Si hay un hecho que afecta a
las gentes, ese es la desaparición de uno de los suyos, pero
en el caso de la desaparición de una aeronave, la situación es aún peor debido a la ansiedad y dolor colectivo. De acuerdo al Anexo 13 de la
Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la desaparición de una
aeronave está calificada como un accidente de aviación, por lo que en su
investigación se deben agotar los procedimientos prescritos en el referido
anexo, siendo la finalidad de esta investigación, evitar que otro evento originado
por la misma causa se repita.
La desaparición de aeronaves no es cosa de
ahora. Este particular tipo accidentes surge con la aparición de la
aviación misma, siendo uno de los casos más sonados, la desaparición del avión
de Amelia Earhart ocurrida en julio del año 1937, en medio del Océano Pacífico.
En aquella ocasión, el vuelo de Amelia cruzó a poca distancia de Cabo Samaná rumbo al aeropuerto de San Juan P.R., primera escala
del largo vuelo. Ahora, 78 años después, el mundo queda perplejo
ante el desvanecimiento del vuelo MH-370 de Malasia Airlines con 239
almas a bordo en el Océano Índico.
¿Qué pasó con el avión y sus ocupantes?;
Por ahora la pregunta no tiene respuesta. Como se sabe, el vuelo simplemente se espumó cuando debió establecer
contacto radial y radar con los controladores del centro de control
Ho chi Minh de Vietnam. Hasta ese momento la aeronave desarrollaba un vuelo
normal, sin reporte de novedad alguno.
La desaparición del vuelo ocurrió a pesar de que el modernisimo B-777-200
ER estaba equipado con tecnología de comunicación y
vigilancia de última generación, incluyendo; comunicación de voz VHF y HF; SELCALL (sistema de llamada selectiva en la banda HF);
transponder para detección radar secundario; sistemas de navegación satelital; ACARS
(Aircraft, Communications Addressing and Reporting System), así como equipos
para el envío y recepción de mensajes a través de la constelación satelital Inmarsat.
El ACARS es un sistema utilizado para el
intercambio de datos, entre las aeronaves y las estaciones en tierra, en
tiempo real, en forma automática o manual. para ello ACARS utiliza las plataformas
de comunicación proporcionadas por los proveedores tradicionales de la industria,
como son SITA, ARINC entre otras. El ACARS integra la red VHF, HF, la ATN
(Red de Comunicaciones Aeronáutica), estaciones satelitales terrestres,
constelaciones satelitales de comunicación y navegación, terminales operacionales y aeronáuticas terrestres .
Entre los datos que pueden intercambiarse mediante mensajes ACARS están; la
posición del avión extraída de los sistemas de navegación; el estado de funcionamiento
de los sistemas mecánicos y electrónicos entre otros. Esta funcionalidad
proporciona al ACARS la posibilidad de desempeñarse como una "Caja
Negra" que puede transmitir de manera automática y periódica,
eventos en progreso a bordo de una aeronave que pueden conocerse en tierra, en tiempo
real, dando mejores posibilidades de localizar aeronaves
extraviadas y conocer las posibles causas que han provocado su desaparición.
La industria del transporte aéreo está utilizando el ACARS para el monitoreo y transmisión
automática de mensajes operacionales, siendo uno de ellos la transmisión
automática del "evento OOOI".
Mediante este mensaje las aeronaves transmiten automáticamente, vía
ACARS, las horas de salida de la puerta de embarque, de despegue, de aterrizaje y de llagada al
estacionamiento en el aeropuerto de destino. Estos tiempos son generados por sensores localizados en la puerta principal del avión y el tren principal de
aterrizaje y transmitidos a tierra vía ACARS. Del mismo
modo, informaciones meteorológicas, de plan de vuelo y navegación pueden ser
intercambiada a través de mensajes ACARS enviado al avión por las bases
de operaciones de la empresa.
El caso más evidente de la utilidad
del ACARS en aporte de datos sobre un accidente, fue un reporte automático
ACARS producido por el vuelo AF-447, un Airbus 330 de la empresa Air
France que cayó en medio del Océano Atlántico, en junio del 2009. En
este caso, las cajas negras fueron recuperadas dos años después de
producirse el evento, debido a la profundidad del océano. Pero los datos de la situación del avión,
inmediatamente antes del accidente, como el mal tiempo existente en
el área donde el avión operaba, la falla de los sistemas de velocidad por
congelamiento de los sensores, fueron
transmitidos por el sistema ACARS a la base de mantenimiento
de la empresa en Paris. Por ello, el departamento de mantenimiento de la
empresa conoció, en tiempo real, la situación que terminó en el fatal
accidente. En el caso del vuelo MH-370, el ACARS aparentemente
estaba desactivado por razones no aclaradas hasta el momento.
La desaparición del MH-370 ha
causado mucha preocupación a la
industria, empujando nuevas iniciativas. Según la BBC de Londres,
Airbuss estudia la posibilidad de instalar cajas negras eyectables. Esta tecnología
seria instalada en sus últimos modelos luego que sea aprobada las autoridades de aviación civil. Esta
iniciativa tiene como objetivo lograr que las cajas negras sean eyectadas
automáticamente del avión, en caso
de accidente. De esta forma las "cajas negras" flotarían en caso de
que el evento se desencadene sobre agua y serian localizadas con más facilidad en tierra.
Mientras nuevas tecnologías se desarrollan, como la anunciada
por Airbus, el ACARS es una buena alternativa para mejorar la posibilidad de localización
de las aeronaves que desaparecen, como aconteció al fatídico
vuelo MH-370.
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