, este es de 2,900 libras y su velocidad máxima es de 124 nudos. En
cuanto al peso actual de despegue del avión, habría que saber ¿Con qué cantidad
de combustible despegó y si estaba
cargado con material de aplicación agrícola en el vuelo?. En relación al parte meteorológico, se pronosticaba nubosidad y aguaceros dispersos en la zona, pero sabemos que los pilotos conocen lo imprevisible del rápido desarrollo de las formaciones nubosas y la ocurrencia de repentinos aguaceros en la zona del Pico Duarte.
Hace bastante tiempo que me preocupa la recurrencia de estos eventos causados
por el factor meteorológico a la aviación general de República Dominicana. Es más, en una
oportunidad, a inicios de la década del 2000, a raíz de un accidente de aviación
ocurrido en una loma en la cercanía de Moca, comencé a recopilar datos en relación a la
incidencia de estos eventos originados por la condiciones del tiempo. Pero para
entonces no fue posible que completara la investigación, por razones que no
vienen al caso.
En este caso del accidente HI-882, esperemos los resultados de la Junta de Investigación de Accidente de
Aviación (CIAA), perteneciente a la Junta de Aviación Civil (JAC), organismo de investigación integrado por técnicos de gran experiencia, quienes de seguro determinaran los causales reales que condujeron la aeronave a
estrellarse en esa escabrosa zona de la codillera Central, en una ruta que el Capitán
de la aeronave no debió seleccionar jamás.
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