Rastreo del vuelo DAL-302, San Juan/Nueva York, mientras campeaba la nubosidad , volando entre las bandas de mal tiempo, producto de IRMA. Todo después de haber despegado desde el Aeropuerto Luis Muñoz Marin de San Juan Puerto Rico, con el poderoso Huracán IRMA pisándole los talones. Note como el el B-737-900 ER, evade la nubosidad.
Cumplir un programa de vuelo sin
retrasos o cancelaciones, es un objetivo importante en cualquier línea aérea.
Sin embargo, asumir decisiones en aviación llevando las variables a los límites, no creo que sea buena práctica.
Tengo la ligera sospecha de que ha sido precisamente esto último lo que ha ocurrido con la operación de los vuelos Delta DAL-431 y DAL-302 en las rutas de ida y vuelta; Nueva York, San Juan,
Puerto Rico, Nueva York, ayer 06 de septiembre, mientras el poderoso Huracán
IRMA se aproximaba al Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín de San Juan.
Un B-727-900ER de Delta "en final corto", próximo a aterrizar
De acuerdo a lo publicado por el
medio Norteamericano USA Today, “Delta se enorgullece de su factor de cumplimento, su vuelo
del miércoles, literalmente esquivó al huracán IRMA…. dos veces”. De acuerdo a los rastreadores de vuelos Flight Aware.com, y Flight Radar 24, el B-737-900ER que completó el vuelo DAL-431, NYC/SJU, dejó la puerta de
embarque del Aeropuerto Kennedy a las
8:12 de la mañana, rumbo a San Juan, para aterrizar y despegar antes de la llegada del huracán IRMA a San
Juan. En realidad, el vuelo se dirigía rumbo
directo hacia poderoso huracán IRMA, categoría
5, con vientos sostenidos en su
centro de 285 kilómetros por hora y ms.
De acuerdo al mismo rastreador de
vuelo Flight Aware, al B-737-900ER despegó a las 8:39 a.m., hora local de Nueva York. Como era de esperarse,
observar el desarrollo del vuelo por los rastreadores, se convirtió en todo un espectáculo, por lo que el fan de la aviación Jason Rabinowitz (@AirlineFlyer) dio seguimiento al vuelo a través de los
servicios de seguimiento al vuelo de Delta, reportando que fue como “ver una película
desde su asiento”. El vuelo aterrizó, y en una operación de “turn around” meteórica,
con el huracán IRMA “pisándole los
talones”, sacaron el vuelo DAL-302 rumbo a Nueva York en solo 52 minutos de
tiempo total en tierra en San Juan.
El HI-242 de la Compañía Dominicana de Aviación, durante la operación de push-back desde la puerta 24 del IAB del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York. Ese fue, precisamente el avión que retornó por mal tiempo en el área de New York.
No existen dudas de que, en apariencia, las operaciones
de Delta se realizaron dentro de los parámetros
operacionales legales. Sin embargo,
despachar un vuelo a una zona con un pronóstico de un huracán categoría 5, como
es el huracán IRMA, es una decisión con sus peligros y sus riesgos. Factores adversos como cortantes de vientos sobre los límites,
turbulencias severas y otros factores asociados a los huracanes imprimen a estas
operaciones elementos indeseables, por lo que tomar la decisión no puede ser tan sencillo.
Como ejemplo recuerdo que una una
oportunidad, me correspondía despachar el vuelo DOA-902 de la Compania Dominicana de Aviación , un B-727-200 desde el Aeropuerto Internacional Las Américas de Santo Domingo
al Aeropuerto J.F. Kennedy de Nueva York. En la ocasión, me negué a firmar el despacho del vuelo en cuestión, después de analizar minuciosamente, el factor meteorológico reinante,
tanto en el Aeropuerto J.F. Kennedy de destino JFK como en los aeropuertos alternos del área del área específicamente, Boston y Washington. Sin embargo,el capitán del vuelo, a pesar de los peligros y riesgos para para la operación, debido al mal tiempo, asumió la responsabilidad de realizar el vuelo. Entonces, con la autorización de la alta gerencia de la empresa, despegaron rumbo a Nueva York en un vuelo incierto. Pero después de más de dos horas de
vuelo en ruta, se vieron precisados a realizar un giro de 180 grados, para regresar a su aeropuerto de salida, el Aeropuerto de Las Américas. El Kennedy y sus alternos reinaban los “truenos
y las centellas” que fue la razón por la que me negué a realizar el despacho del vuelo.
Para mi, el vuelo de Delta jamás debió despegar desde el aeropuerto John F. Kennedy
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