Eusebia Mullix, nuestra querida madre
La noche de anoche fue corta para hablar de Eusebia, nuestra
querida e inolvidable madre. Durante transcurría
el tiempo, un extenso caudal de recuerdos llenó todos los espacios de nuestra
casa materna, y mientras el tic tac del
reloj hacia su interminable circular recorrido, más y más eran las vivencias se
asomaban a nuestras mentes y corazones, que latían al ritmo de tantos y tantos bonitos momentos vividos a su lado. Fue todo un recorrido por los lugares y circunstancias que enmarcaron nuestras convivencias con nuestra inolvidable Eusebia.
Era la mejor forma de recodar a nuestra
querida madre en la ocasión, hablando de ella como si con nosotros estuviera, como lo sentimos la noche de anoche. Ella nos dio el don
de la vida a siete proles y nos la protegió de todo mal a lo largo de sus existencia, y además, nos enseñó el arte del trabajo honrado como única
forma de vivir dignamente y hacer el bien a los demás, como tratamos.
Nuestra madre partió de este mundo
no hace tanto. Sin embargo, a
pesar de ello, aún está entre nosotros. Su presencia se
manifiesta día a día en nuestro ambiente
cotidiano, siempre a través de sus amorosos
recuerdos, sus ejemplos de vida y de su integridad personal sin límites.
Hoy en un día tan especial, como es el día de todas las madres, es ocasión para honrarlas por ser ellas las designadas de Dios para darnos el don de la vida, por lo que debemos ver en ellas siempre un ser especial y muy cercanas a Dios Todo Poderoso.
¡¡ Feliz día de las madres ļļ
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