El Angel Christopher
Martínez, que yo conocí
Cuando llegué a
laborar en la Compañía Dominicana de Aviación, CDA, en la época en que la empresa era un símbolo
de la potencialidad aeronáutica de
República Dominicana, escuchaba hablar de las gentes que tenían la delicada responsabilidad de mantener la flota de
aeronave impecable, desde el punto de vista del mantenimiento técnico de sus aviones. Fue así como comencé
a escuchar sobre motores Pratt Whitney JT-8D, de los APU, de los CSD, de inverters, de actuadores de flaps y
slats, componentes tan trabajosos para removerlos e instalarlos por cierto. Pero también comencé
a conocer al personal que hacia posible el meticuloso servicio de mantenimiento
de las aeronaves de la empresa. Fue así como escuche hablar de un norteamericano enviado al país por BOEING COMERCIAL AIRPLANES, llamado Mike Fletcher
y un dominicano genial, quien se llamó Amado Villa, probablemente el técnico en
mantenimiento de aeronaves más hábil y preparado que conocí
en CDA.
También oi hablar y conocí otros buenos técnicos, como el ingeniero Rafael Rosario, Emamuel Calderon, así como a los hombres de la linea de supervisión de mantenimiento de los B-727-100 y 200. Entre ellos conocí a mi buen amigo Roble a quien le decimo "El abajao", Angeles Collado y otros supervisores a quienes interrogaba continuamente sobre la situación técnica de las aeronaves cuando por cualquier causa eran "remolcado hasta el hangar, para trabajarle" por cualquier avería que se presentara. Fue entonces en ese ambiente de ruidosa aceleraciones de motores Pratt & Whitney y los radiales R-2800 de los DC-6, donde oí hablar por primera vez del departamento de Control de Calidad y de Ángel Crhistopher Martinez, quien a la sazón dirigía, de manera impecable, ese importante departamento del área de mantenimiento de la Companía Dominacana de Aviación, allá en el hangar que perteneció una vez a la empresa. Sin embargo, con el tiempo, las crisis repetitivas que sobrevinieron en cascadas sucesivas a CDA, llevaron a la desaparición de la empresa y la dispersión de su personal técnico y administrativo, personal que habia dejado en CDA la mejor parte de sus vidas productiva.
También oi hablar y conocí otros buenos técnicos, como el ingeniero Rafael Rosario, Emamuel Calderon, así como a los hombres de la linea de supervisión de mantenimiento de los B-727-100 y 200. Entre ellos conocí a mi buen amigo Roble a quien le decimo "El abajao", Angeles Collado y otros supervisores a quienes interrogaba continuamente sobre la situación técnica de las aeronaves cuando por cualquier causa eran "remolcado hasta el hangar, para trabajarle" por cualquier avería que se presentara. Fue entonces en ese ambiente de ruidosa aceleraciones de motores Pratt & Whitney y los radiales R-2800 de los DC-6, donde oí hablar por primera vez del departamento de Control de Calidad y de Ángel Crhistopher Martinez, quien a la sazón dirigía, de manera impecable, ese importante departamento del área de mantenimiento de la Companía Dominacana de Aviación, allá en el hangar que perteneció una vez a la empresa. Sin embargo, con el tiempo, las crisis repetitivas que sobrevinieron en cascadas sucesivas a CDA, llevaron a la desaparición de la empresa y la dispersión de su personal técnico y administrativo, personal que habia dejado en CDA la mejor parte de sus vidas productiva.
El HI-212, de CDA uno de los aviones que más trabajó Ángel Christopher Martínez en el control de calidad de sus componentes
Sin
embargo, lo que no imaginé fue que tiempo después, me correspondería el honor de laborar nueva vez junto a Ángel
Christopher Martínez. En la ocasión nos encontramos en el área técnica de
Aeromar, allí debajo de los aviones. Para entonces Christopher Martínez tuvo a
cargo el Departamento de Control de Calidad de la empresa de Don Polanco Alegría.
Allí en Aeromar, debajo del ala de un viejo DC-6 de la empresa, nos enfrascábamos
en largos intercambios de ideas sobre el mundo aeronáutico del país, y las
repercusiones de la insoportable Categoría 3 o la 2* que para los fines prácticos,
resultaba la misma cuestión; simplemente, los aviones matriculados en R.
Dominicana no podían operar hacia el territorio de Los Estados Unidos, ni los técnicos
con licencia dominicana podían laborar en Norteamérica. Pero también ese mismo sitio, me hablaba de sus aspiraciones
y planes en caso de llegar a la entonces
Dirección General de Aeronáutica Civil DGAC, lo que ocurrió poco después.
Efectivamente,
en el 2004 nos encontramos de nuevo esta
vez en la DGAC donde llegó como parte del equipo del Licenciado Norge Botello Fernández, integrado para
trabajar como Encargado de Aeronavegabilidad
de la DGAC, dependencia fundamental para el logro del objetico de reconquistar la Categoría, lo que se consiguió en el 2006. Cuando Christopher laboraba en la DGAC,
de vez cuando lo visitaba, llegando a su modesto escritorio, localizado en lo
profundo de las oficinas de las entonces DGAC, situadas Bloque A, de las
Oficinas Gubernamentales de la Avenida México. En el marco de esos encuentros,
me seguía manifestando sus sueños en relación
a lo que le gustaría en relación al desarrollo aeronáutico del República Dominicana, igual como lo hacíamos en el AILA.
A lo
largo de su breve vida, Ángel Christopher Martínez demostró ser un hombre
honesto y de trabajo, condiciones que comprueban los frutos de su efímera
existencia, lo que contribuyeron con el trabajo del Licenciado Norge Botello Fernández
y su equipo que logró recuperar la “Categoría 1 “para R. Dominicana. En resumen, el aporte de Ángel Christopher a la aviación Dominicana fue crucial, cuando se habla de la recuperación de la Categoría1 y su relación la reorganización de los temas que tocaban a aeronavegabilidad. Pero su sacrificio, todo los conocemos.
Hoy al cumplirse un nuevo aniversario de la trágica muerte de Ángel Christopher Martínez, este es mi humilde homenaje a su memoria, a sabiendas que debe estar donde van la gente de trabajo y los hombres de bien, características fundamentales que adornaron a Ángel durante su vida. Antes de caer mientras iba a cumplir con su labor de ese día, su trabajo ya realizado, lo situaron entre los hombres y mujeres que con su trabajo y dedicación facilitaron la recuperación de la Categoría 1, hace once años.
Hoy al cumplirse un nuevo aniversario de la trágica muerte de Ángel Christopher Martínez, este es mi humilde homenaje a su memoria, a sabiendas que debe estar donde van la gente de trabajo y los hombres de bien, características fundamentales que adornaron a Ángel durante su vida. Antes de caer mientras iba a cumplir con su labor de ese día, su trabajo ya realizado, lo situaron entre los hombres y mujeres que con su trabajo y dedicación facilitaron la recuperación de la Categoría 1, hace once años.
Paz a sus restos y
gloria a su alma.
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